El empresario Francisco Javier Filtrín, de 55 años, fue condenado a ocho años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma cometido en perjuicio de su expareja.

El juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán,
Raúl Fernando López, ordenó la inmediata detención del empresario, que fue alojado en una dependencia policial, para luego ser trasladado a la Unidad Carcelaria 3, de Orán. 

Por otro lado, Filtrín fue absuelto del delito de usurpación de propiedad, en la que estaba acusado en una causa acumulada. La absolución en este caso fue por extinción de la acción penal.

Filtrín fue denunciado por su expareja el 2 de febrero de 2017. Su caso ganó resonancia porque su expareja denuncio las vinculaciones del empresario con sectores del Poder Judicial que, a entender de la denunciante, estaban motivando demoras en el proceso judicial. 

Finalmente, el empresario fue a juicio en marzo de 2019, pero fue absuelto por el beneficio de la duda por un tribunal integrado por los jueces Mario Maldonado, Aldo Primucci y Edgardo Laurenci, de la Sala I del Tribunal de Juicio, de Orán.

Este fallo fue apelado tanto por la Fiscalía como por la querella de la denunciante y este año la Sala lV del Tribunal de Impugnación, integrada por los jueces Guillermo Polliotto y Luciano Martini, declaró la nulidad de esa sentencia absolutoria y ordenó la realización de un nuevo juicio. 

Los jueces de Impugnación afirmaron entonces que en el fallo absolutorio se omitió especificar las razones por las que se restó credibilidad a la declaración de la víctima, quien aseguró reiteradamente que fue abusada sexualmente por su expareja, lo que fue avalado con el informe psicológico y la testimonial de la profesional que la asistió. Impugnación destacó que esas declaraciones que "cobran valor" porque los peritos que hicieron informes sobre la denunciante afirmaron que "no se observan contradicciones ni indicadores de mendacidad en su discurso". "Se trata de una víctima de delitos que suelen generarse bajo un contexto de privacidad y clandestinidad que hacen que sean factibles de ocultar, razón por la que un particular análisis de su declaración, cotejado con los informes psicológicos adecuados, es determinante”, resaltaron los jueces de Impugnación.     

Filtrín y la exesposa se encontraban separados desde 2016, aunque convivían en la misma casa, en distintos cuartos, en la ciudad de Orán. La mujer lo acusó de haber abusado sexualmente de ella el 2 de febrero del 2017 amenazándola con un arma de fuego y manteniéndola encerrada bajo llave en una habitación de la vivienda.

Con la separación de la pareja la casa de Orán quedó como propiedad de la denunciante, aunque después de ese hecho de abuso la mujer see fue a vivir a la ciudad de Salta. El 9 de marzo de 2017 regresó y encontró a su expareja en esa vivienda. Según denunció, el hombre le exigió que se retirara. La mujer fue a la Policía y regresó con personal de la fuerza, pero para entonces ya no pudo abrir la puerta porque se había cambiado la cerradura. Al día siguiente la mujer volvió, con policías otra vez, y pudo abrir la puerta, porque se había cambiado de nuevo la cerradura. Debido a este hecho Filtrín fue acusado por usurpación pero fue absuelto en este segundo juicio por el tiempo transcurrido desde la realización de la denuncia hasta el tratamiento en debate.