El mejor homenaje

Unos dicen que un conde inglés con afinidad por los juegos de naipes y las apuestas inventó el sándwich allá por el año 1762, preocupado por no interrumpir una racha ganadora levantándose para un fin tan banal como comer. Otros en cambio sostienen que el sándwich no nació en Europa sino en Oriente y que de allí se expandió por el mundo. Lo cierto es que más allá de su origen cada país lo reformuló según sus hábitos e ingredientes, convirtiendo al sándwich en uno de los platos más populares del planeta. Y en Regio lo homenajean de la mejor manera posible. Este pequeño y nuevo espacio liderado por Tatu Rizzi (el mismo que está detrás de Opio Gastropub y El Imperfecto) presenta una carta diurna repleta de opciones con y sin carne, donde se pueden elegir distintos tipos de panes, esponjosos y frescos, que soportan los rellenos sin deshacerse entre los dedos.

Los sándwiches de miga son deliciosos: de berenjena en escabeche y queso; de pasta de zanahoria con especias, daikon y espinacas; de leber con mayonesa y pepinillos; o el Imperial con panceta, tomate, huevo, mayonesa y mostaza, entre más variedades (desde $100). Los de pan de molde vienen en sabores como el de hongos salteados con cebolla caramelizada y queso vegano; y se suma el pan de bollo con ejemplos como el de langostinos, mayo cilantro, cebolla roja y kale; el de bondiola a la plancha con coleslaw y pickles; y la hamburguesa de cerdo con panceta, manteca de maní y pepino encurtido (desde $550).

Más allá de los sándwiches, Regio ofrece bowls como el Chilly con porotos orgánicos, soja texturizada y picante; una potente sopa de cebollas y un Strogonoff de hongos acompañado con puré de papas (desde $600). Queda claro que Tatu Rizzi tiene una mano muy entrenada en el uso de las especias, logrando propuestas que explotan de sabor en la boca. Con la llegada del calor, este lugar es perfecto para arrancar la velada en la vereda con una jarra de gin tonic a mano, y terminarla con el Bajón de chocolate para un cierre goloso. 

Gran calidad a precio amigable en honor a uno de los mejores inventos del mundo.

Regio queda en Honduras 4416. Horario de atención: jueves a lunes de 11.30 a 18. Instagram: @regio.ok.

Pastrón en todas sus formas

Durante años muchos soñaban con visitar el famoso Katz’s Deli en Nueva York para comer ahí uno de esos obscenos sándwiches de pastrami que se veían en las películas y tenían el tamaño de una cena para dos. Afortunadamente ya hace rato que no es necesario viajar: hoy hay varios lugares que lo hacen –y muy bien– en Buenos Aires, entre ellos Cast Pastrami, un deli en pleno corazón de Villa Crespo con mesas en la vereda, mucho sol y hasta un almacén para poder replicar la experiencia en casa. 

Los cocineros Mauro Carabajal y Alejandro Starosta son los responsables de este local que, más allá de otras opciones, tiene al pastrón como estrella de la carta. Se trata de una carne vacuna curada durante siete días con un mix de especias y luego cocinada en cocción lenta hasta quedar tierna y sabrosa. El clásico sándwich de la casa es el Cast Steak, que viene en pan pletzalej (con cebollita y semillas de amapola) relleno de pastrón, salsa demi glasé, pepinos agridulces, queso emmenthal fundido, huevo frito, sofrito de vegetales y reducción de Malbec; pero también está el Pulled, a base de un pastrón de roast beaf desmenuzado con coleslaw, barbacoa y cheddar fundido; o la Burger que trae queso, alioli de cebolla morada encurtida y pepinos agridulces ($850). Todos vienen acompañados por papas fritas. 

Otra de las opciones recientemente incorporada es la costilla de pastrami al plato que llega con latkes de papa ($1400). Y si bien es un pecado visitar Cast y no pedir algo de pastrón, también hay platos como las ensaladas (desde $500), una Veggie Burger, pinchos de queso a la plancha con caponata de tomate, croquetas, gravlax de salmón o el hummus con caviar de berenjenas ahumadas, pepinos agridulces y pan pita (desde $440).

En este deli ubicado en la zona de los outlets de Villa Crespo la cortina se levanta temprano así que sirven desayunos y completan la oferta con seis boxes para elegir y llevar a casa, muy buenos comodines para resolver un encuentro con amigos.

Cast Pastrami queda en Aguirre 864. Horario de atención: lunes a domingos de 10 a 19. Instagram: @cast_pastrami.

Sabores del mundo

Hace apenas tres meses abrió Rocoto, el sueño cumplido de Fernando Dvoskin. En lo más crudo de la pandemia, cuando la gastronomía venía castigada como pocos rubros, Fernando decidió colgar la cámara de fotos con la que registró más de treinta años de historia argentina en distintos medios gráficos, y arrancar con otra pasión: la comida. El resultado es este restaurante en el bajo de San Isidro, con una propuesta que en palabras de Fernando se puede sintetizar como “cocina del mundo” y que por ahora se agrupa en árabe, asiática, india, latina y mediterránea. 

Acá no hay sándwiches en el estricto sentido del término pero sí algo muy similar, tanto en su lógica como espíritu: son los wraps, cada uno inspirado en los sabores más representativos de cada región del planeta. El wrap latino, por ejemplo, trae bolitas de humita, frijoles negros con verdeo, mango, palta, mandioca frita y salsa de rocoto mientras que el mediterráneo viene con falafel, ensalada griega, morrones asados, tomates secos rehidratados con albahaca, láminas de berenjena, queso tipo feta y salsa de yogurt con pepino (desde $750). Todos los wraps suman su versión al plato, donde se combinan los distintos ingredientes, preparaciones y texturas en una porción súper abundante. Uno de los más pedidos es el indio que trae bolitas de berenjena fritas, curry de vegetales en leche de coco, chutney de tomates, salsa de yogurt con espinacas y coco y papas masala (desde $750).

Todo lo que se sirve en el local también está para delivery y take away, servido en contenedores compostables. Entre las bebidas hay limonada, agua de Jamaica o, entre las opciones con alcohol, un Gin Tonic que sale con almíbar de rocoto picante y dulzón. También hacen gyozas caseras, una selección de bolitas combinadas con dips y, de yapa, dos platos para niños: el pollo crocante y las quesadillas.

Entre tanta parrilla y restaurante tradicional del barrio, Rocoto aporta una opción distinta, cuidada y muy sabrosa, para disfrutar de los sabores del mundo sin moverse de Buenos Aires.

Rocoto queda en Roque Sáenz Peña 1038, San Isidro. Horario de atención: miércoles a sábados de 19.30 a 24; viernes a domingos de 11.30 a 17. Instagram: @comerocoto.