Con una gran cantidad de inscriptos, la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) inició la Diplomatura en Cannabis y sus usos medicinales destinada a capacitar a usuarios, cultivadores, productores, docentes, investigadores y el resto de la comunidad sobre los avances en distintas temáticas relacionadas con las propiedades botánicas de la planta, su acción terapéutica, investigaciones clínicas, la legislación vigente y buenas prácticas de cultivo.

“Tenemos todos los recursos humanos y las condiciones apropiadas para desarrollar a nivel nacional el cultivo de cannabis e impulsar su exportación”, afirmó al Suplemento Universidad Silvia Kochen, una de las coordinadoras e integrante de la Red de Cannabis y sus Usos Medicinales (Racme).

La Diplomatura está compuesta por diez módulos en los que se debate sobre los análisis de la evidencia farmacológica, cultivo indoor-outdoor, diferentes especies y variantes genéticas, importación de semillas y taxonomía del cannabis, entre otros temas. Un objetivo concreto es brindar una mirada integral sobre un tema controversial.

Según detalló la investigadora del CONICET, “siempre las actitudes prejuiciosas tienen que ver en su mayoría con un gran desconocimiento y parte de la propuesta es convertir los saberes y mostrar las evidencias disponibles para generar un debate amplio”.

En esa línea, Kochen aseguró que “hay encuestas realizadas en Latinoamérica, segmentadas por edades sobre el uso de cannabis, que arrojaron más de un 80 por ciento de aceptación, y las opiniones negativas venían en gran parte de los médicos y médicas”.

En noviembre del año pasado, Argentina aprobó la reglamentación de la Ley 27.350 sobre el cannabis medicinal que autorizó el autocultivo para quienes necesiten el consumo terapéutico de la planta, así como la provisión gratuita a pacientes por parte del Estado y la producción tanto pública como privada de aceite de cannabis y sus derivados.

Sin embargo, para Kochen “la normativa actual tiene muchos grises, en especial con respecto a cuestiones vinculadas a la legalidad en la producción”. Por ello, uno de los aspectos que se tratan en la Diplomatura -que hoy cuenta con 2.500 inscriptos, según especificó la investigadora - es la necesidad “de contar con un Estado presente que garantice la calidad de los productos que llegan a la población”.

Consultada sobre el alcance real de los efectos terapéuticos que se le atribuyen al cannabis, explicó que su uso ha sido de gran utilidad para el tratamiento de dolores crónicos, ansiedad e insomnio. Incluso, indicó que se investiga su eficacia en pacientes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), con resultados alentadores, aunque aún resta la aprobación necesaria por parte de un organismo regulador.

“Hay muchos estudios que demuestran su eficacia. De hecho, existe una droga denominada CBD autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) que es un compuesto químico de la planta Cannabis Sativa utilizado para la epilepsia refractaria, y en Argentina hay una copia de este producto autorizado por la ANMAT. No hay reportes de muertes, los resultados son positivos y los efectos adversos escasos”, ponderó Kochen.

La capacitación, que se realiza de manera virtual y se extenderá por un plazo de seis meses, forma parte de un convenio entre el Ministerio de Salud, CONICET, el Hospital El Cruce de Florencio Varela y la UNAJ.