Una nueva filtración difundida por el consorcio de periodistas de ICIJ revela lo que ya conocemos, analizamos y denunciamos desde hace más de diez años. Un museo de grandes novedades. Los sospechosos de siempre salen a escena y nos plantean un recurso ya utilizado, una vez más, el zorro cuidando de las gallinas.

Vemos a los primeros mandatarios de Ecuador y Chile, algunos funcionarios y ex funcionarios de Colombia, de Perú, todos del extinto Grupo Lima, rebautizado ahora “Grupo Pandora”, utilizar las maniobras que están llamados a combatir, a valerse de subterfugios legales para ocultar sus movimientos financieros de la mirada de los otros.

Esta nueva filtración, como las anteriores, no son geopolíticamente neutras. Hay una intencionalidad detrás de esta información. El objetivo es poner a algunos en una vereda y a otros en otra. ¿No hay políticos norteamericanos en la filtración?¿Quién se beneficia de saber que personas cercanas al gobierno ruso operan en guaridas fiscales? Los nombres en esta filtración han cambiado, los montos transferidos en operaciones opacas no son los mismos, las guaridas fiscales sí son las mismas y también un común denominador, las élites son las mismas.

La riqueza a nivel mundial no para de crecer y lo que es peor, no para de concentrarse. En América Latina, la región más desigual del mundo, el 10 por ciento más rico posee el 71 por ciento de la riqueza. Los paraísos fiscales y el aumento y concentración de la riqueza no han detenido su marcha ni un segundo. No hay covid en Bahamas, ni en Luxemburgo, ni en Delaware.

Tenemos que caminar hacia un nuevo paradigma tributario, de reglas claras y sanciones ejemplares. Los papeles de Pandora demuestran una crisis total del sistema financiero tal cual lo conocemos. Urge la puesta en marcha o la profundización, en cada caso, de registros públicos de beneficiarios finales, registros de dueños de empresas, fideicomisos.

Es imperativo fortalecer la cooperación regional en materia tributaria, informes país por país, intercambio de información sobre depósitos, cuentas, empresas. Necesitamos un órgano supranacional que genere informes y recomendaciones de políticas antielusión y antievasión. ¿CELAC es una buena plataforma para este proyecto?

No puede ser la OCDE el espacio de debate y solución a este problema mundial. El sur global no está allí representado. Urge la incorporación de mecanismos democráticos de participación en los escenarios globales. Naciones Unidas es una posibilidad pero no es la panacea.

La propuesta de un impuesto mínimo global del 15 por ciento para reducir o tratar de mitigar el impacto de los paraísos fiscales es insuficiente por varias razones pero fundamentalmente porque está pensada para economías europeas muy diferentes a las nuestras y además porque imaginamos que ese 15 por ciento terminara siendo un techo a las aspiraciones de mayores gravámenes y clausurando el debate.

“La empresa fue dada de alta pero nunca estuvo operativa”, rezan los sospechosos de siempre intentando desligarse de las responsabilidades de no declarar su patrimonio como lo haría cualquier persona. La respuesta que todos esperamos no es si la empresa operó o no, la respuesta que esperamos es por qué fue abierta y no declarada. Hay que poner fin al secreto fiscal y financiero, hay que poner fin a las guaridas fiscales.

* Coordinador en Fundación SES, secretario de la RJF y miembro de Latindadd.