No es novedad que el reflexivo, minimal y melancólico racimo de canciones que Perotá Chingó volcó en Momentánea, su reciente EP, haya nacido durante pandemia. El contexto, claro, dio pleno para que tales sensaciones fluyan a trasluz del filtro de angustia propio de la era. “La música nace de esa condición y por eso Momentánea, porque refleja el estado reflexivo pandémico”, refrendan a tono Dolores Aguirre y Julia Ortiz, cantoras y compositoras. Lo que sí es novedad es el tratamiento estético, la impronta de fina y austera sensualidad que ambas imprimieron a las canciones que acaban de subirse a las plataformas virtuales. “Lo de reflexivo y pandémico se traduce en temas como 'Tierra libre', que ancla en el anhelo de una tierra liberada, de un mundo más justo, algo así como el deseo de la post-pandemia”, describe Aguirre. Su alter ego repara en “Te Quero Demais”: “Es como la celebración de estar vivos”.

-Lo de momentáneo por supuesto va pegado a lo leve, palabra que eligieron para titular el disco. ¿Por qué esa idea de lapsus cortos en el concepto general del trabajo?

Dolores Aguirre: -Es que ambos conceptos son respuestas al sobreestimulo de las formas en que vivimos y elegimos vivir. No tiene que ver con una duración sino más bien con un peso. En este momento presente, elegimos hacer este EP en nuestra casa, con nuestros recursos, y para nosotras eso representa un cambio grande en nuestra forma de producir.

-¿Qué es lo Leve, además de una nube rosa, un paseo en bicicleta, una mirada hacia adentro, y una invitación a bajar los decibeles, como describen en sus redes sintetizar el trabajo?

Julia Ortiz: -Es una etapa que estamos transitando. Venimos de una velocidad y de una forma de encarar la vida, y elegimos replantearnos y arrancar una etapa más liviana, de vuelta a las raíces. Son sensaciones vinculadas al hecho de volver a la simpleza.

Dicho de otro modo, lo que se plantean las Perotá Chingó es retornar a los tiempos en que ambas damas sellaron su pacto de amor musical, durante el luminoso verano de 2011, cuando una canción y un atardecer determinaron el devenir independiente que se proyectó en dos discos (el debut epónimo y Aguas), y giras autogestionadas por América y Europa. “Se parece mucho este momento al de nuestros inicios, sobre todo por el hecho de volver a hacer la música en nuestra casa, en nuestro estudio casero y con nuestro recursos”, subrayan. “Y esto da con la libertad compositiva, que siempre fue nuestra herramienta: no depender de nadie más que de nosotras mismas y de nuestras intenciones”.

El EP, que el dúo presentará el año próximo como parte de los festejos por su década ganada, fue producido por León Ish, excolaborador de La Portuaria, Andrea Alvarez y Gonzalo Aloras, entre otros. Horizontalmente producido, al decir de Ortiz: “Él apoyó desde la intimidad, paso a paso, a la par nuestra, la creación de estas nuevas canciones. La verdad es que generamos una empatía y una paridad de sensaciones que claramente se ve reflejada en el disco”.