“Para el arte todo sistema impenetrable guarda un resquicio de vulnerabilidad” dice Alicia Herrero, parada al lado de su última obra, expuesta en el museo del Banco Central.

Lo dice como una afirmación-estandarte, como una fuerza vital que ha movido toda su carrera pero también pareciera emanar de la pieza que logró atravesar las paredes macizas de la arquitectura majestuosa del Banco para instalarse en el hall central y ocupar la mejor luz del edificio.

Abducción forma parte de la exposición Las formas de la economía o la economía de las formas que integran también el artista cubano Dagoberto Rodriguez (con la obra Geometría popular) y el fotógrafo argentino Santiago Porter (con su serie de retratos de edificios públicos, Bruma).

Se trata de un gráfico de torta gigante que se expande sobre una plataforma de madera maciza inclinada. Al recorrerla, brinda distintas perspectivas sobre la distribución del ingreso del año 2020 en el mundo. Se puede bordear la parte que apoya contra el suelo y que coincide con los deciles más bajos. A los más ricos sólo se los ve con cierta distancia.

Alicia explica que está construido con datos del informe anual del Credit Suisse Global Wealth. Si bien la obra se ve reluciente, la luz natural es perfecta y los materiales son bellos, otras características como el plano inclinado y los tonos rojos llaman a la incomodidad.

Para la inauguración, unos perfomers actuaron de estatuas vivientes, percibiéndose mimetizados (abducidos) por los colores del gráfico.

“Sigo cada año el dato que publica el Credit Suisse y la verdad es que se mueve muy poco. Sin embargo, en el último tiempo me llamó la atención que crecía una porción de ingresos medios en detrimento de los ingresos más bajos. Al leer el informe, supe que es por el aumento del ingreso de la población china”.

Alicia investiga, bucea en la interdiciplinariedad. Va de la economía a la antropología. De la ciencia de datos a la arquitectura. De las artes plásticas a lo perfomático. Y siempre regresa a los números, a la cifras, a la economía. No sin antes desarmarla con preguntas incisivas para luego darle una forma novedosa y colocarla en lugares inéditos. La economía vuelve al hall del museo del Banco Central completamente deconstruida.

Así como Abducción podría servir de excusa para hablar de un presente en el que China, quienes allí habitan, son quienes modifican la fisonomía de esa torta, un recorrido por la obra de Alicia Herrero podría trazar una clase perfecta de economía política (argentina).

La acumulación originaria

Alicia se formó en la Facultad de Artes y Medios Audiovisuales de la Plata en los años previos a la dictadura. Recuerda esos tiempos como momentos de libertad y creación. Reside en Buenos Aires pero vivió en distintas ciudades del mundo. De cada uno de sus viajes recrea escenas que explican la materia prima de sus obras, que no es más ni menos que la pregunta primigenia de la economía política: ¿qué es el valor?

De una residencia en Inglaterra recuerda el espanto por los museos hechos de miles y miles de obras robadas. Cuando se toca una fibra sensible, dice, se dispara la necesidad de crear. Ahí fue que ideó la serie “Mi botín” en la que plantea una reflexión sobre cómo se han construido los relatos de autenticidad, legitimación y valor, cómo un bien cultural deviene símbolo de status, cómo están involucrados en ello los dispositivos institucionales. Al mismo tiempo cuestiona la historia del arte y la creación de museos como dispositivos asociados a la invención de los estados-nación.

A comienzos de los años noventa, Alicia da en la tecla de otro asunto menos explorado en aquellos años por la economía política y que hoy, gracias a los aportes teóricos de las feministas (en particular de Silvia Federici  en El calibán y la bruja), debe estudiarse junto a la acumulación originaria del Marx de El Capital: la apropiación de los saberes de las mujeres y de su trabajo (no pago) como base del sistema actual.

En Para un juego más limpio (1991) expone un objeto que acarrea toda la mugre, simbólica y real, del espacio doméstico.

En Repasando en cinco momentos (1994) invita a repensar el género, en varias dimensiones, considerando el rol y el lugar de la mujer en la historia del saber y del arte, desde la conquista hacia acá. Ésta última hoy forma parte de la exposición Inventar a la intemperie. Desobediencias sexuales e imaginación política en el arte contemporáneo que puede verse en el Museo del Parque de la Memoria.

Al preguntarle a Alicia por la diferente recepción que tuvieron estas obras feministas en los noventa y en la actualidad, responde que nota mucha diferencia: “En ese momento existía un contexto de pensamiento y conciencia feminista muy reducido, no obstante la pieza tuvo interlocutores que me honran, como lxs curadores de la V Bienal de la Habana, la investigadora Andrea Giunta y feministas históricas latinoamericanas como las paraguayas Line Bareiro y Clyde Soto”

Crisis

Alicia conoce de crisis, de cuentas impagas, de proyectos inconclusos por falta de recursos. Me sorprende al contar cuánto salió la instalación Abducción. No le escapa, como si fuera una bajeza mencionarlo, al sujeto de sus reflexiones: el dinero. Tampoco cuando hay que nombrarlo en primera persona.

Vivió la crisis de 2001 y como lo que conmueve la lleva a producir, también aportó su arte para narrar la convulsión social más fuerte que haya vivido nuestro país.

Tres piezas de esa época forman parte de la muestra 19/20 archivos, obras y acciones que irrumpieron en la narrativa visual de la crisis de 2001, que puede verse en el Museo Haroldo Conti.

En noviembre del 2000 se hizo el primer paro nacional después de muchísimo tiempo, cuenta Alicia. Ella adhirió con una panfleteada y produjo, con material donado por la fábrica recuperada IMPA, una olla a presión gigante cuyo título es cacerolazo. El Museo Conti imprimió nuevos panfletos para que quien visite la exposición se los pueda llevar.

En 2002, armó un repertorio gigante de vajilla de cocina metálica titulada Herreria que se expuso en el subsuelo de la casa de la cultura, a media cuadra de Plaza de Mayo, epicentro de las movilizaciones. La muestra se llamó El suelo por asalto.

En 2012, todavía movida por los efectos de la crisis financiera de 2018, creo la serie Fe de erratas- Catálogo donde propone visualizar por medio de un sistema de cálculos y correspondencias entre dólares y centímetros, el precio de venta en las imágenes de las propias obras de arte.

Trayectoria : volver siempre volver

Los temas de su obra son universales, como la economía, como el sistema capitalista y patriarcal al que le dedicó un juicio en Ensayos sobre un tribunal... (2019).

Pero Alicia siempre vuelve a su país, el de las maravillas que la inspiran como el movimiento de Derechos Humanos, la imaginación en las calles del 2001, la rabia contra los bancos, el feminismo desbordándolo todo.

El 5 de diciembre Alicia va a recibir en el Museo de Bellas Artes el Premio Nacional a la Trayectoria 2021. Está emocionada. Piensa en remodelar su taller y en quizás dejen de acumularse cuentas impagas por debajo de su puerta.

Como los datos duros, sus obras pueden moverse por todas las latitudes pero sólo se completan en su entorno, con el espacio-temporal que las cobija. Hablar de distribución del ingreso mundial en los Alpes suizos produce un efecto muy diferente del que tiene mencionar las mismas cifras en Argentina o en cualquier otro país en el que año a año nacen quienes engrosan la porción que representa a quienes menos ganan. Sin embargo, el carácter sistémico e interrelacionado de lo que se expone hace relucir su sentido situado, pero no fijo. Sus piezas son móviles, como lo es la riqueza, el valor y la distribución cuando pensamos, como dice Alicia, que hasta lo más impenetrable deja un resquicio.