El volcán Kilauea, ubicado en la isla estadounidense de Hawái, entró en erupción este miércoles, por lo que el Observatorio Vulcanológico de ese estado elevó el nivel de alerta hasta rojo. El día anterior, los especialistas habían advertido un aumento de la actividad sísmica en la zona de la erupción. 

De acuerdo a lo que se aprecia en las imágenes, se formaron varias fisuras en la base del cráter, generando flujos de lava en la superficie del lago de lava. 

“El aumento de la actividad sísmica y los cambios en los patrones de deformación del suelo en la cumbre del Kilauea comenzaron a ocurrir aproximadamente al mediodía del 29 de septiembre, lo que indica un movimiento de magma en el subsuelo”, indicó en un comunicado el Observatorio Vulcanológico de Hawái.

Según el organismo, la erupción del volcán se produjo dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, por lo que los gases volcánicos representan el mayor riesgo. Por el momento no existe un peligro para la ciudadanía, aseguraron los expertos, aunque sí advirtieron sobre "los cabellos de Pele", que son hebras de vidrio basáltico que podrían recorrer grandes distancias por la erupción del Kilauea.

El día anterior a la erupción, el observatorio ya había detectado cambios en el volcán. “Justo después de la medianoche comenzamos a tener un aumento de la actividad sísmica y los enjambres sísmicos”, dijo David Phillips, científico adjunto a cargo del organismo, quien advirtió que la erupción, tal como puede suceder en La Palma, puede durar meses.

El Kilauea es uno los cráteres más activos del mundo: se estima que en el siglo pasado entró en erupción aproximadamente 50 veces. Entre 1983 y 2018 se mantuvo en constante actividad volcánica y en diciembre del pasado año, luego de dos años de inactividad, volvió a entrar en erupción y arrojó 10 millones de metros cúbicos de lava en un episodio que duró hasta el mes de mayo.