"Lucía", la exmarinera de la Armada Argentina que acusa de abuso sexual a un suboficial que era su superior, denunció que fue objeto de "maltrato" y "violencia psicológica" por parte de unos de los jueces del tribunal de Tierra del Fuego que juzgó y absolvió a su presunto agresor, en agosto de este año.

"Lucía", de 32 años, denunció haber sido manoseada y violada por un ex suboficial principal cuando ambos se desempeñaban en la Base Naval Ushuaia, en 2013 y 2014. La mujer dijo también que, tras hacer público el caso, perdió su empleo y su carrera militar, además de verse obligada a someterse a un tratamiento psicológico prolongado para superar lo sucedido.

Sin embargo, el 26 de agosto de este año los jueces del Tribunal de Juicio en lo Criminal de la capital fueguina Alejandro Pagano Zavalía, Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla, absolvieron de culpa y cargo al militar, en un fallo que fue recurrido ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia.

Durante el proceso judicial, realizado a puertas cerradas, Bembihy Videla la "maltrató" y la sometió a un interrogatorio "cargado de violencia", advirtió "Lucía". "Desde el primer momento me hizo sentir que yo era la culpable. Percibí todo el tiempo su hostigamiento. Sentí una revictimización muy fuerte durante el juicio", dijo la mujer.

La denunciante contó que, durante su declaración, el juez "le hacía repetir las frases porque decía que estaba sordo y no escuchaba" y que "se enojaba si yo me ponía a llorar".  "Eran tres jueces hombres y un fiscal hombre, tratando de entender lo que me había pasado a mí. En la justicia de esta provincia hay muy pocas mujeres en cargos de responsabilidad y el machismo es evidente. Esperaba otro tipo de respuesta institucional", lamentó "Lucía".

Durante el proceso, el fiscal "comenzó a sacar agravantes durante su alegato y terminó pidiendo (para el acusado) una pena de prisión en suspenso", añadió la mujer.

Para Sofía Barbisán, abogada de la marinera y querellante en el caso, "no caben dudas de que existió violencia psicológica hacia Lucía durante la tramitación del juicio". Además del juez Bembihy Videla, el abogado defensor del militar "cruzó un límite" al "tratar a mi cliente de mentirosa o acusarla de armar un circo, sin nunca recibir una advertencia por parte del tribunal".

Respecto del juez, dijo que desde la primera audiencia "se notó que no creía en su relato, y todas sus preguntas apuntaban a eso". "Su postura era claramente diferente hacia ella", mientras que "los otros dos jueces fueron más neutrales y no se percibía una postura pre concebida", afirmó Barbisán.

La letrada considera que los jueces y la fiscalía "no tomaron bien" que la exmarinera primero denunciara "abusos simples" y después terminara revelando una violación. "No todos manejamos los mismos tiempos. No todos podemos hablar enseguida, más en un ámbito como la Armada donde sufrí todo tipo de amenazas y persecuciones. Primero fui y denuncié lo que pude, y, cuando pude más, denuncié más", relató Lucía sobre aquella aparente contradicción.

Pese a todo, la mujer expresó que todavía confía en que la justicia "revisará el caso con perspectiva de género, como hizo en su momento la jueza de instrucción María Cristina Barrionuevo, la única funcionaria judicial que se animó a llegar a la verdad", aseveró.

"Recibí ayuda de la Secretaría de la Mujer y de la de Políticas Sociales y Derechos Humanos de Ushuaia. También del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y de la Dirección de Atención Temprana del propio Poder Judicial. Quiere decir que mucha gente me acompaña y que estamos a tiempo de revertir esta injusticia", concluyó Lucía.