Mientras se trabaja para apresurar la salida de los cuatro ciudadanos argentinos que permanecen en Afganistán, la Cancillería emitió un comunicado para expresar la "preocupación" del Estado argentino sobre el futuro de ese país, tras el intempestivo retiro de las tropas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, y solicitó que mientras suceda la transición del poder a los talibanes permanezcan abiertas todas las fronteras y dar paso a la ayuda humanitaria.
"Un llamado a todas las partes a que se abra el diálogo para que la población pueda volver a vivir en paz", fue el pedido del Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Felipe Solá, que exige que "todos los actores políticos de Afganistán, en particular a aquellos que ejercen el poder", en manos de los talibanes desde este domingo, tras la huida del presidente Ashraf Ghani, respeten "las obligaciones internacionales de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario".
El comunicado de la Cancillería pidió que a través del diálogo se pueda "restablecer de inmediato la seguridad y el orden civil" y planteó que se debe promover "la apertura de los pasos fronterizos de modo a permitir que aquellos que deseen partir de Afganistán puedan hacerlo", en el tiempo que persistan "circunstancias de transición". Además, la Cancillería solicitó que "se dé paso a la necesaria ayuda humanitaria".
El domingo los talibanes anunciaron la toma de la capital afgana, Kabul, y proclamaron el fin de su ofensiva contra las tropas gubernamentales que habían intensificado desde el comienzo de la retirada de las fuerzas de EEUU y la OTAN, presentes en Afganistán desde 2001, prevista para completarse el 31 de agosto.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonó el país "para prevenir una masacre", según su declaración. Los talibanes ya dejaron claro que no habrá un gobierno de transición en Afganistán, sino "un traspaso completo" del poder. Mientras continúa este proceso, el movimiento se comprometió a mantener el orden y la seguridad en las localidades bajo su control.