“Los líderes mundiales deben tomar medidas audaces ahora para poner fin a la pandemia y crear un espacio para una economía más sostenible e inclusiva”. Así lo planteó la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en la antesala de las reuniones del G20 celebradas en Roma. “Se necesita una acción conjunta para asegurar la recuperación y el G20 debería liderar el intercambio de dosis de vacunas, ayudar financieramente a los países en desarrollo y comprometerse a alcanzar emisiones netas de carbono cero para mediados de siglo”, consideró la titular del Fondo.

La funcionaria afirmó que las bases para la recuperación mundial siguen siendo sólidas, debido al efecto combinado de las vacunas y las medidas de política económica extraordinarias y sincronizadas. Sin embargo, alertó que la salida de la crisis se ve pausada especialmente por nuevas variantes de virus, sus consecuencias económicas y las interrupciones de la cadena de suministro.

“El FMI recientemente redujo su pronóstico de crecimiento global al 5,9 por ciento para este año. Las perspectivas son muy inciertas y dominan los riesgos a la baja. Los niveles de inflación y deuda están aumentando en muchas economías”, mencionó. Agregó que “la diferencia en el rebote económico de los países es cada vez más persistente, ya que demasiados países en desarrollo carecen de vacunas y de recursos para respaldar en un esquema de mediano plazo su recuperación”.

Gerogieva con este diagnóstico planteó que el Fondo preparó un nuevo informe en el marco de las reuniones del G20 que exige acciones concretas a todas las economías. “Por ejemplo, la política monetaria debería poder contemplar aumentos transitorios de la inflación, pero al mismo tiempo estar preparada para actuar con rapidez si los riesgos de suba de las expectativas de inflación se vuelven tangibles”, dijo.

Consideró además que será una tarea de los países “calibrar cuidadosamente las políticas monetarias y fiscales, junto con marcos sólidos a mediano plazo, con el objetivo de aumentar el margen para el gasto en atención médica y personas vulnerables. Estas calibraciones pueden ofrecer beneficios rápidos hasta 2022”.

Brechas financieras y de vacunas

La titular del Fondo planteó la importancia de poner fin a la pandemia cerrando las brechas financieras y compartiendo dosis de vacunas. “La pandemia sigue siendo el mayor riesgo para la salud económica y su impacto se ve agravado por el acceso desigual a las vacunas y las grandes disparidades en la potencia fiscal”, afirmó.

Dijo que es imprescindible alcanzar los objetivos propuestos por el FMI, el Banco Mundial, la OMS y la OMC, que implican vacunar al menos al 40 por ciento de personas en todos los países para fines de 2021 y al 70 por ciento para mediados de 2022. Indicó que 75 naciones posiblemente no lleguen a cumplir este objetivo. Por eso el informe del FMI estimó que las economías del G20 deberían asistir con 20 mil millones de dólares en subsidios para suministros médicos y vacunas en los países pobres.

Planteó por su parte la necesidad que los países del G20 colaboren con las economías en desarrollo a hacer frente a las tensiones financieras. “La pandemia provocó un aumento en la pobreza y el hambre, elevando a más de 800 millones el número de personas desnutridas en 2020. En esta situación precaria, no se debe pedir a las naciones vulnerables que elijan entre pagar a los acreedores y brindar atención médica y salvavidas por una pandemia”.

Georgieva precisó que “los países con posiciones externas sólidas para que proporcionen voluntariamente parte de sus DEG asignados a nuestro Fideicomiso para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza, aumentando nuestra capacidad para otorgar préstamos sin interés a los países de bajos ingresos”.

Cerró mencionando que algunos de los países más pobres del mundo se han beneficiado de la suspensión temporal de los pagos de la deuda soberana a los acreedores oficiales, iniciada por el G20. “Ahora debemos acelerar la implementación del Marco Común del G20 para la resolución de la deuda”.