Sin dudas Manuel Santiago Godoy deja una huella en la legislatura salteña, con más de 20 años como diputado, cuando llegó en 1999 de la mano del PJ y reemplazando a Juan Manuel Urtubey que asumía en el Congreso. En el 2003 alcanzaría la presidencia del cuerpo, lugar que ostentó hasta el 2019.

También ocupó un lugar clave en el Partido Justicialista, llegando a ser el presidente de la Comisión de Acción Política (CAP) durante la gestión de Urtubey, al que renunció luego de las elecciones provinciales del 2019.

Aseguró irse satisfecho por el trabajo realizado y de las 107 leyes de su autoría que se aprobaron, muchas de ellas “que buscan ampliar derechos”, y que siempre trabajó a puertas abiertas tratando de mantener la independencia del poder Ejecutivo de turno. Aunque reconoció como un error no haber sido más crítico de las últimas gestiones de Romero y Urtubey. Y descartó apartarse de la vida política ya que desde hace un tiempo está armando en Salta el partido nacional Igualar.

“Tengo la tranquilidad de no conocer ningún juzgado penal ni fiscalía en todos mis años de legislador”, sostuvo, a la vez que reconoció que es difícil ponerse a pensar que tuvo cinco reelecciones y 16 años de presidente, “es un honor cuando lo digo y lo pienso”.

- ¿Qué sensaciones tiene después de tantos años en la Cámara de Diputados?

- Bueno, creo que es lo más difícil de explicar, uno tiene sensaciones encontradas. Pero me parece que en un balance hay un montón de cosas que salieron bien y otras mal. Yo llegué recién a los 50 años a la legislatura, pero lo hice convencido de que me gustaba, que siempre me había atraído ser legislador, y eso me llevó a profundizar mi conocimiento estudiando e intercambiando experiencias con otras provincias y otros países.

Mi intervención en el Parlamento del NOA la destacaría como muy importante en mi vida, así como la Confederación Parlamentaria de las Américas, que me sirvió para ampliar mis conocimientos en legislación exterior. Y considero que todo ese conocimiento lo volqué acá en la legislatura salteña, porque creo que uno tiene que llegar de mínima sabiendo el reglamento y la Constitución de la provincia, no podés esperar dos años para conocer esas dos cosas mientras sos diputado.

Por eso dejo 107 leyes en mi haber, no son proyectos, eso quiero aclarar, son leyes vigentes. Desde temas sociales que tiene que ver con viviendas como las expropiaciones de Pereyra Rosas o Parque La Vega, hasta otros que tienen que ver con escuchar y avanzar en los pedidos y reclamos de la gente, porque soy un legislador que nunca tuvo una tranquera.

Fui autor del único canon que paga Salta Forestal, que es el 10% que se reparte entre todos los municipios de Anta. También he discutido y aportado para la legislación de los pequeños productores con la Ley de Agricultura Familiar, que en esa época hacían marchas y contra marchas pidiendo la reglamentación de sus leyes y sus derechos para que no sean avasallados. La de fertilización asistida, muchas atinentes a la violencia de género, soy autor de la Ley de Paridad de Género, reformándola también internamente en el PJ.

La Ley de Cannabis medicinal, fui el primero que la trajo y mirá dónde estamos, y solamente no adelantamos más porque no hubo una gran dedicación de los ejecutivos.

También aporté a la cultura, premios y concursos de libros desde la Cámara y una Ley para que no se les cobre impuestos a los efectores culturales, a los dueños de teatros y espacios culturales para que los artistas tengan posibilidades. Desde Diputados aporté muchísimo a los clubes y asociaciones y fundaciones de diferentes credos y religiones.

Pero también controlé en todo lo que pude a la provincia, porque el Ejecutivo tiene la vocación de contestar únicamente un promedio del 50% de los pedidos de informe que se les hace.

No me anoto entre los que cuando se van piensan que son los únicos intérpretes del pensamiento y niegan parte de su vida política anterior. Yo siempre reivindiqué y reivindicaré a la política como el lugar donde se pueden realizar sueños, y a veces uno no lo logra y se equivoca, pero me hago cargo, porque lo que he conseguido lo hice con la lucha y el apoyo de mi familia.

Tengo la tranquilidad de no conocer ningún juzgado penal ni fiscalía en todos mis años de legislador. Que es una obligación ética, ojo, no es para vanagloriarse, sino que tiene que ser lo normal. Y por eso me siento orgulloso y es un honor pensar que tuve cinco reelecciones y fui 16 años presidente.

- ¿Cómo ve la nueva composición de la Cámara?

- Nada, no quiero criticar, será una Cámara diferente, más chica cualitativamente, menos pensante quizá, con menos aporte de política y de ideas, pero es el producto de la transversalidad exagerada y de la aparición de pequeños sellos denominados partidos políticos sin ninguna capacitación y preparación, y eso hace que se merme la calidad institucional de los representantes del pueblo.

- ¿Cómo fue su relación con el poder ejecutivo y de los gobernadores?

- A pesar de pertenecer al oficialismo, mi presidencia se caracterizó por recibir siempre a la gente que estaba protestando y siempre conseguí conformar mesas de diálogo. Pasamos situaciones complicadas, como la de las luchas de los docentes, pero me parece que he aportado muchísimo a la paz social de Salta.

Claro que me hago y me hacen muchas críticas, pero siempre es el 50 y 50. Pero sobre todo destaco que nunca dejé a absolutamente a nadie afuera y los he escuchado a todos, por más críticos que fueran.

- ¿Qué deudas se lleva?

- Me parece que no haber sabido interpretar algunos cambio políticos, ese desesperado intento de muchas figuritas de querer pertenecer a la política pisando la cabeza de otros políticos. Y me incluyo entre esa gente que depositó más esperanzas de las que puede ofrecer un legislador y ha pensado que puede hacer un cordón cuneta cuando son solo facultades del ejecutivo.

Entonces mucha gente piensa que no hice cosas que en realidad no dependían de mí ni de la tarea legislativa. Pero es una confusión general y que tenemos que aclarar mejor.

También debería haber sido más firme en mi oposición en especial en los últimos cuatro años de las gestiones de Juan Carlos Romero y los de Urtubey. Lo fui, pero debí haber sido más firme, para que se note que uno puede plantarse desde un punto de vista crítico desde el oficialismo.

- ¿Qué se viene en su vida?

- Yo no voy a dejar la política, sigo trabajando, ahora desde el espacio Igualar en la formación de cuadros políticos, para que sepan discernir y conocer, pero fundamentalmente que tengan conexión con el territorio para incorporar sabiduría política y pie en el territorio para mejorar Salta.

Soy presidente de ese partido en Salta y quiero que se sumen todos los que quieran participar, ya estoy reinventándome tranquilamente.