El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, se excusó de participar en la reunión de Comité Ejecutivo de la casa fabril el martes último, ante la inminencia de un encuentro que él mismo calificó de “muy importante”. Si bien el mitin de la mesa chica de industriales fue virtual, el también dirigente alimenticio comentó que no podía dar detalles de con quién se vería ese mediodía. Un rato después, llegó a la Casa Rosada por la entrada lateral y subió las escaleras hasta las oficinas de la jefatura de Gabinete.
Según supo Página I12, lo esperaba allí el jefe de los ministros, Juan Manzur, con quien se conocen hace muchos años, como ocurre entre casi todo el establishment y el dirigente tucumano. Almorzaron un largo rato y charlaron de macro economía, de lo que viene post elecciones legislativas y hubo cero comentarios sobre la cuestión de los precios de los alimentos. La charla, como otras que mantuvo el titular de Gabinete en las últimas dos semanas con ceos y sindicatos, fue más allá de la coyuntura urgente y se debe leer en esta nueva dinámica del Gobierno de separar las cuestiones de la gestión inmediata de aquellas vinculadas a temas ásperos del día a día. Y pensar además la articulación con el poder económico luego de las legislativas y de cara a los dos años de gestión del Gobierno de Alberto Fernández.
En esa línea, pero de manera menos extendida y reservada que con Funes, Manzur dialogó el 27 de octubre con el petrolero Alejandro Bulgheroni y el lunes último con el dueño de Corporación América, Eduardo Eurnekian. Al dueño de Aeropuertos Argentina 2000 también lo conoce hace muchos años. El primer día hábil de esta semana el empresario se bajó del auto a las 9.50 para entrar a Casa Rosada y poco después de las 10 ya estaba de nuevo volviendo a su actividad. Los que participaron del evento contaron que charlaron muy poco y que Eurnekian pasó a saludar.
La misión de militar el futuro corto no es patrimonio exclusivo de Manzur. En ese mismo tono están el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y funcionarios de la Cancillería que comanda Santiago Cafiero. Además de los intendentes del Conurbano. Los dos se vinculan con sector privado para abordar cuestiones de largo plazo y de la política. También en ese tren se inscribe el café que Manzur compartió con el diputado Máximo Kirchner en la Casa Rosada, el mismo día que pasaron por el despacho del jefe de los ministros los dirigentes sindicales de la Confederación de Gremios del Transporte y el propio Funes.
En general, y casi por una nueva regla comunicacional, los encuentros que trascienden son menos de un 10 por ciento de lo que ocurren casi a diario. La metodolgía es la misma que en aquel almuerzo del Presidente Alberto Fernández con los dueños de empresas. Hablar cara a cara con los que toman decisiones y con aquellos que ven más allá que las cámaras y los gerentes. Y salir de los choques por temas puntuales: el último hito de eso, previo al almuerzo con Manzur, la comida que compartió Funes y la plana mayor de la UIA en el edificio de Avenida de Mayo. En pleno tiroteo del Gobierno con las alimenticias y siendo Funes el titular de la cámara que las agrupa, la Copal, no se debatió ni un minuto sobre la marcha de los precios y se centró el diálogo en la agenda de mediano plazo.