Decenas de organizaciones sociales, políticas y gremiales de todo el país se concentran en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires para confluir en el acto previsto a las 16 frente al Congreso nacional. Allí exigirán que -antes del receso de verano- la Cámara de  Diputados convierta en ley el proyecto de Emergencia Social y Alimentaria e intentarán a la vez intentarán ponerle un freno a la posibilidad de que el Poder Ejecutivo decida vetar esa norma que busca mejorar los ingresos de familias con bajos recursos y crear un millón de puestos de trabajo formales.

La movilización que concluirá con el acto de esta tarde fue convocada en primera instancia por las mismas organizaciones sociales que realizaron la marcha de San Cayetano: la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie. La CGT se sumó a la convocatoria, a la que también adhierieron otros movimientos populares y las CTA.

El proyecto de declaración de la Emergencia Social y Alimentaria fue aprobado en el Senado el miércoles pasado por un amplio sector de la oposición ante el rechazo del oficialismo, que apura las negociaciones para frenar el proyecto en la Cámara baja, tanto para que el debate se postergue hasta el año próximo o bien que se lo rechace, modifique (y vuelva a la Cámara alta) o no tenga quórum.

Si no consigue obstaculizar la sanción por algunas de esas vías, Mauricio Macri se vería en el brete de tener que vetarla. Eso tiene un costo político, como lo tuvo el veto a la ley antidespidos. Desde las organizaciones que participarán de la manifestación ya adelantaron cuál serán las consecuencias de un veto. 

"Si decide vetar la ley, tendría que haber un paro general de todas las centrales sindicales”, sentenció el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien destacó que la iniciativa impulsada por los movimientos populares “cubre una demanda absolutamente justa”. “Hay más de 230 mil desocupados, todos los días crecen la desocupación y el hambre, y hay mucha gente que se está enriqueciendo con el hambre de los argentinos”, criticó en diálogo con AM750.

 

El titular de la Corriente Clasista y Combativa, Carlos Alderete, le pidió al Gobierno “que reaccione” y responda positivamente a la demanda de los sectores más postergados. El dirigente puntualizó que en la movilización de esta tarde llevarán “los reclamos de la clase obrera ocupada, desocupada, de los jubilados, pueblos originarios, campesinos pobres y pequeños y medianos productores”; es decir, de todos los que “están agobiados por la inflación, los tarifazos, la recesión y los despidos, que continúan”. De hecho, la consigna de la protesta será “Unidad para la justicia social – Basta de despidos”, este último planteado por la CGT.

Uno de los miembros del triunvirato que conduce la central obrera, Juan Carlos Schmid, será uno de los tres oradores del acto frente al Congreso. Hablará desde un palco montado delante de las escalinatas del Parlamento, sobre la avenida Entre Ríos, al que subirán unos 150 referentes sociales y sindicales.

En diálogo con radio Nacional Schmid destacó que la crisis en la economía y sus efectos en la sociedad hacen que la situación “se esté tensionando al extremo” y aseguró que el acuerdo entre el Gobierno y los empresarios para frenar las cesantías "no ha funcionado", porque entre enero y septiembre de este año hubo más de 120 mil despedidos.

Por eso, agregó, la movilización de esta tarde incluye "otros reclamos” que se suman a la Emergencia Social, “como el fin de los despidos y las suspensiones". En este sentido afirmó que la CGT “ha sido muy cuidadosa y muy prudente al expresar las tensiones que se están acumulando en este primer año de gobierno”, y ratificó su apoyo al proyecto de ley de emergencia social.

Por su parte, el diputado provincial y referente del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro, indicó que “la emergencia social es una realidad del ajuste aplicado por el Gobierno”, cuyos miembros del gabinete nacional “definen políticas sin tener idea de lo que pasa en la calle”. “Por ejemplo –añadió-, las obras públicas que anuncia el Presidente no empezaron y desde el Gobierno creen que son una realidad.”

Además, afirmó que la crisis actual afecta, sobre todo, a quienes tienen un trabajo informal porque “por cada trabajo formal que se pierde, se pierden tres informales” y estimó que “si hubo 150 mil despedidos, como dice el Gobierno, quiere decir que hay 600 mil o 700 mil trabajadores entre formales e informales que están en situación crítica con el trabajo”.

 

El proyecto de ley establece un aumento del 15 por ciento en las asignaciones por hijo y por embarazo, insta al Poder Ejecutivo a poner en marcha la creación de un millón de puestos de trabajo, y fija un salario social complementario para que los trabajadores informales que perciben bajos ingresos lleguen a cobrar un monto similar o superior al salario mínimo, vital y móvil.

Ante la posibilidad de que el oficialismo trabe el tratamiento de la ley, el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, consideró que “el Gobierno no tiene chance de garantizar que se frene” el tratamiento “porque no tiene mayoría en el Congreso”, y coincidió con Yasky en que si el Presidente decide vetar la norma “se va a complicar” la situación a fin de año. “No puede vetar todas las leyes votadas en el Congreso”, sostuvo el gremialista a la vez que manifestó que él no quiere “una democracia en la que el Presidente haga lo que quiera cuando haya una ley que le saque un poder”.

El Gobierno salió a responder tanto a la convocatoria –que se prevé masiva- como al proyecto de ley. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, intentó desautorizar la movilización, al sostener que se trata de “una manifestación política”. Además, cuestionó a quienes impulsaron la Emergencia Social en el Congreso, particularmente aquellos dirigentes y legisladores kirchneristas. "Debería ponérsele roja la cara” por apoyar este proyecto cuando “hace un año hablaban de que teníamos menos  pobreza que Alemania”, fustigó.

Alderete, por su parte, recordó que varias de las organizaciones que hoy se movilizan “fueron muy críticas con los distintos gobiernos y programas sociales” y subrayó: “Lo que queremos es volver a la producción, volver a trabajar porque el salario no solo dignifica” sino que también “es ordenador de la familia”.

La concentración de la CGT será a partir de las 14 en las avenidas Belgrano y Entre Ríos, mientras que los gremios más duros dentro de esa misma central obrera, enrolados en la Corriente Federal de Trabajadores, que encabezan los bancarios, harán lo propio en Sarmiento y Reconquista. Los movimientos populares, en tanto, se convocaron en Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Temas: DyN y Télam