A poco más de una semana del conmocionante crimen del adolescente Lucas González en manos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata se convirtió en escenario de otro caso grave de abuso policial después de que un hombre recibiera empujones y patadas por parte de un efectivo de la Bonaerense hasta terminar en el suelo y quedar casi al borde de la muerte. Dos policías ya fueron separados preventivamente por el hecho.

La víctima es Ángel Oscar Ariztimuño, de 37 años, quien por estas horas permanece internado en el Hospital Interzonal General de Agudos con un pronóstico de salud muy reservado. Los golpes y la caída que sufrió le provocaron un traumatismo de cráneo y una hemorragia cerebral, una de las secuelas que más preocupa a los profesionales médicos.

“Lo operaron dos veces de urgencia y sigue grave. Tiene todo el cerebro lleno de sangre. Le pusieron tres mangueras para que la sangre drene para afuera. Los médicos ya nos dijeron que hay que esperar 72 horas para ver si evoluciona un poquito y si no empeoran los coágulos, pero la verdad es que estamos en las manos de Dios”, reconoció a Página/12 Yamil Olivera, sobrina del vecino del barrio El Progreso, ubicado en la periferia marplatense.

Todo se gestó en la madrugada del jueves, pasadas las 2, a muy pocos metros de la casa donde vive el hombre, en Fleming al 1300. La primera versión sobre el hecho que hizo circular la Jefatura Departamental de Mar del Plata es que un par de agentes de la comisaría tercera llegaron al lugar por una denuncia al 911 que avisaba sobre una pelea de borrachos.

Al tratar de mediar en la reyerta --siempre, según el parte de información que difundió la policía--, una de las personas alcoholizadas se “abalanzó” sobre una efectivo y la intentó agredir, por lo que su compañero se vio obligado a interceder y es esta acción la que dio lugar a una “circunstancia en la que el masculino ebrio cae al piso”.

Sin embargo, pocas horas después, vecinos facilitaron a la familia de Ariztimuño un video de cámaras de seguridad de la zona en donde se registra la mecánica de lo sucedido, echando por tierra la reconstrucción policial. En el material al que accedió este medio, se observa el momento en el que el hombre es agredido por dos policías que intentaban requisarlo de espaldas contra el capó de un patrullero.

En los primeros instantes de la secuencia, la persona aparenta no acatar las órdenes de los efectivos pero nunca amenaza con gestos violentos. Pronto se aprecia un forcejeo y empujones que elevan el clima de tensión hasta que uno de los oficiales le da al vecino una patada a la altura del estómago que lo derriba al suelo y provoca el golpe en la cabeza contra el cordón de la vereda.

A juzgar por las imágenes, la situación claramente toma por sorpresa a los agentes, lo que se evidencia con la reacción de la mujer policía que se lleva las manos a la cara tras la abrupta caída. Segundos después, un hombre y otras personas cruzan la calle y se acercan a los dos vehículos de la Bonaerense para ver al hombre tendido en el suelo.

La versión de la familia

Olivera, en primer lugar, confirmó que su tío estaba tomando alcohol en la esquina de Azopardo y Fleming junto a su hermano “hasta que pasó el patrullero y lo frenó”. “Él tiene un problema en la garganta y no puede respirar normal; tiene que ponerse el dedo para poder hablar, de otra manera no puede. Mi tío entonces puso las manos en el patrullero como le pidieron pero cuando quiso hablar sacó una de las manos para llevársela a su cuello y poder hablar y ahí fue donde lo empujaron y le dieron la patada mortal”, explica la joven.

La sobrina aclaró que Ariztimuño padece este tipo de dificultades en el habla a raíz de un accidente “de hace muchos años”. “A mi tío le quebraron la parte del cuello en tres partes y quedó con un agujero en la tráquea. Por eso tiene que hablar así”, dice, e insiste sobre el desproporcionado ataque en la vía pública: “Fue todo muy rápido porque el policía le dio la patada, él se pegó la cabeza contra el cordón y ahí ya se desvaneció. Después salió mi tía y salieron todos pidiendo que no le peguen más porque él no había hecho nada”.

La familiar del hombre, además, sostiene que en el video “se ve claro que la policía le pega sin que él pueda reaccionar” y agradece la ayuda de los vecinos que aportaron las imágenes de sus cámaras para esclarecer el episodio. “Tenemos más videos y ahora estamos buscando el que se va más de frente. Estamos consiguiendo todo gracias a los vecinos”, asegura.

“Vamos por todo”

La sobrina de la víctima ratificó que iniciarán acciones legales para que los agentes involucrados en el ataque sean cesanteados de la Policía Bonaerense. “La policía es corrupta. No le pueden pegar a alguien que no estaba haciendo nada. Y si mi tío estaba en estado de ebriedad, lo hubiesen esposado; no le tenían que dar una patada como la que le dieron”, razona.

“Nosotros vamos a ir por todo, por la Justicia y por donde sea. Esto no puede quedar impune y que no pase nada. No queremos que lo de mi tío quede impune como ya pasó con otros casos en Buenos Aires. Queremos que se vea la realidad. Se tiene que hacer Justicia”, apunta la mujer.

Ante la evidencia fílmica, la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense desafectó en la noche del jueves a los dos policías, mientras la fiscal Florencia Salas avanzacon la investigación del hecho. Por lo pronto, ambos efectivos debieron entregar sus credenciales y armas reglamentarias y no podrán cumplir servicio hasta tanto avance el expediente.

Este viernes al mediodía, la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº1 imputó al oficial por el delito de “apremios ilegales agravados, incumplimiento de las funciones de funcionario público y falsedad ideológica” mientras que a su compañera no le imputó las lesiones.

La falsedad ideológica está relacionada con la primera versión que ambos policías dieron ante sus pares, lo cual quedó labrado en las actas y en la declaración que posteriormente brindaron a la Justicia Correccional.

El hombre que por estas horas agoniza en el hospital público de Mar del Plata es papá de tres hijos: un nene y una nena y otra adolescente que acaba de cumplir 18 años. Como no tiene un trabajo estable, sobrevive hace tiempo “cirujeando cartones con un carro”, según describió Yamil Olivera.

Mar del Plata es una ciudad que también cuenta con un caso relativamente reciente de “gatillo fácil”, que es el que tuvo como víctima a Brandon Romero, un joven acribillado de once balazos por el policía Pedro  Bogado en la mañana del 5 de julio del 2020, a la altura kilómetro 6 de la Ruta 226.

La familia realizó numerosos e insistentes reclamos por el brutal homicidio pero tendrá que esperar un largo tiempo para poder dar su anhelado grito de Justicia. A principios de este mes, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Mar del Plata confirmó que el agente de la Bonaerense recién será juzgado entre el 8 y el 12 de mayo del 2023.