Desde Roma

“El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que ha dejado un pésimo recuerdo entre los periodistas que seguían su visita a Roma por el G20 por los golpes y empujones que recibieron de su guardia personal, este lunes fue distinguido con la “ciudadanía honoraria” de la ciudad de Anguillara Veneta, en la región del Veneto (noreste de Italia), de la que proviene su familia que vivía allí a fines del 1800. Y con el Veneto, al parecer, Bolsonaro no sólo tiene una relación afectiva por sus orígenes familiares sino también otras coincidencias porque la región está gobernada mayoritariamente por la centroderecha, entre esos partidos la Liga liderada por Matteo Salvini.

Fue la alcaldesa de Anguillara Veneta, Alessandra Buoso, de la Liga, la que le concedió la ciudadanía honoraria al presidente brasileño y que además lo invitó a un almuerzo en su honor con otros miembros del municipio y de su partido en la residencia Villa Arca del Santo. “Pienso que se ve que estoy emocionado. Dios quiso que yo fuera presidente de Brasil y ahora estoy honrando a mi familia. Gracias por esta hospitalidad. Esto me marcará para toda mi vida”, dijo Bolsonaro al recibir la ciudadanía.

Y durante el almuerzo salió del edificio para saludar a sus seguidores, cerca de un centenar, que lo aplaudían y se hicieron fotos con él. Entre ellos varios brasileños que viven en la región del Veneto. Pero en la Plaza Matteotti de Anguillara Veneta también se manifestaron los opositores de Bolsonaro, entre ellos miembros de la Asociación Nacional de Partisanos (los que luchaban clandestinamente contra la ocupación nazifascista de Italia durante la Segunda Guerra). Y en un comunicado dijeron: “No basta que el bisabuelo de Bolsonaro, Vittorio, haya nacido en Anguillara en 1878 y emigrado a Brasil con su familia cuando tenía 10 años. Pero según la junta municipal de Anguillara, basta que sea originario del lugar porque aunque sea un criminal, puede ser ciudadano honorario”.

En la tarde del lunes, Bolsonaro tenía pensado visitar la famosa Iglesia de San Antonio de Padua pero la manifestación que se organizó frente a esa iglesia de unos 200 (otros hablan de 500) estudiantes y jóvenes y la represión con hidrantes que desató la policía, al parecer le hicieron cambiar de idea. La diócesis de Padua, curiosamente, había explicado en un comunicado que no recibiría oficialmente a Bolsonaro y que hasta sentía un poco de vergüenza porque se le hubiera concedido la ciudadanía honoraria cuando de Brasil llegan a la Iglesia tantas voces de sufrimiento.

Matteo Salvini no estuvo en el almuerzo con la alcaldesa Buoso y Bolsonaro. Sin embargo el martes, el líder de La Liga lo acompañará en Pistoia (región de Toscana) a visitar el cementerio brasileño de la localidad de San Rocco. ”Estoy muy contento y orgulloso de rendir homenaje a los soldados brasileños muertos en la Segunda Guerra Mundial -dijo Salvini a la prensa - porque dieron su vida por la liberación de Italia de la ocupación nazifacista”. Y sobre el encuentro con Bolsonaro añadió: “Para mí será una ocasión además para reiterar la profunda amistad que liga Italia a Brasil” y “para agradecerle que nos haya devuelto al terrorista comunista Cesare Battisti” quien escapó a Brasil cuando era buscado en Italia y allí vivió muchos años.

En el llamado cementerio brasileño, junto al monumento que recuerda a los caídos, en realidad han quedado sólo los restos de un soldado brasileño desconocido, porque en todos estos años, los restos de los 500 soldados que murieron aquí fueron llevados luego a Brasil.

El G20 y el COP26 para Bolsonaro

Según publicaron algunos diarios, en el encuentro de mandatarios del G20 (los 20 países más desarrollados del mundo) que se hizo en Roma el 30 y 31 de octubre, Bolsonaro estuvo bastante aislado. No tuvo encuentros bilaterales y tampoco tuvo encuentros de cortesía, como en cambio hicieron otros mandatarios por ejemplo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y hasta con el papa Francisco en el Vaticano. Y Bolsonaro tampoco hizo una rueda de prensa sobre sus conclusiones del G20 que sí hicieron varios de sus colegas. Y los periodistas brasileños que lo seguían, pasaron una difícil situación cuando cerca de la embajada brasileña en Roma fueron golpeados por varios hombres de la guardia personal del presidente. Algunos recibieron empujones y golpes, a otro le forzaron el brazo y le quitaron el teléfono porque estaba filmando al presidente cuando llegaba a la embajada y trataban de hacerle algunas preguntas. Algunos de esos periodistas presentaron una denuncia ante los carabineros de Italia.

Bolsonaro sin embargo concedió una entrevista a la televisión SkyTg24 en la que aseguró, entre otras cosas, que su gobierno ha entregado más de 20 millones de dosis de la vacuna anticovid, cuando su país tiene 210 millones de habitantes. “Puedo decir que Brasil está andando bien sobre este tema”, dijo. Y para combatir la crisis económica durante la pandemia “creo que fui el único jefe de estado del mundo que se opuso al lockdown, al cierre total”, añadió, contando que se le dio la posibilidad de decidir en este sentido a los gobernadores e intendentes. “Y lamentablemente la situación que se creó por algunas de estas decisiones han hecho empeorar muchísimo la economía”. Con todo contó que Brasil “es el país que está creciendo más en esta fase post pandemia”.

Y sobre el Amazonas, tema sobre el que ha sido muy criticado desde el punto de vista ecológico, aseguró que “El Amazonas no se incendia. Es una selva húmeda. Se incendia sólo en las zonas periféricas donde han habido deforestaciones ilegales que nosotros combatimos”.

A diferencia de la mayoría de los exponentes del G20 que estuvieron en Roma,. Bolsonaro no viajó a Glasgow (Escocia) donde empezó una de las más importantes conferencias multinacionales sobre el cambio climático, el COP26. Según un reciente estudio de la Universidad de Adelaide (Australia) y de las universidades de Princeton (USA) y de Singapur, entre los 10 primeros países responsables de la degradación ambiental del mundo, Brasil ocupa el primer lugar por deforestación, uso de fertilizantes, número de especies a riesgo, por emisiones Co2 y por contaminación de las aguas. Le siguen Estados Unidos, China, Indonesia, Japón, México, India, Rusia, Australia y Perú.