El Salón Azul del Senado de la Nación lucía el jueves por la tarde desbordado de gente que se acercó a participar de la propuesta del senador y cineasta Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur-Unen). La convocatoria tenía un título que el codirector de La hora de los hornos explicó al comienzo de su exposición: el debate público “Defensa y perspectivas del cine nacional”. La idea era discutir entre profesionales del cine y políticos cómo se puede trabajar en conjunto después de todo lo sucedido tras el despido de Alejandro Cacetta de la presidencia del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), sobre los conflictos en torno al Plan de Fomento Cinematográfico y el fantasmal proyecto de ley de convergencia que el Poder Ejecutivo guarda bajo siete llaves. Antes de que comenzara el debate ya había muchas caras conocidas del cine argentino: el director y productor Luis Puenzo, el realizador Marcelo Piñeyro, la productora Lita Stantic, el documentalista David Blaustein, el cineasta Nemesio Juárez y el actor Juan Palomino estuvieron en la primera fila, entre otros. 

También asistieron los miembros de la Asamblea de la Comunidad Audiovisual de todas las asociaciones cinematográficas que vienen resistiendo, incluyendo representantes de sectores gremiales y de centros de estudiantes de carreras de cine, muchos de los cuales expresaron sus posturas. Se trató de la reunión pública en la que hubo mayor cantidad de nombres fuertes acompañando la lucha de la Asamblea como, por ejemplo, el abogado Damián Loreti, especialista en legislación vinculada a la comunicación. También estuvo –y fue el más aplaudido– el productor Pablo Rovito, quien renunció a su cargo de rector en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), dependiente de Incaa, luego del despido de Cacetta, y quien fue uno de los apuntados en el burdo informe del animador Eduardo Feinmann, en el programa Animales sueltos, del canal América. En la mesa estaban Solanas, la senadora Norma Durango (FpV), que integra la Comisión de Comunicación y Cultura, los senadores Juan Manuel Abal Medina (FpV) y Jaime Linares (Gen), el diputado Julio Raffo (FR-UNA), que fue asesor legal en más de sesenta producciones nacionales), Luis Puenzo –otro de los más aplaudidos durante el debate–, y el prestigioso director de fotografía Félix “Chango” Monti (entre sus trabajos pueden mencionarse La historia oficial y El secreto de sus ojos, las únicas dos películas argentinas ganadoras del Oscar). 

Solanas dio el puntapié inicial del debate trazando una historia de la lucha que tuvieron que dar él y otros cineastas para modificar la Ley de Cine debido a los problemas que ocasionó la incursión del cable en los años ‘90 al quitarle espectadores en las salas. Fue entonces cuando se logró que el 25 por ciento de los aportes que las teleradiodifusoras hacían al entonces Comfer debían ir al Fondo de Fomento Cinematográfico, que es uno de los puntos calientes de la discusión actual. “Aquello fue extraordinario y ha permitido democratizar el cine”. También señaló que la asamblea a la que convocó “tiene como misión plantear las sombras que amenazan al cine nacional”, pero también subrayó la importancia de plantear las perspectivas: “Estamos por un cine plural, democrático y que cubra las necesidades de los distintos públicos, con equilibrio”.  

Continuó la senadora Durango, quien fue durante varios años integrante del Consejo Asesor del Incaa por la Región Patagónica. “Quiero decirles que estamos aquí para darles nuestro compromiso personal e institucional ante este peligro que está corriendo el cine nacional”, dijo Durango, quien habló en representación de su bloque. Luego, el senador Abal Medina, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, agradeció a Solanas que lo haya invitado a participar. “En un mundo en el que el orden neoliberal y la globalización cultural, manejada por el capital financiero, buscan uniformar las mentes, los espacios, las lógicas, mucho más importante es dar esta pelea en todos los espacios”, comentó. “Quiero transmitirles todo el apoyo de nuestro bloque para no dar un paso atrás en las políticas de defensa del cine nacional”, agregó Abal Medina. La sensación para ese momento era que ya quedaba claro que la comunidad audiovisual no está sola en la dura pelea que está llevando a cabo. En la misma línea se pronunció el senador Linares: “Más que defensa del cine nacional tenemos que tratar de adelantarnos a lo que viene. Por eso, este debate al que convoca Pino exige que tengamos una conjunción de ideas para afrontar este nuevo desafío”, expresó. 

