Sin Lionel Messi, preservado por una lesión en su rodilla izquierda tras la polémica del partido pasado por su desplante hacia Mauricio Pochettino, el París Saint-Germain se quedó este miércoles con un partido muy caliente en su visita al Metz, el último de la Ligue 1, con triunfo 2-1 sobre el epílogo.

El autor de los dos goles fue el lateral derecho marroquí Achraf Hakimi, quien justamente se vio involucrado en la escena entre Messi y Pochettino al ser quien ingresó en lugar del rosarino el domingo ante el Lyon. El africano marcó a los 5 minutos, tras una muy buena definición de Mauro Icardi cuyo remate fue salvado en la línea, y a los 95, con un verdadero golazo dentro del área tras pase de Neymar.

El empate transitorio lo marcó el defensor maliense Kiki Kouyate a los 35 minutos, con un cabezazo violento que el costarricense Keylor Navas no pudo salvar. De todas maneras, el arquero tico tuvo revancha en el segundo tiempo, con una increíble tapada en un mano a mano que hubiese adelantado a los locales.

Pero la historia del partido pasó por los duelos entre Kylian Mbappé y el arquero rival, el argelino Alexandre Oukidja. Tras varias acciones en las que el uno le ahogó el grito al estelar atacante francés, llegó la primera polémica.

A los 82 minutos, con todo 1-1, Mbappé "devolvió" una pelota por fair play pero su disparo, direccionado al medio del arco le salió por arriba del arquero, quien tuvo que realizar una estirada espectacular para evitar el gol y, como iba en dirección a su propio arco, soltar la pelota antes de llegar a la línea. Mbappé pidió disculpas, pero la sensación a avivada sobrevolaba el estadio.

Minutos después, la gran polémica. Infracción contra Neymar, amarilla para uno del Metz, el tunecino Dylan Bronn que intenta demorar y tira la pelota lejos, empujones van y vienen y tarjetas que hacen lo propio. El árbitro le muestra la segunda amarilla al central Bronn y el Metz se queda con uno menos de cara a los largos minutos del tiempo agregado. Al DT local no le gusta nada lo que está pasando, lo hace saber y también se va expulsado.

Con la ventaja de un hombre extra -y todos los millones de diferencia en materia presupuestaria- el final estaba cantado. Pero el que cantó de más fue Mbappé, quien le fue a festejar el gol en la cara al arquero Oukidja todavía caído. El uno lo fue a buscar en medio del festejo de los parisinos, se terminó llevando un empujón de Neymar de regalo, una amonestación (también para el brasileño) y nada que lo consuele.

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