Muchos apuntan al rapero Jay-Z como el creador del neologismo con el que se titula Swagger (estreno del próximo viernes de Apple TV +). Historia centrada en un chico de 14 años al que le auguran un futuro en la NBA, aunque antes deba atravesar un durísimo presente. “Creo que la mayor lección de esta serie está en su nombre. En la superficie significa revancha, cancherear y tener absoluta confianza, pero en lo profundo es tener una causa mucho más grande que vos mismo. Puede ser tu familia, el equipo o amigos, esos son los que te dan la fortaleza para alcanzar un objetivo. Podés tener 'swag' en la cancha, pero también tenés que tener 'swag' en la vida”, asegura Reggie Rock Bythewood, el creador de esta entrega, en una conferencia virtual de la que participó Página/12.

El protagonista es Jace Carson (Isaiah Hill), un proto Michael Jordan de los suburbios de Washington. Su mamá y manager (Shinelle Azoroh) es una matrona que lo obliga a entrenarse de madrugada mientras lo filma para en videos que son su furor en las redes sociales. “Los superhéroes reales no usan capa”, se define el pibe que tiene labia y sabe lucirse, aunque no tenga equipo. Ahí es donde entra Ike (O'Shea Jackson de Letras explícitas), el entrenador del equipo amateur donde el adolescente va a tener que demostrar si vale o es puro humo. “Ganes o pierdas, vas a entrar a esa cancha con actitud”, le ordena el coach a su jugador estrella.

Swagger resulta modélica en tanto drama deportivo (la historia de superación familiar, el rol del mentor, los altas y bajas en un torneo) con la contundencia de una volcada. En el semillero del básquet, por otro lado, mandan la ambición, el oportunismo y el lucro a expensas de los adolescentes. Esa pata temática es fácil de asimilar con las experiencias de Kevin Durant (ficha como productor) que sirvieron de base para el argumento. Vale una aclaración: la entrega no es una biopic del multicampeón de la liga estadounidense y triple oro olímpico. Es más, según anuncia un cartel al comienzo del piloto, la trama se ubica “apenas antes” de la pandemia y de los homicidios de Breonna Taylor y Ahmaud Arbery (dos casos emblemáticos del Black Lives Matter). “Era lo correcto por hacer. Cuando empezamos esta narrativa no tenía que ver con ello. Pero cuando nos pegó sentimos que teníamos que incluirlo. No es algo disruptivo que esté en toda la historia, más bien la mejora, le añade unos elementos nuevos que no habíamos tenido en cuenta al principio”, asegura Bythewood.

-En el pasado dirigiste un capítulo de la serie documental de ESPN 30X30 (“One Night in Vegas”) que era de deportes sólo en apariencia. ¿Eso pasa también en Swagger?

- Creo que claramente retrata el funcionamiento interno de este deporte, una autopsia -si se me permite- del básquetbol amateur. Pero mucho sucede fuera de la cancha y había que relacionarlo con temas que cualquiera pudiera entender, fueses fan o no del básquet. El rol de los padres, los entrenadores, los jugadores, son parte de este juego, pero además quería trabajar temas sociales, incluirlos dentro de la narrativa para que desafíe a la gente y su perspectiva.

-Uno de sus atractivos pasa por cómo se ubica a la cámara en el medio de la cancha, ¿cuán difícil fue esa búsqueda?

-Fue de lo más divertido e interesante porque hubo algo de coreografía. Cuando rodábamos sólo quería seguir filmando. Hubo una toma en la que O’Shea hizo algo que no habíamos acordado. Es un tiro de tres puntos y pude capturarlo. Queríamos que luciera lo más auténtico y orgánico posible y que la audiencia fuera parte de la acción. Fue muy excitante añadir eso al programa.

-La serie lidia con un montón de cuestiones extra ficcionales. ¿El mayor desafío fue unir esos temas al relato?

-Quiero proponerle a la audiencia algo que comienza como ficción y luego que se enfrenten con la verdad y nada más que la verdad. Ese fue el mantra para todos los que hicimos Swagger. Nadie aquí es una víctima. Puede haber esperanza, optimismo y dureza. Por eso este relato se enlaza con su título.


Programados

* Vuelve el tramontinapalooza televisivo. Mañana a las 22, History estrenará la cuarta temporada de Desafío sobre fuego. La versión latinoamericana del envío contará con ocho concursantes -en este caso de Brasil, Argentina, México, Chile y Colombia- sometiéndose a pruebas calientes. Forjar el machete de Indiana Jones y un hacha tomahwak aparecen en el horizonte del reality de competencia.

* Cardo estará disponible por ATRESplayer el próximo 7 de noviembre. La ficción es uno de los estrenos españoles más relevantes del año por un motivo excluyente. Los Javis (Paquita Salas y Veneno) aparecen como productores ejecutivos de esta entrega creada por Ana Rujas junto a Claudia Costafreda. La historia sigue a una mujer (encarnada por la propia Rujas) en el momento más tóxico de su vida. Los avances dan cuenta de una versión ibérica y desvergonzada de I may destroy you.

* El próximo viernes HBO Max estrenará Mil colmillos, promocionada como la primera serie de terror colombiana para la plataforma de streaming (un Depredador paisa le hubiera caído aún mejor). ¿La historia? Un comando élite es perseguido por una extraña entidad que habita en el corazón de la selva. “Si debiera describir la serie con un solo adjetivo diría que es vertiginosa. Y si pudiera sumar otra palabra diría que es absolutamente vertiginosa’’, dijo su creador Jaime Osorio.

El personaje

Beth de Guilty Party (Kate Beckinsale). Una desprestigiada periodista encuentra el material para relanzar su carrera. Contar la historia de una mujer que dice haber sido encarcelada injustamente por homicidio. Manipuladora, egocéntrica, preocupada por su imagen en cámara, tiene un punto a su favor: nunca recomendó tomar dióxido de cloro en cámara.