Algo huele podrido en Pensilvania. American Rust (estreno el martes 14 por Paramount+) es una de esas miniseries que desde su título se presentan como una postal explícita de su contexto. En este caso, una región fabril de los Estados Unidos que vive un presente descascarado. Es un drama íntimo enmascarado de policial -o viceversa- que tiene como protagonista al jefe de la policía local. Del Harris (Jeff Daniels de The Newsroom) tendría que resolver un homicidio, pero el sino trágico de Buell va a complicar el asunto. Hay depresión económica, desalojos de viviendas y ciudadanos que portan rifles por las calles e ingieren opioides como chicles. Es esa clase de distritos que todos aman odiar y donde las tragedias se apilan.

“Es el cinturón de óxido, estúpido”. La máxima y el mote con el que se conoce a la zona pesa en todos los habitantes. El protagonista no está exento de ello. Su rutina comienza con la ingesta de drogas recetadas que prensa en un mortero, el resto de la jornada se muestra con su rifle, y le hace saber a un forastero que los usos y costumbres del lugar no son tan diferentes a los del viejo oeste. “Estamos más cerca de West Virginia que de Pittsburgh”, suelta en un momento. Es un tipo aquejado por un pasado sombrío del que se irá develando de a poco. El romance con Grace (Maura Tierney) representa un poco de aire y también en el de la mujer, que aún está casada. Hasta que el hijo de la obrera textil se meta en una riña nocturna por la que tendrá que cumplir una probation. Al término de la condena, un expolicía involucrado con ese hecho aparece muerto y Del Harris tendrá un conflicto de intereses: perseguir a Billy (Alex Neustaedter) o entorpecer la causa.

Los ocho episodios de esta miniserie creada por Dan Futterman (The Looming Tower) juega a la carambola con Mare of Easttown. Resulta inevitable la comparación con la ficción protagonizada por Kate Winslet por lo que se cuece a nivel geográfico, temático y de relato. Aunque hay diferencias de tono. Mientras que en aquella el homicidio permitía la expiación de toda la comunidad, en esta adaptación de la novela de Phillip Meyer no hay chance de cura alguna. Todo será lúgubre y abatido. Se trata de un pueblo siempre listo para mostrar su peor cara (racismo, machismo, homofobia) y con un pus de violencia a punto de explotar. Está el pibe que tenía todo para convertirse en una estrella de fútbol americano y quedó enfrascado, su amigo que no puede ni quiere salir del closet, la mujer que vive para pagar sus deudas y Del, a quien todos consideran un buen tipo, pero que se empeña en hacer lo opuesto. “Nadie me dice que hacer en mi tierra, soy un buen tirador y no voy a matar a nadie, pero si lo hiciera no deberían haber estado en mi propiedad”, desgrana.

Según Daniels, la pieza le dio la oportunidad de conectar con sus orígenes. “Crecí en la clase trabajadora. Trabajé con mi padre en un aserradero así que conozco a esta clase de tipos. Fui uno de estos tipos. Soy uno de estos tipos y ahora estoy interpretando a uno de ellos”, señaló el intérprete. American Rust lo tiene como personaje central compartiendo el puesto con ese pueblo fantasma del condado de Fayette con el que la cámara se regocija. “La región es un personaje tan relevante como cualquiera. Es única en el sentido de que representa a todos esos lugares abandonados en los que vive buena gente con mucha mala suerte en un muy mal tiempo e intentan hacer lo que pueden. De eso se trata este programa: buena gente tratando de sobrevivir”, señaló Daniels.