Este lunes declaró otra testigo en el juicio que se sigue a Ghislaine Maxwell, expareja de Jeffrey Epstein, acusada de ser cómplice de los abusos cometidos por el magnate. Se trata de una mujer que, según detalló durante la audiencia, fue presionada durante su adolescencia por Maxwell para que le diera "masajes sexuales" al empresario.

Uno de los episodios revelados por "Kate" --nombre ficticio que utilizó para proteger su identidad-- habría ocurrido a mediados de la década de 1990 en la finca de Epstein en Palm Beach, Florida. En esa oportunidad, contó ante la audiencia, Maxwell le dejó un traje de colegiala con una falda plisada y le explicó: “pensé que sería divertido que le llevaras a Jeffrey su té con este traje”.

Tras el encuentro sexual que siguió a esa propuesta, Maxwell “me preguntó si me había divertido y me dijo 'eres una chica tan buena'”, recordó la mujer.

Kate tenía 17 años cuando conoció a Maxwell, a través de una amiga con la que había salido de forma intermitente. Según relató, en ese encuentro le dijo que su entonces pareja era un filántropo que podía ayudarla con su carrera de cantante.

Luego acceder a los pedidos sexuales del magnate en Londres, Kate fue llevada en vuelos comerciales a Florida, donde las interacciones continuaron. Para ese entonces, ella ya tenía 18 años.

La testigo fue la segunda mujer en subir al estrado contra Maxwell en el tribunal federal de Manhattan. A diferencia de la primera, el juez le prohibió detallar actos sexuales epsecíficos porque consideró que tenía "edad para brindar consentimiento" cuando ocurrieron los contactos con Epstein.

"Estaba aterrorizada y congelada"

En la audiencia de este lunes, Kate contó que Epstein necesitaba tener sexo “unas tres veces al día”, ante lo cual Maxwell solía decir "¡Los chicos y sus pitos!". 

Maxwell también le habría dicho a Kate que Epstein era “exigente” cuando se trataba de masajes sexuales y que era “muy difícil estar al día” con sus necesidades. Incluso le llegó a preguntar, aseguró la declarante, si conocía a alguien que pudiera realizar sexo oral al empresario porque era mucho para ella. “Ya sabes lo que le gusta. Guapas, jóvenes, bonitas, como tú”, fue la explicación que le dio.

Kate también recordó que la primera vez que vio a Epstein desnudo, Maxwell estaba de pie junto a él. “Lo recuerdo claramente porque estaba aterrorizada y congelada”, lamentó. La conducta de Maxwell, ante esa situación, era “casi como la de una colegiala. Todo era divertido. Todo parecía ser una broma divertida y tonta”.

Consultada sobre su relación con la pareja, reconoció que se resistió a “desvincularse” de Maxwell y Epstein “porque había sido testigo de lo conectados que estaban ambos y tenía miedo”.

Kate también indicó que su decisión de testificar de forma anómima se debe a que tiene "una gran cantidad de humillación y vergüenza en torno a los acontecimientos que tuvieron lugar” y quiere proteger a su hijo de conocer los detalles. 

Durante la audiencia, el abogado de Maxwell intentó poner en duda su testimonio y le preguntó si su historial de abuso de drogas y alcohol afectaba a su memoria. “No ha tenido ningún impacto en los recuerdos que siempre he tenido”, respondió la mujer.

Maxwell, de 59 años, niega haber preparado a niñas y adolescentes para que Epstein abusara de ellas. Sus abogados dicen que el gobierno la está convirtiendo en un chivo expiatorio de los supuestos delitos sexuales del magnate, que se suicidó en la cárcel en 2019.

Este lunes, el jurado pudo ver extractos bancarios que muestran que entre 1999 y 2007 se transfirieron unos 30 millones de dólares de las cuentas de Epstein a las de Maxwell. Unos 7 millones de dólares se utilizaron en la compra de un helicóptero, según los registros.