Con el informe de Ciudades seguras: libres de violencia contra las mujeres, se dio a conocer la segunda parte de los resultados de una encuesta vinculada al acoso callejero que se realizó en la ciudad de Salta en abril de este año. Muestra que el 81% de las mujeres se siente muy insegura cuando hace uso del espacio público durante el día. La situación se agrava a la noche, cuando casi la totalidad, el 92% de las consultadas, se siente muy insegura.

El Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), que impulsó el informe, propuso que se incorpore la perspectiva de género en el planeamiento urbano para proveer a las mujeres de una urbanización segura y de un mejor sistema de transporte con el propósito de eliminar las inequidades estructurales que inciden en el desempeño laboral, educativo, y cotidiano del género femenino.

La coordinadora general de Mumalá en Salta, Malvina Gareca, dijo a Salta/12 que los principales motivos por los cuales las mujeres expresaron sentirse inseguras en el espacio público son la existencia de lugares poco transitados o descampados (47%), o lugares con poca iluminación (36%). En este último caso, 8 de cada 10 mujeres que transitan en su barrio contaron que solamente algunas calles están totalmente iluminadas.

Además, el 68% expresó que en las zonas de descampados no se realizan tareas de mantenimiento, corte de yuyos o recolección de residuos. Mientras que el 33% respondió que sí existen este tipo de tareas, pero el mantenimiento de la limpieza se hace solo "a veces" (77.8%).

Si bien Gareca sostuvo que estas problemáticas son constantemente tratadas por los vecinos, consideró que deben contar con una "una mirada de género"; debido a que a las mujeres les "afecta de otra manera porque cotidianamente vivimos situaciones de violencia".

El Observatorio de Mumalá sostuvo que la violencia contra las mujeres está directamente relacionada con la desigualdad. Su capacidad de emancipación, su autonomía personal y su seguridad están estrictamente vinculados con el espacio público. Por ello, afirmó que "la seguridad de las mujeres debe dejar de ser un asunto privado para pasar a ser una cuestión pública y social, y ser abordada desde la responsabilidad colectiva".

También un 88% de las personas encuestadas dijo que en su barrio existen plazas o espacios recreativos, pero que lamentablemente el 51,4% no las utiliza porque los juegos o bancos están rotos o en algunos casos porque estos espacios están sucios. Se suma nuevamente la poca iluminación, o que no hay rampas para personas con discapacidad motriz. Otro de los motivos por los cuales no utilizan las plazas, es que se encuentran en un descampado, como así también, por miedo a que les suceda algo.

En porcentajes menores expresaron que sienten inseguridad cuando ven grupos de varones (10%), pasan por obras en construcción (5%), o por el simple hecho de ser mujer (2%). En relación al grupo de varones, Gareca dijo que las mujeres tienden a desviar su recorrido porque "somos propensas a vivir las situaciones de acoso callejero".

En ese sentido, aseguró que el diseño urbano debe crear espacios que generen mayor seguridad a las mujeres. Esto significa que sean agradables, es decir, estén bien mantenidos e iluminados (tanto de día como de noche), ya sean calles, plazas, puentes peatonales o paradas de colectivos. Además, el informe también propone la ampliación del sistema de cámaras de seguridad, para desalentar las agresiones y los delitos.

La presentación de datos se realizó a partir de las encuestas efectuadas a mujeres de distintos barrios de la ciudad de Salta durante abril de 2021 en el marco de la concientización sobre el Acoso Sexual Callejero. Fueron 351 las personas que desde el 14 y hasta el 26 de ese mes respondieron las encuestas de manera presencial y online. Las respuestas se segmentaron en las franjas etarias de 13 a 19 años, de 20 a 34, de 36 a 49, de 50 a 64, y de 65 años en adelante.  

Vivir con miedo

Al momento de transitar el espacio público, el 89% de las mujeres no lleva un elemento de defensa personal. Mientras que entre las personas que sí lo hacen, los elementos más usados son el gas pimienta o algo con punta, llaves, picana eléctrica. También se usan paraguas, cartera, bastón, tijera y lapicera, cuchillo, botella de agua, desodorante en aerosol, llavero autodefensa, el bolso, una lapicera, cigarrillo prendido. 

Por eso, Mumalá planteó que la Municipalidad de Salta debería brindar herramientas de autoprotección a través de cursos de defensa personal. La aseguró que el dictado debe descentralizarse, y para ello se puede recurrir a CICs, centros vecinales, y cualquier edificio público adecuado.

En los resultados de la encuesta también se evidenció que el 52% de las mujeres siempre avisa a alguien cuando llega a destino y la razón es que vivieron alguna situación de acoso en el uso del transporte público; ya que el 55% aseguró que sufrió acoso verbal por parte de choferes o transeúntes, y el 42% reconoció que no pudo reaccionar ante la agresión.

Además, sólo 6 de cada 10 mujeres señalaron que algunas paradas del colectivo que utilizan están iluminadas y señalizadas correctamente.

Con respecto al uso de taxis o remises, el 59% de las mujeres dijo que durante su uso se mantiene comunicada con alguien o avisa cuando llega a destino como medida de seguridad. Además de que el 58% envía su ubicación en tiempo real y el 54% identifica la patente o número de móvil que utilizaron.

Por ello, el Observatorio fomentó a que haya una participación ciudadana paritaria en la gestión del transporte público, mediante la creación de órganos consultivos específicos sobre cuestiones clave, como los recorridos y los horarios. Indicó que una forma de impulsar esta participación es facilitar la presentación de quejas y sugerencias.

También, contar con el interés de las autoridades, mediante la unión de las mujeres para la realización de auditorías de seguridad, es decir, donde sean las mujeres quienes tengan la posibilidad de evaluar la seguridad y condiciones de las calles, del transporte e identificar las formas en que puede hacerse más seguro y mejor.

Que sea ley

Gareca, concejal electa por el frente Unidos por Salta, instó a tomar consciencia de que el acoso callejero es un tipo de violencia ya establecida en la Ley Nacional N° 26.485, que la incorporó como una modalidad en 2019.

En ese sentido, también pidió que el Senado provincial trate el proyecto, que a mediados de junio de este año ya obtuvo media sanción en Diputados, que castiga el acoso callejero mediante la aplicación del Código Contravencional, fijando hasta 20 días de arresto o una multa que ronda actualmente los $8.500.

También instó a que se hagan campañas, porque "necesitamos que estas conductas sean revertidas de parte de los varones", que en un gran porcentaje aún concibe a la mujer como parte de su propiedad. Por eso dijo que el Estado provincial debe intervenir, teniendo como eje principal a la educación.

Gareca sostuvo que en este aspecto "es fundamental la ESI (educación sexual integral)", que hoy no está siendo implementada en su totalidad. "Es necesaria porque se trabajan los contenidos de prevención de la violencia, de relaciones igualitarias entre las personas y para que podamos convivir en una sociedad sin violencias", expresó.