El estado de Nueva York tendrá una mujer gobernadora por primera vez en su historia, una vez que se haga efectiva la renuncia de Andrew Cuomo el 24 de agosto. Kathy Hochul, actual vice, será quien tome la batuta en el capitolio de Albany, siendo la siguiente en la línea de sucesión. “Como alguien que ha servido en todos los niveles del gobierno, estoy lista”, fue contundente la política de 62 años, que asumirá el desafiante puesto tras conocido escándalo… Caído en desgracia, Cuomo se vio obligado a dimitir frente a la presión de líderes demócratas (incluido el actual presidente, Joe Biden), que pidieron al tres veces gobernador dar un paso al costado tras el aluvión de denuncias por acoso sexual en su contra, en su mayoría de empleadas de su administración. Aunque él niega las acusaciones, el informe de 165 páginas que presentó recientemente la fiscal general de NY, Letitia James, tras 5 meses de investigación, fue contundente: no solo confirmó los testimonios de 11 mujeres, concluyendo que “Andrew Cuomo violó la ley estatal y federal” y que “no fueron incidentes aislados sino un patrón de comportamiento”; también comprobó los esfuerzos intimidatorios de su equipo por instalar una cultura de miedo y, asimismo, por desacreditar las voces de las víctimas.

A pesar de integrar la fórmula en los últimos dos mandatos de AC, el nombre de Hochul no figura en el informe. Más aún, ella estuvo entre quienes solicitaron enfáticamente que dimitiera, tachando de “repulsivo e ilegal” su comportamiento. Su aparente falta de conocimiento sobre la “conducta inapropiado” de Coumo no extraña a analistas políticos: Kathy jamás formó parte del círculo cercano del gobernador saliente. De hecho, hay quienes le lanzan darditos envenenados a Hochul por su rol “meramente ceremonial” como vice, esgrimiendo que solo se dedicó a “ser una cara amable” mientras recorría los condados para inauguraciones y eventos. Otras personas, empero, recuerdan que ese trabajo históricamente ha tenido un poder muy limitado y que no debiera poner un manto de duda sobre las capacidades de Hochul.

“Detrás de su estilo sereno, su entusiasmo por reunirse con votantes y tuits serios en apoyo al #BicycleDay y al #NationalCerealDay, se esconde una política sagaz y pragmática que ha sido subestimada en momentos cruciales”, anota el New York Times sobre esta abogada de bajo perfil. El Washington Post también ha remarcado que “ha trabajado duro, paso a paso, con tenacidad, demostrando su valía una y otra vez mientras prácticamente nadie le daba bolilla”. Aún con una larga trayectoria, es una virtual desconocida para muchísimos estadounidenses. Quienes sí la conocen, le auguran éxito en su venidera gestión, subrayando algunas de sus cualidades: una personalidad cautivadora, habilidad para cultivar relaciones, voluntad de buscar consenso. De momento, a Hochul le toca diseñar una agenda de prioridades que, según ha anticipado, se enfocará en la pandemia y sus consecuencias económicas y educativas, dando fondos de ayuda a los sectores más golpeados. De confirmar, como se espera, a la senadora afroestadounidense Andrea Stewart-Cousins para que ejerza de vice, NY sería el único estado con dos mujeres en las máximas posiciones políticas. Con un presupuesto a administrar de 212 mil millones de dólares, dicho sea de paso.

A lo largo de su carrera, KH ha defendido el derecho al aborto, el matrimonio igualitario, el aumento del salario mínimo, el programa de salud Medicare; también ha combatido la crisis de los opioides, el acoso sexual en campus universitarios, etcétera. Sin embargo, los sectores de izquierda de su partido aún son renuentes a bancar incondicionalmente a una dama que tiende más a la moderación que al progresismo. No se olvidan de cómo, a principios de la década del 2000, Kathy se opuso a que inmigrantes indocumentados solicitaran una licencia de conducir. O cómo, tiempo después, se declaró a favor del uso de armas con fines deportivos, mientras era respaldada por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus iniciales en inglés). En los últimos años, empero, Hochul cambió radicalmente de parecer, viró 180 grados su posición respecto a ambas cuestiones. De hecho, criticó duramente a la NRA tras la Masacre de Sandy Hook, pidiendo que se robustecieran las leyes que permiten el acceso a armas de fuego.

Nacida en NY en 1958, su nombre de bautismo es Kathleen Mary Courtney y fue criada en el seno de una familia católica de raíces irlandesas, de bajos recursos. Sus viejos vivieron los primeros años de matrimonio en un remolque. Papá Jack era un obrero metalúrgico que trabajaba en una fábrica por las noches y asistía a la universidad durante el día, hasta que eventualmente se abrió camino en la industria tecnológica, fundando una empresa próspera. Mamá Pat, ama de casa, abrió un refugio transitorio para víctimas de violencia doméstica en honor a su propia madre, víctima de abuso. De la casa de sus abuelos paternos, Kathy recuerda dos imágenes que colgaban lado a lado, “ubicadas de manera tal que tuvieran mismo protagonismo: la de Jesús y la de John F. Kennedy, líderes carismáticos y compasivos”.

Estudió en la Universidad de Syracuse y en la Universidad Católica de América, donde se doctoró en Derecho. En los 80s, se casó con Will Hochul, exfiscal federal, de allí su apellido actual. Nomás graduarse, laburó como asesora legal del congresista John LaFalce y, luego, del senador Daniel Patrick Moynihan, ambos del Partido Demócrata. Más tarde se volcaría de lleno a la política local, desenvolviéndose como concejal de Hamburg, pueblo del condado de Erie, durante casi década y media. Le siguió el puesto de secretaria del mentado condado durante 4 años; aunque alcanzó notoriedad nacional recién en 2011, cuando obtuvo un escaño en la Cámara de Representantes por un distrito que llevaba más de 4 décadas en manos republicanas. “Tras el breve paso por el Congreso, Hochul se mudó a su localidad natal, Búfalo, para trabajar como abogada en el banco M&T. Estaba en ello cuando en 2014 se le acercó Cuomo para ofrecerle ser su compañera de fórmula…”, ofrece El País. Y el resto, como suele decirse, es historia… Historia por venir.