Un total de 370 personas migrantes fueron interceptadas durante el fin de semana en aguas del Mediterráneo, frente a la costa de Libia, y fueron mandadas de vuelta a ese país pese a ser considerado un lugar "no seguro", informó la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR). Según la fuente, 198 de ellas fueron interceptadas la madrugada del sábado por patrullas de la controvertida Guardia Costera libia cuando estaban a la deriva en dos botes neumáticos. Los grandes botes fueron llevados a los puertos de Trípoli y Zawara, donde los emigrantes recibieron los primeros auxilios antes de ser entregados a las milicias locales para internarlos en centros de detención.

Otras 116 personas, entre ellas veinte mujeres y siete menores, fueron interceptados la noche del sábado al domingo y trasladados igualmente a la capital libia. Todos ellos viajaban en un bote neumático que se había hecho a la mar pese a las malas condiciones climáticas desde las playas de Zawara, uno de los principales centros de operaciones de las mafias libias que se lucran con el contrabando de personas.

El último bote fue interceptado la mañana de este mismo domingo, con 56 personas a bordo, igualmente procedentes de Zawara y desembarcados en Trípoli, donde miembros de ACNUR y la Media Luna Roja trataron heridas menores y personas con síntomas de hipotermia antes de entregarlas a las milicias.

El papa Francisco pidió hoy que la comunidad internacional alcance un acuerdo compartido y duradero para gestionar los flujos migratorios que llegan a Europa por el mar Mediterráneo y que ponga fin a la devolución de estas personas a países no seguros."Necesitamos poner fin a la devolución de migrantes a países no seguros y dar prioridad al rescate de vidas humanas en el mar, con dispositivos de salvamento y desembarco previstos, garantizar sus condiciones de vida dignas, alternativas a la detención, recorridos regulares de migrantes y solicitudes de asilo", destacó.

Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones, más de 26.000 personas fueron interceptadas en aguas del Mediterráneo y devueltas a Libia a lo largo del presente año, más del doble que el pasado año. Cerca de 1100 más han muerto o desaparecido, frente a las cerca de 900 ahogamientos el pasado año. El barco Geo Barents, de la organización Médicos Sin Fronteras, se encuentra en el Mediterráneo con 296 personas a bordo, rescatadas en los últimos días, a la espera de que algún país les autorice un puerto. Lo mismo ocurre con el buque español Aita Mari, de Salvamento Marítimo Humanitario, que rescató el martes a 105 migrantes.