El Pentágono anunció este lunes el despegue del último avión militar estadounidense desde Kabul, poniendo fin a la evacuación de todos los civiles y todas las tropas que permanecían hasta el momento en Afganistán y a 20 años de invasión. El vuelo despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai un minuto antes de la medianoche hora de Kabul. El presidente Joe Biden había fijado el 31 de agosto como fecha límite para la retirada. Desde el Pentágono lamentaron no haber podido evacuar a tanta gente de Afganistán como querían. La guerra más larga en la historia de Estados Unidos culminó en una humillante derrota para la primera potencia y sus aliados occidentales y desató varias críticas contra Biden.
Minutos después del cierre de la operación estadounidense, se escucharon disparos a modo de festejo en Kabul. La capital afgana amaneció el lunes con el lanzamiento de varios cohetes contra el aeropuerto, disparados desde la parte trasera de un vehículo, en un ataque que fue reivindicado horas más tarde por la rama afgana del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS-K).
20 años de intervención militar
"Estoy aquí para anunciar la culminación de nuestra retirada de Afganistán y el fin de la misión para evacuar a ciudadanos estadounidenses, nacionales de terceros países y afganos vulnerables", sostuvo el jefe del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), Frank McKenzie. El general detalló que el último avión militar norteamericano, un C-17, despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul este lunes a las 15:29 horas de la costa este de Estados Unidos. En ese último vuelo viajaba el embajador estadounidense en funciones, Ross Wilson, y el comandante de las fuerzas militares estadounidenses en suelo afgano, el general Chris Donahue.
"No ha sido una misión barata. El costo han sido 2.461 soldados estadounidenses y civiles muertos y más de 20 mil heridos", remarcó McKenzie, quien explicó que desde el pasado 14 de agosto, un día antes de que los talibanes tomaran Kabul, más de 79 mil civiles fueron evacuados en vuelos militares de Estados Unidos entre los que hay seis mil estadounidenses. Junto con los vuelos de la coalición internacional, la cifra asciende a más de 123 mil civiles evacuados. Esas riesgosas operaciones fueron enlutadas por un atentado suicida perpetrado el pasado 26 de agosto por el ISIS-K que causó más de 170 muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses.
"No evacuamos a todos los que queríamos evacuar", se lamentó McKenzie en una conferencia telemática con el Pentágono, precisando que las evacuaciones se completaron "unas 12 horas" antes de la retirada final, pero que las fuerzas estadounidenses en el terreno estuvieron listas para sacar del país a cualquiera que pudiera haber llegado al aeropuerto "hasta el último minuto".
La partida estadounidense fue festejada con disparos en Kabul, según reportaron testigos. "Hemos hecho historia. Los veinte años de ocupación de Afganistán por Estados Unidos y la OTAN se acabaron esta noche", declaró Anas Haqqani, responsable del movimiento talibán en Twitter. "Estoy muy contento tras 20 años de yihad, sacrificios y dificultades, de tener la satisfacción de ver estos momentos históricos", agregó.
Las fuerzas estadounidenses entraron a Afganistán el siete de octubre de 2001 para sacar del poder a los talibanes debido a su rechazo a entregar al jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden, tras los atentados del 11 de septiembre. Dos décadas más tarde los talibanes se beneficiaron de la retirada progresiva de Estados Unidos en los últimos meses y del derrumbe de las fuerzas de seguridad afganas para entrar a Kabul el 15 de agosto y retomar el poder tras una ofensiva militar rápida anticipada por Washington.
Pese a completar la retirada, McKenzie aseguró este lunes que Estados Unidos "siempre" se reservará el derecho a atacar blancos de Al Qaeda o ISIS si es necesario.
Acnur anticipa una mayor crisis humanitaria
Lo cierto es que la crisis humanitaria en Afganistán podría empeorar aún más tras el fin de las evacuaciones. En un documento difundido este lunes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) aplaudió los esfuerzos de evacuación que salvaron miles de vidas pero a su vez señaló que unos 39 millones de personas quedarán en Afganistán cuando se vayan las misiones extranjeras.
"La evacuación aérea de Kabul terminará y la tragedia que se ha desencadenado ya no será tan visible. Sin embargo, seguirá siendo una realidad cotidiana para millones de afganos. Una crisis humanitaria mucho mayor apenas comienza", advirtió el organismo. Según la Oficina de la ONU para los Refugiados, muchos afganos se verán obligados a buscar la seguridad y unas condiciones de vida mejores fuera de su país. La alta comisionada adjunta de Acnur, Kelly Clements, advirtió el viernes que, en el peor de los escenarios, hasta 515 mil refugiados podrían huir de Afganistán este año.
Una de las pocas buenas noticias de estos días para los afganos fue la llegada al país de un avión con ayuda médica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primero desde que Afganistán está en manos de los talibanes. La OMS indicó que el avión, proporcionado por el gobierno de Pakistán, llegó a la ciudad de Mazar-i-Sharif procedente de Dubai con 12,5 toneladas de medicamentos y material médico a bordo.
Nuevos ataques del ISIS-K
En la madrugada del lunes Kabul sufrió nuevos ataques que tenían como objetivo el aeropuerto. Aunque no se reportaron víctimas fatales, algunas imágenes que se difundieron en las redes sociales y los canales de televisión locales mostraron daños por las explosiones que afectaron al menos a una vivienda y a un vehículo. Residentes cercanos al aeropuerto confirmaron haber escuchado el sonido de la activación del sistema de defensa antimisiles y que vieron proyectiles cayendo desde el cielo, lo que indicaría que al menos un cohete fue interceptado.
Los ataques tuvieron lugar después de que la ciudad sufriera el domingo otras dos explosiones, una provocada por el lanzamiento de un dron estadounidense contra un vehículo en el que viajaban supuestos miembros del ISIS-K y otra por el impacto de un cohete contra una casa. El ataque contra la vivienda causó al menos diez muertos y cinco heridos, en su mayoría niños.