El ministro de Seguridad, Jorge Lagna, dio a conocer ayer los nombres que renuevan su gabinete, en lo que puede leerse como un relanzamiento de su gestión y que incluye el pase del Servicio Penitenciario a la órbita de su cartera. Un gendarme, un ex policía gestor de la Policía de la ciudad de Buenos Aires, el actual número uno del Servicio Penitenciario, un funcionario ligado a la formación de la fuerza de seguridad y una joven que fue ascendida y que ya venía desempeñándose en la estructura oficial, son los flamantes funcionarios. "Armamos un equipo de acuerdo a las circunstancias del hoy, que es una situación excepcional, sobre todo en Rosario y en parte de la ciudad de Santa Fe, que viven situaciones de violencia que tienen su raíz en la narcocriminalidad, pero que también tiene un marcado crecimiento en el delito predatorio que es multicausal".

En medio de un terremoto político por las confesiones del capitalista de juego ilegal Leo Peiti y la ola de violencia en esta ciudad, Lagna, anunció que Jorge Bortolozzi, que hasta hoy se desempeñaba como secretario de Asuntos Penitenciarios, será el nuevo secretario de Seguridad Pública. En tanto, Andrés Rolandelli ocupará el cargo de subsecretario de Investigación Criminal, Gustavo César Pucheta será el encargado de la Seguridad Preventiva, el ex jefe de Gendarmería Claudio Brilloni estará a cargo de Prevención y Control, y Daniela Ghirozi será la nueva directora de los Centros Territoriales de Denuncias. Sobre esta última, Lagna dijo que "se trata de una especialista en derecho penal y tendrá a su cargo los 38 centros de denuncias que hay en Santa Fe. La misión es que sean más y presten mejores servicios".

"Estoy muy honrado y satisfecho de como se ha armado el equipo, con personas muy capacitadas, que saben de qué se trata la seguridad ciudadana, que han aceptado este desafío", remarcó el ministro durante la presentación.

Consultado sobre el violento fin de semana que sumó 6 homicidios en 48 horas, el ministro remarcó que "el cuadro de violencia de la ciudad se remonta a más de una década, con fluctuaciones. Hoy tenemos niveles de violencia similares a los 3 o 4 años más duros de la administración socialista".

En ese punto, el ministro admitió que "hay fallas" que hay que seguir corrigiendo, pero observó que, así como fue un fin de semana con muchos hechos violentos, hay trabajo que se hizo que no es visible, y hubo varios procedimientos y detenidos en relación a investigaciones por balaceras y extorsiones.

Sobre la situación que se vive en Rosario dijo que “es una circunstancia excepcional. El cuadro de violencia se remonta a más de una década, con génesis en el crecimiento y la reconversión de bandas organizadas para los delitos complejos, la narcocriminalidad. Pero también crece el delito común, predatorio (robo, arrebato, hurto) que es multicausal. También es complicado lo social por las grandes desigualdades”.

En este sentido reveló que trabaja codo a codo con todo tipo de organizaciones y con todas las autoridades y funcionarios de la provincia y de la ciudad. "Profundizaremos el trabajo en la mesa local de Seguridad y además optimizaremos nuestros recursos en la calle, la conjunción tiene que ser mucho más fluida con las fuerzas federales que hoy colaboran con nosotros en la lucha del delito".

La causa judicial que tiene al ex ministro Marcelo Sain tampoco estuvo ajena a la charla.  "Lo que hubo en realidad es lo que técnicamente se llama requerimiento de documental y por supuesto que accedimos a ello. (La causa ) está en el terreno de la investigación, yo soy abogado y me manejo con evidencias y esto está en las manos de la justicia y no puedo hacer ninguna evaluación", respondió al ser consultado sobre la versión que habla de espionaje.

 

 

 

Aseguró que su cartera sigue trabajando y que la situación lo obligó a hacer los cambios en el gabinete antes de lo previsto, y remarcó que conformó un equipo en el que tiene cifradas muchas esperanzas.