“Desde lejos se las ve, sentadas en la arena, lavando ropa en el río. Pueblo duro en ademán, con la carga en la cabeza, vienen cantando y se van”. Reza la histórica zamba del Cuchi Leguizamón que retrata a las lavanderas. Así, ese oficio antiguo no ha dado solamente una de las postales más profundas del cancionero local, ya que en un nuevo homenaje, las mujeres que lavan en todos los ríos del NOA fueron la semilla de un proyecto teatral que se estrena este sábado, 14 de agosto, a las 21 en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190) de la ciudad de San Salvador de Jujuy.

La pieza, que podrá verse también el domingo 15 y el próximo fin de semana, reúne a Carmen y Eva, quienes se disputan un lugar para lavar en el río mientras tejen una historia en sus recuerdos y vida presente. 

Horas antes de subir a las tablas, Salta/12 dialogó con el elenco local para conocer el detrás de escena: “Quise llevar a cabo, en mi lugar de origen, creaciones teatrales vinculadas con todo mi camino de formación hasta aquí. La intención fue armar un grupo, con amigas y profesionales jujeñas o residentes jujeñas de diferentes disciplinas para crear y descubrir nuestro propio lenguaje, nuestra propia expresión, animándonos a escuchar la historia del lugar y tamizarla por diferentes miradas. Me motivó creer que mi cuerpo y nuestro trabajo puede seguir existiendo y sumando expresión, reflexión y emoción a la comunidad”, adelantó la actriz Andrea Bonutto. 

Ensayo en el río (Foto: Gentileza Walter Reinaga). 

En la misma línea, Ana Cecilia Córdoba declaró que su deseo creativo partió de abordar temáticas relacionadas con mujeres y de “las ganas de querer contar historias reales, parte de un legado que perdurará por siempre”. La artista añadió: “Encontramos una lavandera en cada familia, en nuestra historia, en las minorías de las que no se habla, siendo un sector vulnerable que no padece su actividad, por eso queremos, con este proyecto, revalorizar su labor y conocer su cotidianidad, su disfrute. Creo que todas tenemos una lavandera en cada una y cada uno también”.

Por su parte, la escritora Elena Bossi describió: “Cuando me convocaron para escribir una obra con el tema de las lavanderas, pensé que era el tema ideal. Inmediatamente contacté a todas las que conocía y comencé a entrevistarlas. De sus palabras y de algunas escenas en que las imaginé, surgió un primer borrador que luego fue trabajándose con las entusiastas improvisaciones de las actrices y con las ideas líricas y sutiles de Nacho Medina, el director. La creatividad del equipo y la energía de la productora Iliana Prieto, me hicieron pensar que todo avanzaría a través de un mutuo intercambio y un crecimiento”, declaró.

En otro orden de cosas, y en medio de la parálisis artística que llegó con la pandemia Nacho Medina indicó que este proceso le permitió salir del vacío de la situación y generar espacios a pesar de estar a la distancia. “Me atrajo el hecho de poder trabajar una historia del lugar que no es el lugar donde vivo yo, de gente que es muy lejana a la forma en la que veo yo y que hoy en día lo sigue haciendo. Me atrajo mucho que esas mismas personas puedan venir a la función, puedan ver sus historias, que no se trate de alguien que vivió hace setenta mil quinientos años sino de quien ve su historia reflejada en el teatro”, subrayó el director porteño.

Medina añadió que le atrajo “trabajar con gente de otras provincias" porque "genera unión, trabajar con artistas y nutrirme de sus otras formas de trabajo, porque en Buenos Aires, más allá de que cada uno tiene su escuela, hay algo de la costumbre de la metodología de trabajo que más o menos se genera siempre igual. En otra provincia empiezo desde otra mirada, eso me despierta a conocer y descubrir otras formas de hacer, investigar”, recalcó.

Uno de los puntos de mayor riqueza de Lavanderas, según Iliana Prieto, radica en la variedad de orígenes del equipo: “nacidxs y criadxs, migrantes, foránexs, visitantes (uno de mis intereses personales y profesionales permanentes y trascendentales es el poder conciliar y empatar facetas de mi ser citadino y rural, cosmopolita y local, porteño y jujeño). El elenco de las Lavanderas tiene integrantes de ambos lugares, lo que lleva a que una temática originada en lo local sea indefectiblemente atravesada por textos y estéticas cruzadas, heterogéneas y forasteras”, enumeró la productora.

Prieto además destacó la temática en sí: “el río, las mujeres de él, las vidas allí entregadas, sexuadas y habladas en las labores desdeñadas e impagas y, por sobre todo, la dignidad erguida y sobreviviente de quienes no resignan a vivir sin dejar de perseguir e insistir en el deseo que, como secreto invisible y esquivo, persiste siempre donde hay vida”.

