"A sus 98 años, con la misma intensidad que la acompañó hasta sus últimos días, en el Geriátrico Santa Rita, falleció ayer Adela Panelo de Forestello, nuestra querida Lila, última sobreviviente entre nuestras Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario" dice el documento de esta organización enviado a Rosario12. "Su voz fue querellante y testigo en la etapa inicial de la Causa Guerrieri, y esas mismas historias y relatos estuvieron presentes cada jueves, en la Ronda de las Madres" recuerda el texto. La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe despidió a la dirigente y destacó su compromiso con los Derechos Humanos.

“Despedimos con gran tristeza a nuestra Madre de la Plaza 25 de Mayo de Rosario, Adela Panelo de Forestello, que falleció en el día de hoy. Gracias Lila por tu compromiso con los Derechos Humanos y tu legado en la lucha por la Memoria Verdad y Justicia”, indicó el gobierno provincial.

"Corría el mes de agosto de 1977 cuando Lila Forestello partía hacia España. Dos veces habían allanado su casa en busca de su hija, Marta María, las llamadas Fuerzas Conjuntas, a punta de pistolas, rostros ocultos y prepotencia. El exilio duró solo tres meses, hasta que el 2 de noviembre fallecía su marido, Lila emprendía el regreso cargando las cenizas y la incertidumbre de no saber cómo estaba su hija, y su nieta Victoria, en la clandestinidad" resume el documento de Madres.

Marta María estudiaba Ciencias Económicas y se había recibido en el Colegio de las Adoratrices, donde conocer la Doctrina Social de la Iglesia la movilizó a trabajar en las villas, porque el sol debía salir para todos. Un año después, en 1978, ella es detenida, con su hija Victoria de apenas un año y medio.

Así empieza la búsqueda, Lila recorrió comisarías y comandos, calles y pasillos, preguntó a los vecinos de Lavalle, entre 3 de febrero y 9 de julio, que vieron cómo se las habían llevado, presentó recursos de Hábeas Corpus, en juzgados Federales y Provinciales, preguntó en la misma policía. Hasta que un día se le ocurrió presentarse en un Juzgado de Menores. Un secretario llamado Artigas, el mismo que hoy es Juez, le dijo que había encontrado a su nieta, que estaba en la cárcel de mujeres, así fue como Lila encontró a Victoria, quince días después, con signos de maltrato y abandono, en manos de la policía.

La búsqueda siguió, Lila conoció a las Madres en las primeras reuniones, en el local de Familiares. Un día le dijo a Darwinia Galichio que también ella encontraría a su nieta, y así sucedió.

"Lila, al igual que Noemí De Vicenzo hace unos pocos días, nos dejó en medio de la 'popa mancha' universal de la pandemia, con visitas restringidas y abrazos postergados. Pero nos seguirá acompañando en la Ronda y en todas estas historias que supo contar, entre reportajes y el andar de cada Jueves, en la ceremonia del reencuentro de las Madres con sus hijos, en esa marcha que ningún pacto de silencio consiguió detener" culmina el comunicado de Madres de plaza 25 de Mayo.