A la altura de San Martín al 7200, calle Platón se transita entre perros que duermen sobre chatarra, niños en bicicletas despintadas y vecinos que charlan frente a viviendas precarias. En esa cuadra se crió Nerea Barbosa, junto a sus padres y cinco hermanos. También allí empezaron las primeras travesuras y el consumo de drogas, cuando tenía 13. En sexto grado dejó la escuela. A los 17 quedó embarazada de su primera hija, que hoy tiene seis años y todas las mañanas le pregunta a su abuela "¿Cuándo vuelve mamá?". Cristina no tiene respuestas para la pequeña y su hermanita, de dos años. Lo que sospecha que sucedió con su hija, desaparecida desde el 10 de febrero, es indecible. Del otro lado de calle San Martín, entre los yuyos crecidos, Nerea "encontró la muerte", asegura Cristina. "Empezó a ir para ese lado, a Las Flores sur, y volvía toda lastimada, cortada, golpeada. Yo le preguntaba qué le pasaba, pero cada vez callaba más", relató la mujer. A principios de abril, la aparición de restos óseos de una mujer joven los llevó a pensar lo peor. Ahora solo esperan una confirmación, mediante análisis de ADN, y denuncian que el Estado no buscó a la chica y que no los escuchó cuando pidieron ayuda.

"Mide 1.60 metro, es delgada y de tez trigueña. Tiene el cabello negro, largo, y un tatuaje en el brazo derecho que dice 'madre'", difundió la Fiscalía sobre la búsqueda de paradero de la joven de 22 años, a cargo del fiscal Guillermo Apanowicz. "Ella solía irse por las noches, pero siempre volvía", aseguró su mamá. La mujer se quejó de que la Fiscalía no la buscó. "Como a Araceli", comparó con el femicidio de la joven del partido bonaerense de San Martín.

La peor noticia llegó los primeros días de abril, cuando restos óseos de una mujer joven fueron hallados a la vera de la autopista a Buenos Aires. Una semana después, en medio del estupor por el femicidio de Micaela García, en Entre Ríos, todo indicaba que se trataba de Nerea. "Nosotros reconocimos su vestido", recordó la mujer que mañana tiene cita en el Centro Médico Forense. Los primeros estudios dieron cuenta de un orificio de bala en el cráneo y signos de que el cadáver fue quemado.

Hace casi un mes, un joven de 20 años fue imputado por privación ilegítima de la libertad, tras quedar detenido en su casa de Las Flores Sur, donde se sospecha que Nerea estuvo encerrada. En sus ropas fueron hallados restos de sangre que también está en análisis.

"Ella tenía amistades en la calle. Tratamos siempre de cuidarla, que no consumiera, sobre todo cuando estaba embarazada, pero fue difícil porque parece que ella se metió en algo más con el entorno de la droga", dijo Cristina. "Tuvo su pareja, el papá de las nenas, pero aunque él trató no la pudo sacar. Y se terminó yendo. Ella se escapaba incluso con la panza", relató la mujer.

Nerea vivía con sus dos nenas en una piecita al fondo de la casa de sus padres, que apenas se mantienen como carreros. Allí, en plena oscuridad y sobre el gris de las chapas, quedó un colchón enrollado, juguetes viejos y tres peluches sucios.

 

"Jamás se abrió a decir 'Mamá, me están haciendo esto y esto'; hasta que pasó lo que pasó", lamentó Cristina.

 

En octubre, Nerea empezó a verse con un hombre apodado "Chori", que vive en Las Flores Sur y fue cuando empezó a ir todas las noches a esa zona donde la violencia, abusos y sometimientos parecen naturalizados. "A pesar de su adicción, de las drogas, ella volvía a ver a sus nenas, las besaba, tomaba mate con ellas; pero a la noche se bañaba y se iba a ese agujero, el que terminó con mi hija, donde la mataron. Conoció Las Flores y conoció la muerte", sollozó la mujer.

Cristina asegura que buscó ayuda, incluso llegó a Tribunales el año pasado, donde le dijeron que no había un lugar para internar a su hija, excepto los pagos. Cuando fue internada en el Agudo Avila "se la veía peor, como sonámbula; así que la saqué", dijo. Pero las cosas empeoraron: se iba más de un día para el otro lado y volvía cortada, lastimada, golpeada. "Le preguntábamos todo el tiempo, pero ella decía que se había caído, que se había golpeado. Como si tuviera una cinta en la boca. Jamás se abrió a decir 'Mamá, me están haciendo esto y esto'; hasta que pasó lo que pasó".

La familia cree que Nerea volvía a Las Flores por su necesidad de consumo, y pese a los malos tratos y al sometimiento. "Ella nunca habló de las personas que la rodeaban. Conocimos Las Flores cuando desapareció. Fuimos a averiguar, a preguntar, pero nadie dice nada", recordó su madre.  

Cristina agregó que el apodado "Chori", quien se presentó como pareja de Nerea, fue a declarar ante la Justicia; pero que tras decir que él no sabía dónde iba la joven después de verlo, volvió a su barrio.

Por esos días, referentes barriales fueron las primeras en quejarse de la Fiscalía de búsqueda de paradero. Desde la organización Ampliando Derechos, Nora Giacometto cuestionó el accionar judicial y gestionó una ayuda de la concejala María Eugenia Schmuck para asistir la problemática de vivienda de la familia. También se quejó de que la Secretaría de Derechos Humanos "no está cumpliendo su parte" en la búsqueda de paradero, y apuntó contra el accionar de trabajo social en el caso.

Desde el centro de salud Maiztegui, de San Martín Sur, aseguraron que se asistió a Nerea desde que era pequeña. Marina Iraolagoitía adelantó que se convocará a Ampliando Derechos para trabajar a nivel comunitario, porque entiende que la situación de la zona no es particular de una joven. Además, dijo: "Somos los únicos que estamos en el barrio, no hay otra institución. El acompañamiento a la familia de Nerea fue permanente, pero complejo para sostener un tratamiento. Hubo muchísimos intentos, registrados en historia clínica", dijo. Ahora, se les brindará ayuda a las hijas de la joven.

En tanto, la referente del Movimiento Evita Alejandra Fedele, que también acompañó la causa, lamentó que las chicas "no son buscadas, cuando el Estado y la Justicia tienen obligación de hacerlo".

En medio de los cuestionamientos, el pedido de la familia es desgarrador: "Si los restos encontrados fueran de ella, queremos despedirnos y decirles a estas dos nenas que la mamá ya no va a volver".