Mad God

Phil Tippet

2021

“34 years in the making”, podría afirmar el póster publicitario, destacando el tiempo que le llevó a su creador terminar este ambicioso proyecto de largometraje animado cuadro a cuadro, siguiendo los lineamientos más artesanales. “Phil produjo docenas de ambientes y cientos de marionetas para el proyecto, llenó cuadernos y cuadernos de miles de bocetos y storyboards detallados. Décadas después de que el éxito de Tippett Studio llevara a detener la producción, un grupo de animadores desempolvó las cajas archivadas y, luego de observar el metraje original, convencieron a Phil de resucitar la película”. El texto oficial describe sucintamente la creación de Mad God, dirigida por una auténtica leyenda de los efectos especiales, responsable de las escenas de stop motion de La guerra de las galaxias (la original, la de 1977) y Robocop (1987), consultor de los FX de Indiana Jones y el templo de la perdición (1984) y “supervisor de los dinosaurios” de Jurassic Park(1993), entre otros títulos que llegan hasta la actualidad, como la saga Crepúsculo y el episodio VII de Star Wars. Con 70 años recién cumplidos y el sueño de toda una vida hecho realidad, Mad God presenta un universo fantástico (¿onírico, futurista?) poblado por monstruos y extrañas criaturas, en el cual importa menos el qué que el cómo. Sin palabras ni relato en un sentido tradicional, la película crea un mundo “visto como a través del lente del Bosco mezclado con Buster Keaton”, según afirma con buen poder de síntesis el catálogo del Festival de Mar del Plata.

Drive My Car

Ryusuke Hamaguchi

2021

Como si la notable Wheel of Fortune and Fantasy no hubiera sido suficiente para un año, el realizador japonés Ryusuke Hamaguchi presentó también en 2021 Drive My Car, adaptación muy libre de un cuento de Haruki Murakami, parte del volumen de relatos breves Hombres sin mujeres, publicado originalmente en 2014, y del cual Rodrigo Fresán escribió, en estas mismas páginas, que se trataba de un obsequio: el del “gozo inmaculado de su mejor recopilación de textos breves y, acaso, del más inmenso de todos sus libros”. La sinopsis de la película podría comenzar de la siguiente manera: Yusuke Kafuku, actor de profesión, enviuda, sacudiendo desde los cimientos toda su existencia. Dos años después de esa tragedia personal una compañía de teatro lo contrata para dirigir una nueva adaptación de Tío Vania, la inmortal obra de Chéjov, en un teatro ubicado en la ciudad de Hiroshima. Con ese punto de partida, tomado de las páginas de Hamaguchi, y la incorporación de un personaje central, la chofer del auto que lo traslada de su casa al teatro y viceversa, el director de Asako I y II y Happy Hour construye la que tal vez sea su mejor película a la fecha, un ensayo sobre el dolor, el duelo, la creación, los vínculos y la relación entre la vida real y el arte. De ritmo pausado, pero siempre intenso, las tres horas de Drive My Car fluyen a gran velocidad y convocan mil y una emociones, muchas veces en una misma escena. En otras palabras, una gran, enorme, película.

Petite Maman

Céline Sciamma

2021

Luego del prodigio de reconstrucción histórica intimista de Retrato de una mujer en llamas, la escala de Petite Maman puede antojarse minúscula, pero la grandeza del nuevo largometraje de la francesa Céline Sciamma radica precisamente en sus detalles más ínfimos. Nelly, una pequeña de ocho años, sufre en silencio la muerte de la abuela y viaja con su madre Marion a la casa de su infancia para vaciarla de objetos, muebles y, tal vez, recuerdos. Durante esos días y noches, la protagonista conoce en el bosque cercano a una chica de su misma edad (y muy parecida a ella físicamente) cuyo nombre es igual al de su madre. A partir de ese momento, como si fuera una creación de Lewis Carroll, Nelly cruza un espejo imaginario para jugar entre los árboles y dentro de la casa de la pequeña Marion, idéntica a la de su abuela muerta, pero habitada por movimientos constantes, meriendas suculentas y puestas teatrales tan infantiles como maduras. Integrante de la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata, Petit Maman es dueña de una potente melancolía, ligada indisolublemente al crecimiento, a esos momentos en los cuales una etapa de la vida comienza a desvanecerse para dejarle el lugar a otra. Rodada durante la primera ola de la pandemia de covid-19, el reparto de apenas cinco o seis actores incluye la notable participación de Joséphine y Gabrielle Sanz, hermanas en la vida real, mejores amigas y algo más en la ficción.