La comunidad del Pueblo Kolla Tinkunaku, que habita en la zona subtropical del departamento Orán, realizó un encuentro denominado Territorio de Vida: Sentir y cuidar nuestra biodiversidad, en el que presentó ante la ONU y autoridades del gobierno provincial un Centro de Interpretación que contará con Guardas Ambientales, y un vivero comunitario de árboles nativos con el fin de preservar su territorio y generar conciencia en cuanto al cuidado de la biodiversidad existente en la zona de Yungas que atraviesa a la región.

La iniciativa logró el financiamiento del Programa de Pequeñas Donaciones implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de la presentación de un proyecto que hizo la misma comunidad en la convocatoria para los TICCA (territorios y áreas conservados por pueblos indígenas y comunidades locales).

La referenta comunal Juana Zárate, en diálogo con Salta/12, contó que el Centro de Interpretación tiene la intención de ser el punto de entrada a su territorio “para generar un control de bioseguridad y protección del medio ambiente”.

“Es una casita que comenzamos a pulmón los tres pueblos de la zona”, San Andrés, Río Blanquito y Angosto del Paraní, “en la peor época de la pandemia, y haciendo gestiones se nos dio la posibilidad de acceder a este proyecto”. Y acotó que la hicieron para cuidar su territorio de gente que iba a cazar, robar madera “o a andar en motos deportivas, que destruyen todo a su paso y los sufrimos a diario”.

Con esos fondos, contó Zárate, se terminó la casa donde se instaló el Centro, “le pudimos poner internet y amoblarla”, pero a su vez se está avanzando en la construcción de un vivero “para rescatar las plantas nativas como la tipa, el roble y otras especies que se fueron perdiendo debido al avance de los agronegocios en la zona. “Las Yungas arrancan al norte de Catamarca, pasan por acá y terminan en Tarija, Bolivia, y son un pulmón para toda la región, en donde ya no quedan selvas semivírgenes como esta”, detalló.

Esas comunidades, asentadas a unos 80 kilómetros de la ciudad de Orán, en cuya jurisdicción se encuentran, reclamaron históricamente el apoyo de este municipio, “el camino de acceso lo abrimos nosotros mismos en la época de lluvia, cuando queda todo cerrado por los ríos, se viene toda la gente a machetear y levantar piedras”, contó la referenta. Y añadió que la provincia “tampoco aparece mucho”, aunque reconoció que “ahora, con el proyecto, nos están tomando en cuenta por lo menos”.

En cuanto a la posibilidad de ampliar la iniciativa para fomentar el turismo rural, dijo que en principio no tiene esa finalidad, pero que no se niegan a las visitas, “siempre y cuando tengan conciencia ambiental y sea ofrecido por nosotros, la gente del lugar, bajo nuestro cuidado, y para eso falta organización y capacitación”.

“Nuestra biodiversidad es todo para nosotros y sentimos que también lo es para todo el departamento y toda la provincia”, sostuvo Lucía Nieba, presidenta de la comunidad, en la presentación. Agregó que cuentan con 200 mil hectáreas de bosque, selvas bajas y serranías que es menester cuidar.

El acto contó con la participación del secretario de Ambiente de la provincia, Alejandro Aldazábal; su par de Relaciones Institucionales e Internacionales de Salta Constanza Figueroa; el coordinador Residente de las Naciones Unidas en Argentina, Roberto Valent, y el coordinador Nacional de PPD, Francisco López Sastre.

Los Guardas Ambientales, miembros de la comunidad, fueron capacitados por la Secretaría de Ambiente de la provincia con el fin de cuidar los diferentes ayllus (pueblos) de la comunidad, y serán los encargados de realizar los controles dentro de su territorio.

Aldazábal se comprometió a apoyar ese y todo tipo de emprendimiento que tenga el mismo objetivo, y a asesorarlos “para que puedan acceder a fondos que prevé la Ley de Bosques, ya sea para conservación o para manejo”.