La Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto vuelve a actuar con su formación completa. El miércoles a las 20, en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner, la formación creada en 1931 ofrecerá un programa con obras de Astor Piazzolla y Ariel Ramírez, con la participación de Bruja Salguero y Guillermo Fernández como cantantes invitados, los arreglos orquestales de Cristian Zárate -que actuará además como pianista-, y la dirección de Lucía Zicos. Las entradas gratuitas se pueden gestionar a través de la página cck.gob.ar.

Piazzolla y Ramírez, de quienes este año se conmemora el centenario del nacimiento, son dos nombres entrañables para la música argentina. Cada uno desde su lugar y con estilo propio, representan etapas renovadoras de las tradiciones del tango y el folklore y hoy entran con pleno derecho en la categoría de clásicos argentinos. “Piazzolla y Ramírez son compositores que han permanecido a lo largo del tiempo, que están en el imaginario popular y en la cultura argentina”, sostiene Lucía Zicos en charla con Página/12. La directora, una de las más activas de nuestro medio, regresa al podio de la Filiberto con un programa que siente muy cercano. “Yo empecé a estudiar música a partir del folklore, crecí escuchando la música de Ariel Ramírez y algunos de los temas que vamos a hacer, como ‘Volveré siempre a San Juan’, me llevan a esa etapa y tocan fibras emotivas”, agrega.

“Piazzolla me llegó más tarde, cuando ya avanzaba en mi etapa de formación. No deja de sorprenderme la manera en que su música abrió caminos hacia el futuro e influyó en las generaciones sucesivas. Piazzolla está muy presente en el sonido de esta época, hay muchos compositores actuales que se inspiran en su obra”, continua Zicos. “Es muy sugerente esa anécdota que cuenta cuando Nadia Boulanger en París, después de escucharlo tocar su música, le dijo que siga por ese camino. Es impresionante como una docente puede marcar la vida de un artista, y ese artista marcar la identidad musical de un país y de varias generaciones. En este sentido, tanto Piazzolla como Ramírez son grandes que se superaron a ellos mismos y abrieron nuevos caminos”, asegura la directora.

A partir de temas como “Alfonsina y el mar”, “Zamba de usted”, “Balada para un loco” y “Chiquilín de Bachín”, en la voz de Salguero, y “Volveré siempre a San Juan”, “Balada para mi muerte”, “Oblivion” (la versión cantada, con letra de Horacio Ferrer) y “Será que estoy llorando”, por Fernández, el programa compondrá un riquísimo contrapunto de sentidos en los que la riqueza de los compositores se completará con la probada generosidad de los intérpretes. “Tratamos de hacer la selección de obras en base a los arreglos de Zárate, sobre todo teniendo en cuenta la calidad de los solistas con que contamos en esta oportunidad. También pensamos que había que proponer temas instrumentales en los que la orquesta pudiese lucirse sola, de ahí que están ‘Fuga y misterio’ y ‘Allegro tangabile’”, explica Zicos.

Con adaptaciones y nuevas creaciones, Zárate elaboró los arreglos especialmente para este programa de la Filiberto, una orquesta con características propias. “La Filiberto es una orquesta atípica, sin dudas, pero es la que mejor representa la variedad musical de nuestro país. Es un fenómeno muy interesante desde lo tímbrico, porque a los instrumentos de una orquesta sinfónica tradicional se suman los bandoneones, la guitarra, el charango. Además, existe una conciencia de esto, a tal punto que a los arregladores se les pide que trabajen para todo el organismo, es decir que incluyan siempre a todos los instrumentos de la orquesta, más allá de si se trata de tango o de folklore”, asegura la directora. “Cristian conoce muy bien a esta orquesta y arregló pensando en las necesidades específicas”, agrega Zicos.

Paneles que separan las secciones de instrumentos, distancia entre los músicos, tiempos de trabajo acotados. Los protocolos sanitarios marcan la dinámica de los ensayos, pero no mellan el entusiasmo de la orquesta por este regreso. “Es raro ensayar así, pero nos vamos acostumbrando. Por sobre todo hay un espíritu de agradecimiento por poder encontrarnos, por recuperar el momento de comunión. La actividad orquestal, como toda actividad colectiva, necesita del otro. Mucho más nosotros los directores, porque no tenemos nuestro instrumento en casa”, continua la directora.

Zicos acaba de grabar dos obras de la compositora argentina Claudia Montero, que se van a editar en disco. En marzo, en el CCK, dirigió la Camerata Argentina de Mujeres y tuvo a su cargo la curaduría de un programa de compositoras de este tiempo. A medida que la pandemia lo permite, su actividad profesional se reconfigura y espera que paulatinamente los compromisos se reorganicen. “Me gustaría trabajar más con compositores y compositoras actuales, poder grabar esas obras, abordar el trabajo conjunto en el proceso creativo, como un work in progress. El tiempo de pandemia nos obligó a la comunicación digital, pero nos deja una experiencia que es posible aprovechar en el futuro, para hacer llegar a otros lugares la música que se produce acá”, asegura la directora y concluye: “Es importante estimular la creación de los compositores y compositoras argentinos, que siempre faltan de los programas de las orquestas tradicionales”.