La Asociación Civil Comunicación para la Igualdad y SembraMedia en conjunto con el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, según sus siglas en inglés) y Luminate elaboraron una Guía de Género e Igualdad para medios de comunicación. El objetivo de la iniciativa es asegurar un ambiente de trabajo libre de violencias basadas en género para los medios de América Latina.

La Guía, elaborada en el marco del Fondo Velocidad -que integran SembraMedia, el ICFJ y Luminate- reúne consejos para distintos ámbitos de los medios y señala la importancia de “prever el equilibro en el staff: igual distribución entre varones y mujeres, y cupo laboral trans” en las distintas secciones. Las promociones, agrega, también se deberían concretar ateniendo a un criterio paritario.

“Se recomienda que el espacio físico en que funciona la organización cuente con instalaciones y servicios que tomen en consideración las necesidades diversas de mujeres, varones y personas trans: lactarios, espacios de cuidado infantil o mecanismos alternativos de atención del cuidado de personas menores de edad dependientes del staff laboral”, continúa el texto.

La Guía también sugiere que “las organizaciones dispongan de un Equipo Responsable de Género” para “diagnosticar y analizar eventuales desigualdades de género y hacer propuestas para el desarrollo de políticas de igualdad de oportunidades a los diferentes sectores”.

Asimismo, las organizaciones incluyeron un protocolo de actuación ante casos de violencia de género en el ámbito laboral en línea con el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“El acoso y la violencia por razón de género impactan negativamente no sólo en la persona que los sufre, sino en toda la organización, afectando el ambiente laboral y creando un entorno hostil que atenta contra el buen clima de trabajo”, explican.

En el caso de tener que realizar una intervención, las organizaciones señalan que debe hacerse rápidamente y “promoviendo la conservación del puesto de trabajo, la protección de la persona agredida y de las demás personas involucradas, estas últimas en la medida de lo posible”.

Se debe garantizar, además, que el asesoramiento para la víctima sea gratuito, confidencial, sin revictimización, con consentimiento informado -que la persona sepa y entienda qué implica cada parte del proceso- y con perspectiva de género.