Desde París

Entre una opción radical de ultraderecha y otra conservadora liberal, la derecha francesa agrupada en el partido Los Republicanos concluyó este sábado el proceso para designar a su candidata presidencial para las elecciones de 2022. Entre ambas opciones, la derecha optó por la segunda y designó, mediante un voto de sus adherentes, a una mujer, Valérie Pécresse, la actual presidenta de la región Ile de France quien se convierte en la primera mujer elegida por la derecha para pelear por el sillón presidencial. 

Pécresse derrotó a su rival, Eric Ciotti (60,95 % contra 39,05 %), un infiltrado de la extrema derecha que defendió, durante las primarias, las más cuestionables propuestas de la ultraderecha. La final entre Pécresse y Ciotti fue una sorpresa porque ambos dejaron en el camino a dos líderes de más peso como Xavier Bertrand o Michel Barnier. La victoria de la exministra de Nicolas Sarkozy abre, a su vez, un nuevo camino en la campaña para las elecciones presidenciales de 2022. En primer lugar, de los cuatro posibles candidatos de Los Republicanos, Valérie Pécresse es la más peligrosa para el actual presidente, Emmanuel Macron, quien aspira a su reelección. En segundo, su designación pone a la golpeada y casi desaparecida derecha francesa en una posición con más legitimidad frente a un electorado y a varios lideres, entre estos la misma Pécresse, que abandonaron sus filas luego del desastre de los comicios presidenciales de 2017. 

Entre ultras y conservadores liberales

El cuerpo electoral se dividió entre Emmanuel Macron y la candidata de la ultraderecha Marine Le Pen. Los resultados de este sábado demuestran que esa división sigue presente. Cerca del 40% de los votos fueron ganados por la corriente más cercana a la ultraderecha, incluso a la versión más ultrajante, xenófoba y ruinosa encarnada por el ya candidato Eric Zemmour. Valérie Pécresse tiene por delante una suerte de doble camino electoral. Primero, debe unir a su propio campo dividido entre ultras y conservadores liberales. Pese a que su adversario no será candidato, Eric Ciotti ganó, a su manera, la batalla de las ideas. El ala derecha que él representa tiene hoy un peso mucho mayor que en años anteriores y ya no se esconde entre sombras para no decir en voz alta lo que piensa. Ciotti es el portavoz de una derecha dura que no aborrece un pacto con la ultraderecha de Marine Le Pen. Por último, Valérie Pécresse tiene que conquistar una mayoría presidencial. Es allí donde el entorno del actual jefe del Estado ubica su peligrosidad y puede poner en peligro una elección que parecía ganada de antemano. Hasta hoy, todos los sondeos de opinión predecían una segunda vuelta entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen con una amplia victoria final del actual mandatario. Ahora, las cartas pueden mezclarse de otra forma. 

El macronismo vio siempre en Valérie Pécresse a una candidata con un abanico electoral muy amplio, capaz de captar votos en un electorado más vasto que el que vota por Emmanuel Macron e, incluso, frenar el flujo de electores de la derecha republicana que pensaban votar por Macron. Hoy, los sondeos ubican a la candidata de Los Republicanos alrededor de un modesto 10%, lejos del 14%, 15% del ultraderechista Eric Zemmour y de la misma Marine Le Pen (17%, 18%). Sin embargo, como tal, la campaña aún no ha comenzado y con una candidata como Pécresse los porcentajes pueden variar mucho. Sus allegados la retratan como alguien “metódico y organizado”, muy constante y fiel. 

La batalla se jugará en el centro

La candidata de Los Republicanos conquistó la candidatura de un partido en regestación y que perdió, además, los complejos ante una extrema derecha que pretende devorarlo o forzarlo a una alianza. En 2019, Pécresse abandonó las filas de su partido porque no estaba de acuerdo con la derechización de Los Republicanos. Más tarde regresó, hizo olvidar su deserción y acabó ganando la candidatura de una derecha radicalizada. Dos urgencias de cuerda floja: retener y recuperar a los moderados que votan a Macron y alimentar la furia de los extremistas tentados por la ultraderecha. Caminar en la cuerda que oscila entre la moderación y los extremos invita a la candidata a un juego de equilibrista. Aunadas, la derecha y la extrema derecha totalizan 45% de las intenciones de voto. La batalla se jugará en el centro, allí donde aún reina Macron, pero ahora con una novedad a la altura de la época: por primera vez en la historia habrá en Francia tres candidatas mujeres que representan a los partidos más presentes en los últimos años: Marine Le Pen, la socialista Anne Hidalgo y, ahora Valérie Pécresse.

[email protected]