Desde Santa Fe

Los diez integrantes del Tribunal de Enjuiciamiento de Magistrados decidieron abrirle el proceso de remoción al juez Rodolfo Mingarini --que dejó libre a un violador porque usó preservativo-- y suspenderlo en su cargo con medio sueldo, en apenas quince minutos. Fue una decisión unánime: 10 a 0. Antes, lo habían escuchado casi una hora --a puertas cerradas-- con un espíritu confrontativo que sorprendió a los miembros del jury, y si alguno de ellos tenía alguna duda acerca de la apertura del caso --como trascendió antes de la audiencia--, la autodefensa del propio Mingarini los convenció de que había que investigarlo. 

"No hubo autocrítica, ni arrepentimiento, ni disculpas", dijo a Rosario/12 una fuente segura de la Casa de Justicia que interpretó que si el juez seguía en su puesto, su conducta puede tener consecuencias irreparables en las víctimas. El fallo del escándalo es del 30 de mayo, está en la web, donde se escucha decir a Mingarini que "no puedo entender" que si un victimario va a tener "relaciones forzadas" "se tome el tiempo para colocarse el profiláctico" y avance sobre otro cuerpo. "Ahí se me genera la mayor duda", se defendió. Este martes, tras ratificar ese razonamiento ante el Tribunal, la duda se le volvió en contra.

El Tribunal resolvió la apertura del jury al admitir la denuncia del procurador de la Corte Suprema, Jorge Barraguirre, quien acusó a Mingarini por nueve casos. La primera imputación era por cuatro fallos misóginos, entre ellos el que dejó libre al violador el 30 de mayo. Pero en la última semana, Barraguirre agregó otros cinco. El último, por las comunicaciones telefónicas impropias --que reveló la colega Sonia Tessa en Rosario/12-- que escandalizaron a los ministros más conservadores de la Corte. "Que un juez llame en secreto a una de las partes sin conocimiento de la otra es inaceptable", reveló la fuente. Ese hecho también inclinó la balanza.

La defensa de Mingarini y luego la reunión del Tribunal fueron reservadas. Pero los tiempos y las señales quedaron a la vista. El juez ingresó al salón de actos de la Corte a las 12.25. Lo acompañaron sus dos defensores, una reconocida abogada de Santa Fe, Georgina Stratta, y uno de sus hijos, que la asiste en su estudio, Ignacio Cecchini. Sus otros hijos, Manuel y Francisco Cecchini, son fiscales del Ministerio Público de la Acusación.

El 10 a 0 para iniciar el proceso de remoción es una señal, pero no anticipa el resultado. En octubre de 2018, el jury al ex juez Nicolás Muse Chemes, acusado por el caso CER y sentencias misóginas, también se abrió por 10 a 0. Pero la destitución se definió por 6 a 4. El ministro de la Corte Rafael Gutiérrez y el senador Traferri votaron a favor de Muse Chemes.

Traferri es el primer legislador en la historia de la provincia que integra un Tribunal de Enjuiciamiento después de negarse a comparecer en una audiencia imputativa en una causa en la que ya están detenidos el ex fiscal regional de Rosario Patricio Serjal y su ex mano derecha Gustavo Ponce Asahad, entre otros. “La presencia de Traferri en los despachos de la Corte ya generó ruido. Quizás eso puede haber influido también en el 10 a 0 para no generar más resonancia a días de las elecciones del domingo”, especuló otra fuente. “Tal vez no quieren más conflictos”.

La apertura del proceso a Mingarini rompió otra inercia. En setiembre de 2019, el Tribunal destituyó a Muse Chemes después de un gran trabajo de la ex diputada del Frente Progresista Alicia Gutiérrez y otros legisladores que la acompañaron. Fue el último jury. Todas las denuncias del procurador Barraguirre que siguieron después fueron rechazadas.

Ayer, el diputado Pullaro participó en el plenario del Tribunal, pero en el recinto sólo eran nueve porque el ministro de la Corte Mario Netri participó por zoom desde su casa, en Rosario. El hecho no es menor. El proceso de remoción se podría haber abierto hace dos semanas, el 24 de agosto, cuando Pullaro estaba en Buenos Aires y ofreció participar de manera remota, pero no lo pudo hacer porque no podía firmar el acta. Netri sí tenía firma digital, Pullaro no.