La Compañía El Muererío Teatro cumple 25 años y su director, Diego Starosta, acaba de estrenar como intérprete y autor un nuevo espectáculo. Se trata de Dos/ Un elogio escénico para el amor, obra que se presenta con aforo limitado en el teatro Payró de San Martín al 700, bajo la dirección de Sebastián Ricci, con quien el actor comparte la autoría de la obra. Es éste el segundo montaje de la trilogía llamada Condiciones de verdadbasada en postulados del filósofo francés Alan Badiou- que Starosta inició con el estreno de El immitador de Demmostenes, sobre la relación entre política y arte) y concluirá con el estreno futuro de un espectáculo consagrado a la ciencia.

El texto de Dos… sigue de cerca el contenido de la conversación pública sobre el amor que Badiou brindó en 2008 en el marco del Festival de Avignon. Pero el espectáculo no consiste en una conferencia académica sino que propone una exposición dinámica y divertida en boca de dos payasos ubicados en la arena de un circo. Dos que, en realidad, son uno, dado que Starosta interpreta ambos personajes, visualmente distanciados del payaso tradicional merced al vestuario de corte oriental diseñado por Sofía Di Nunzio.

Los temas sobre los cuales diserta uno de los payasos, acicateado por la curiosidad o la ignorancia del otro son muy variados. Entre otras cuestiones, se habla acerca de las diversas posiciones filosóficas elaboradas a partir del tema, sobre el amor como construcción y el amor como procedimiento de verdad: “Badiou dice que la filosofía no es una producción de verdad sino una operación a partir de verdades”, aclara Starosta en una entrevista con PáginaI12, señalando que tanto el amor, como el arte, la política y la ciencia (motivos todos de su Trilogía) son condiciones de procesos de construcción de verdad. Y si en el amor se trata de que dos asuman la diferencia para volverla creadora, la política tiene que ver con lo que los individuos son capaces de hacer cuando se unen y se organizan, piensan y deciden.

-¿Qué implica abordar desde la escena un concepto como el amor?

-El teatro, o las artes en general, con su potencia de construcción artificial y autónoma, juegan y manipulan los temas y arquetipos colectivos esenciales. El amor es, sin duda, uno de esos tópicos que, junto con otros, pero principalmente con la política, construye el temario del teatro desde sus mismos inicios. Por lo tanto, abordar el tema del amor es como hacer una obra sobre el tema de los temas. Creo que esto produce en mí y en los espectadores una resonancia muy antigua y viva a la vez.

-¿Por qué elegiste que sean payasos los encargados de hablarles a los espectadores sobre filosofía?

-Para desarmar algunos clichés. El teatro es tensión o juego de tensiones y signos disruptivos. Si iba a hablar del amor lo peor que podría haber hecho en desmedro de lo “teatral”, creo yo, es montar una escena de enamorados, por ejemplo. Los payasos fueron una arbitrariedad formal para crear un diálogo con el texto con el fin de no caer en la representación. Por otra parte, Badiou establece una especie de analogía entre el comediante y el filósofo a partir del tema de la seducción. Y esto terminó de dar una justificación lógica a mi idea de puesta.

-Badiou también sostiene que hay que introducir riesgo cuando aparecen la seguridad y la comodidad, los llamados “enemigos del amor”.

Sí. El riesgo ontológico del amor tiene que ver con la total aceptación del sujeto con el que me relaciono y asumir todo lo que yo no puedo controlar de esa situación, todo lo que no está en mis “cálculos” y que por lo tanto me obliga a desprenderme de la idea de seguridad y de previsibilidad.

-¿Cuál es tu opinión acerca de lo sucedido durante el encierro de tantos meses, cuando el riesgo para las relaciones entre dos personas se presentó en la forma de la híper convivencia?

-En ese sentido la pandemia vino a producir en el plano de las personas convivientes, un grado distinto de desafío, de incertidumbre que vino a desestabilizar los espacios “ordenados” ya establecidos. Desde ese punto de vista me parece que es algo positivo. De alguna manera este desastrum trajo un movimiento valioso para las vidas de las personas. Así como nos enfrentó a sucesos muy duros y dolorosos, esta situación trajo algo de lo que podemos extraer valor para modificar al menos un poquito este mundo tan previsiblemente destructivo.

Dos/ Un elogio escénico para el amor, Teatro Payró (San Martín 766), los viernes a las 21 hs.