Puenzo planteó una idea que ya había señalado en una reunión con algunos diputados que había tenido durante la mañana del jueves y a la que había convocado la diputada Liliana Mazure. “Lo planteo también en Senadores: dejen de esperar pasivamente que el ministro de Comunicaciones (Oscar) Aguad se digne a mandar al Congreso una ley que, según dice el propio Aguad, ya la tienen redactada, pero la tienen encanutada, guardada bajo la alfombra”, comentó el director de La historia oficial en relación al proyecto de  ley de convergencia que tantas sospechas está despertando en la comunidad audiovisual argentina. “En lugar de que ellos la muestren o que la muestren cuando se les cante,  mientras tanto yo les pido a los senadores que hagan una y a los diputados que hagan otra o la misma. Y que esta casa tenga su propia ley, que salga del Legislativo y no esperar que venga esa ley sospechosa”, explicó Puenzo y se ganó el aplauso más intenso de todo el debate. Luego, Solanas le dio la palabra al “Chango” Monti, quien brindó su mirada: “El cine es algo que nos pertenece, que necesitamos y que es nuestra forma de vida y nuestra forma de expresar. Nunca un paso atrás, siempre un paso adelante. Tenemos que estar preparados para luchar por todo”, subrayó Monti. El diputado Julio Raffo trazó un análisis pormenorizado y exhaustivo aportando todo el tema técnico en torno de lo que está en juego, tanto en relación a la Ley de Medios, la Ley de la Argentina Digital y de la futura ley de convergencia, sobre la cual advirtió: “Tenemos que ponernos en pie de guerra para exigir conocer ese anteproyecto, con independencia de trabajar, como decía Luis, en un proyecto alternativo. Tenemos que exigir esto porque ahí está el huevo de la serpiente un poco más desarrollado”, advirtió Raffo. 

Una vez que la mesa terminó, se invitó a que hablara Rovito. “No es necesario recordar lo impresionante que fue la discusión en todo el país” señaló Rovito sobre la Ley de Medios. “Yo no sería honesto si no les dijera que esta misma casa ha permitido que se la derogara como se la derogó porque el Presidente de la Nación la derogó por decreto, pero aquí estaban los mecanismos para que no sucediera y no se tomaron”, apuntó Rovito y el aplauso fue ensordecedor. “Lamento decírselo a los que están presentes acá intentando defender el cine nacional, pero lo cierto es que se podría haber frenado mucho de lo que sucedió hasta hoy y no se ha frenado”, les dijo a los senadores presentes. También  les pidió que se activen los mecanismos para que con la futura ley de convergencia no sólo no se pierdan los espacios de recaudación vigentes para el cine argentino sino que se amplíen.

El debate continuó con las palabras de Damián Loreti, quien trazó un detalle pormenorizado de la legislación, brindó ejemplos de leyes de otros países del continente y en Europa y dijo que “la llamada ley de convergencia no existe en ningún lugar del mundo sino que hay una ley que yuxtapone. Eso es algo que el famoso decreto 267 pasó por alto cuando transformó la industria del cable en un teléfono”, ejemplificó Loreti. La cineasta Virna Molina, que integra la Comisión de Seguimiento Administrativo del Incaa –comisión creada en la segunda Asamblea de la Comunidad Audiovisual–, alertó que “durante todo 2016 hubo un freno en la producción y ahora también” y que el Consejo Asesor del Incaa “dio el informe de que se subejecutó presupuesto en el Instituto de Cine y en el sector documental tuvo un impacto profundo”. Sobre el final, se presentó una moción para que la Comisión de Cultura del Senado se expida “en contra del ataque institucional que ha sufrido el Incaa”.