En la primera elección general legislativa donde participaron personas que cambiaron su DNI a la opción no binaria (ni varón ni mujer = X), Camile sintió que la democracia respetó a pleno su deseo identitario. "Me siento muy feliz por votar con un documento que refleja mi nombre”, dijo a Página 12. “También me gustaría que a la larga la sociedad ya no se mueva a partir de los géneros, pero falta un montón de camino por recorrer y en el mientras tanto el nivel de visibilidad que me da el DNI sexo X no me la va a dar otra política pública”.

Camile tiene 22 años y ayer vivió una jornada larga: se levantó con el sol para fiscalizar en una escuela de Almagro y en una pausa fue hasta el colegio de Palermo que le asignaron los padrones. “¿Por qué te sacan fotos?”, le preguntaron varias personas apenas ejerció su derecho. “¡Porque voto por primera vez con mi nuevo DNI!”, respondió una y otra vez y exhibió con orgullo su documento.

“Estudio el profesorado de Educación Inicial, así que tengo una parte de mí que es didáctique para transmitir ideas. Por eso, si me siento cómode cuando me preguntan, explico lo que significa para mí ser una persona no binaria, porque me parece importante visibilizar que existimos y que no hay solo dos géneros”, dice Camile.

En una escuela de Senillosa, un pueblo a 32 kilómetros de Neuquén capital, Mico fue a votar con su flamante DNI. Para evitar errores al momento en que las autoridades de mesa mencionaran el pronombre que elige --“él”-- dijo su número de orden y se ahorró las vueltas. “La vivencia en un pueblo es bien diferente. Por ahí los derechos avanzan a pasos agigantados pero el cambio cultural va en otro ritmo”, dice.

Desde que consiguió su nuevo documento, Mico tiene la sensación de que el Estado le reconoce un derecho postergado: “A nivel administrativo y de reconocimiento me parece una decisión de avanzada, que da respuesta a un montón de personas que no se sienten dentro del binario femenino / masculino. Y no es solo el caso de quienes nos nombramos no binarios, sino de muchas otras identidades que están más allá”.

El decreto 476/2021 adaptó la Ley del Registro Nacional de las Personas y convirtió al país en el primero de la región en sumar una opción no binaria para registrarse. Está vigente desde fines de julio, cuando el presidente Alberto Fernández entregó los primeros DNI y explicó que la disposición de que sea una X, y no la palabra “no binario”, tiene que ver con los estándares y convenios internacionales a los que la Argentina avala. “Es un paso que estamos dando que espero que termine el día en que en el DNI a nadie le pregunten si es hombre, mujer o lo que sea”, dijo entonces el presidente. Su hije, Tani Fernández, fue una de las personas que hicieron el cambio registral.

Una lucha colectiva

En Chaco, Heather fue a votar con su nuevo documento deseando que de a poco se naturalice separar la identidad de la biología: “Hoy tenemos este derecho gracias a una lucha colectiva que empezó con los pioneros, quienes se organizaron para conseguir la Ley de Identidad de Género que es un antecedente y nos marcó un camino en la forma de organizarnos”.

Previo al decreto no binario, Heather había iniciado una judicialización para rectificar el género en sus documentos, pero con la nueva normativa consiguió modificarlo con un trámite administrativo. Cualquier persona mayor de edad que desee acceder al cambio registral puede solicitarlo en las oficinas del ReNaPer, y en ninguna situación hacen falta autorizaciones de la justicia ni certificados médicos.

Para Heather “tenemos leyes hermosas, pero hace falta militarlas más” para que la información llegue a todas partes: “Después de 29 años, tener un DNI que me respete me hace ir a votar con una alegría personal pero también colectiva, porque como militante peronista voy a defender al gobierno que posibilitó mis derechos”.

Desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad difundieron unas placas donde aclaraban que, más allá de haberse efectuado o no el cambio registral, la Ley de Identidad de Género establece el derecho “a que te llamen por el nombre de pila elegido”. Fue el caso de Lune, quien recibió la semana pasada su partida de nacimiento con la rectificación no binaria pero aún no modificó su DNI.

Al llegar a votar en la escuela de Villa Luro que le tocó, Lune pidió que se dirijan usando el apellido y pronombres neutros (elle / le). Le respetaron lo del apellido, pero las autoridades de mesa fallaron frente al deseo del pronombre. Este punto es algo pendiente a incluir en los cuadernillos repartidos por la Cámara Nacional Electoral, donde no hubo mención alguna de cómo referirse a personas no binarias.

Lune concretará su rectificación yendo a hacerse el nuevo DNI esta semana. Aunque el cambio sea una pequeña letra, dice que lo espera con una felicidad postergada: “Siempre me sentí fuera de la norma, pero le pude poner nombre recién hace cuatro años. Que el Estado me brinde este reconocimiento al derecho a mi identidad es una alegría enorme”.