Mujeres simples y maravillosas

Entrevistar a antiguas lavanderas de Jujuy y a sus hijas, para traducir aquello al formato de un guión teatral fue, según Bossi, maravilloso. “Resultó emocionante escuchar sus voces. Como estábamos en pandemia, tuve que hablar con ellas por teléfono. Sus voces ayudaron más que la presencialidad porque esas voces trajeron recuerdos, escenas, y yo no tenía a nadie frente a mí. Entonces fue mágico. La obra se iba construyendo desde esas voces y sus relatos”, apuntó.

Ensayo en el teatro (Foto: Gentileza Germán Duarte). 

De igual modo, Iliana Prieto explicó que en la primera ocasión de apertura de actividades, las actrices contactaron nuevamente a las lavanderas entrevistadas por la autora y se dieron varias veces cita con ellas en el río Xibi Xibi, de San Salvador de Jujuy (hoy parquizado e integrado a la vida urbana de la ciudad). “Lo caminaron de Sur a Norte y de Norte Sur, conversando y escuchando los relatos acerca de las épocas en las que realizaban esas labores, deteniéndose en sitios donde antaño solían juntarse con otras mujeres y, también, realizando demostraciones prácticas de los modos y técnicas para el lavado de las distintas prendas que lavaban, como así también las formas de traslado, secado y doblado”, relató.

La obra rescata, así, la palabra, la experiencia, el rol de estas mujeres, para reconstruir o aportar a una ampliación de la memoria y la identidad del NOA. En ese sentido, la dramaturga consideró que las lavanderas y el río “simbolizan un poco el flujo de las tradiciones que se pierden” y que “secuperarlas es parte del trabajo del arte”.

En consonancia con eso, Prieto expuso que la tarea del lavado de las prendas es una actividad tan antigua como actual y tan personal como universal, “confluyen en ella infinidad de vidas distintas. La particularidad de las lavanderas de los ríos de Jujuy es que aún viven y sus hijxs son adultxs jóvenes que han atravesado la experiencia de acompañarlas en largas jornadas siendo estas vivencias fuertemente forjadoras de su identidad, lo que hace que tengan una vívida presencia en la comunidad actual. Rescatar estas historias de vida es hablar de lo que hasta hace muy poco era un paisaje cotidiano de este pueblo”.

Ejemplo de sororidad

En la época actual, se repiensan los roles asignados a las mujeres, empoderadas desde otros lugares. Y la figura de las lavanderas tiene un gran impacto alempatizar con otras mujeres desde una actividad elemental y esencial como lo es la limpieza de la vestimenta propia, la de la familia y la de lxs otrxs, rescatando los momentos de encuentro y conversación distendida que suele darse entre mujeres y que siempre funciona como un lugar de resguardo, apoyo, sostén y poder”, subrayó Prieto.

(Foto: Gentileza Walter Reinaga).

Por otro lado, Elena Bossi detalló que sus hijas han aprendido lecciones profundas “llegué a la mayoría de las lavanderas a través de las hijas y ellas aprecian, valoran las experiencias de sus madres y suman lo suyo. Creo que las lavanderas tienen muy en claro el tema de la sororidad y el significado de alejarse de la violencia doméstica en esos momentos. El lavado y el río constituyen, para la mayoría, un lugar de esparcimiento, de comunidad con otras mujeres, de juego con sus hijas e hijos, lejos de los hombres que aparecen ajenos al núcleo familiar, ausentes o violentos según los relatos”.

Dos naciones y el oficio de lavar en el río

Además del elenco local, Lavanderas tiene una contrapartida en Bolivia con Fabiola Mendoza y Raisa Encinas (Sucre). El estreno presencial en la República hermana será confirmado cuando las restricciones migratorias lo permitan.

Con un equipo diverso, la música original es de Carmen Baliero (CABA), la coreografía de Cuca Pon (Madrid), el diseño y la realización de escenografía y vestuario de Tati Mladineo y Luli Peralta Bó (CABA), el diseño de iluminación de Leandro Fretes (CABA), el diseño gráfico de Martin Medrano (Jujuy) y Matías Gordon (CABA), la fotografía de Germán Duarte (CABA) y Walter Reinaga (Jujuy) y la asistencia de dirección y producción es de Victoria Llanos (Jujuy). Las entradas están disponibles en la a plataforma Passline www.passline.com/eventos/lavanderas-argentina o en la Boletería del Teatro el día de la función, teléfono 0388 154329103 . Se respetará el aforo autorizado y medidas sanitarias vigentes.

Esta nota no puede terminar sino con la letra de aquella canción de Leguizamón, que celebra esa sororidad sobre las tablas o entre melodías: y “un humo de poleo perfuma el aire y el cielo”.