Este martes, Juntos por el Cambio decidió no dar quórum para tratar el proyecto de ley de Etiquetado Frontal, una propuesta que busca prevenir la malnutrición de la población. La sesión fue levantada luego de que el bloque del Frente de Todos contara con 122 bancas, al conseguir el apoyo del interbloque de José Luis Ramón y dos legisladores mendocinos de la oposición, un número inferior al requerido para iniciar el debate.

Una de los primeros diputados del bloque opositor que salió a hablar fue Francisco Sánchez, diputado nacional por Neuquén. El legislador utilizó Twitter para dar su explicación de por qué juntos por el Cambio no bajó al recinto: "Al amigo todo, al enemigo ni quórum", dijo. 


Casi de inmediato, miles de usuarios en esa red social le respondieron al legislador: entre los comentarios, los internautas le preguntaron si el enemigo es "brindarle acceso a la información a los argentinos para que sepan lo que comen?". 

Tras la repercusión en redes, Sánchez dio declaraciones a varios medios de comunicación y dio un nuevo argumento. "La convocatoria la hicieron el viernes, con un temario cerrado y sin ningún tipo de apertura a incluir otros temas", apuntó y agregó que "no tuvo que ver con las temáticas de los proyectos a debatir ni con sus posturas respecto a eso".

Etiquetado Frontal

De acuerdo con la última Encuesta de Factores de Riesgo del Indec (2018), en la Argentina el 61,6 por ciento de las personas tienen exceso de peso (36,2 por ciento tienen sobrepeso y 25,4 por ciento, obesidad).

El principal objetivo del proyecto de Etiquetado Frontal es dejar a la vista de todas y todos los consumidores la presencia en alimentos y bebidas de altos niveles de los denominados "nutrientes críticos" (grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o calorías), según criterios basados en el "Perfil de Nutrientes de la OPS". 

De aprobarse la ley, los productos que sobrepasen los límites fijados por el organismo deberán tener en el frente de sus envases una etiqueta octogonal negra, con borde y letras de color blanco, que advierta sobre el exceso del nutriente crítico que corresponda en cada caso.

Los antecedentes de Francisco Sánchez

Meses atrás, Francisco Sánchez publicó unos mensajes machistas en su cuenta personal de Twitter, cuando afirmó que quiere novias para sus hijos que sean “bonitas, inteligentes y de derecha”.

El legislador opositor, que se presenta en su perfil como "Profamilia, batallando por la Argentina grande, casado con María Inés, padre de cinco" expuso los desubicados comentarios al responder unas fotos selfies de una mujer en Twitter.

"Díganme algo que necesiten", fue la frase de la usuaria de la red social, a lo que Sánchez respondió: "una nuera como vos para alguno de mis cinco hijos”.

Pero ese no fue el único mensaje. Cuando desde la red social del pajarito le dijeron "Fran, a todas nos decís lo mismo. Te descubrí", el diputado del PRO respondió con otro mensaje fuera de lugar: “Solo a las bonitas, inteligentes y, por lo tanto, de derecha”. 

A su vez, para el 24 de marzo, Sánchez  -conocido por sus posturas ultraconservadoras- publicó un tuit de tono inédito para un diputado nacional en funciones y con retórica digna de los militares de la dictadura, al hablar de "revolución apátrida" y de "comunismo".

Sánchez se defendió así: "¡Tengo que leer cada tonto acusándome de negar la dictadura! El golpe del '76 se lo hicieron al pueblo argentino, no a los grupos terroristas. No jueguen a la víctima los que apoyaron y apoyan a los grupos armados que generaron el caos en plena democracia. Ahora, los que aman el odio me acusan de procesista. Muchachos, el Golpe cívico-militar, fue el 'otro demonio'. Ni videlista ni proterrorista, argentino que quiere la auténtica Memoria y la verdadera Justicia".

Acto seguido, el diputado que avala la teoría de los dos demonios no fue capaz de sostener esa presunta simetría y se dedicó a retuitear tuits de la Asociación Civil Abogados por la Justicia y la Concordia, un grupo negacionista y reivindicador del terrorismo de Estado, que asiste a militares encarcelados por crímenes de lesa humanidad