La Legislatura aprobó este jueves un plan para incorporar cambios en las multas de tránsito y las características de otorgamiento de la licencia de conducir, para exigir un mayor desempeño de los conductores. El Proyecto Integral de Convivencia Vial, presentado por el Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires, obtuvo 52 votos afirmativos, 0 negativos y 4 abstenciones. 

La iniciativa tiene por objetivo reducir los siniestros viales y, en consecuencia, las víctimas fatales. Entre las modificaciones, le abre la puerta al negocio privado con la tercerización de autos de doble comando.

El proyecto incorpora la inhabilitación para conducir para quienes manejen alcoholizados, incluso para quienes den positivo en un control de alcoholemia con los registros más bajos por encima de lo permitido. Hoy estos casos se resuelven en pocos días.

“Queremos bajar un 20 por ciento las muertes para 2023 y llegar al 50 por ciento para 2030. Y para eso vamos a tomar una serie de medidas como exámenes de licencias más estrictos y sanciones más rigurosas para los que toman alcohol cuando van a manejar. Apuntamos a formar conductores más responsables”, sostuvo el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, al presentar el proyecto.

Por su parte, el secretario de Transporte y Obras Públicas, Juan José Mendez, puntualizó en las sanciones “más rígidas” que promueve la nueva legislación para “quienes pongan en peligro su propia vida y la de los demás”.

Además de endurecer las sanciones para los conductores que den positivo en el control de alcoholemia -en todos los casos se inhabilitará el registro- también cambia la manera de conseguir la licencia: el examen práctico de manejo se realizará en la calle con autos doble comando contratados y tercerizados por el gobierno porteño.

Puntos centrales del proyecto

Alcoholemia: inhabilitación para los positivos

Según cifras oficiales, el 21 por ciento de los siniestros con víctimas fatales están relacionados con el consumo de alcohol. Entre 2016 y 2020, los controles de alcoholemia se incrementaron en un 152 por ciento -pasaron de 119.772 a 302.186- mientras que la cantidad de positivos disminuyó del 3,3 por ciento al 1,4.

El proyecto plantea la inhabilitación para conducir de aquellos conductores que den positivo en un control de alcoholemia. En la ciudad de Buenos Aires el límite máximo tolerado de alcohol en sangre es de 0,5 gr/l para vehículos particulares, 0,2 gr/l para motociclistas y 0,0 gr/l para principiantes y conductores profesionales.

Hasta ahora estos infractores pueden regularizar su situación en un período breve de tiempo y volver a circular: se labra un acta, se retiene la licencia y se otorga una provisoria y se remite el vehículo a una playa de acarreo. El contraventor debe presentarse en una fiscalía para regular su situación. Aquí, muchas veces la multa queda a discreción del fiscal quien evalúa la cantidad de alcohol en sangre reportada en el control. Suele pasar que para los casos “menos graves” se determina una probation, que puede derivar en tareas comunitarias o una donación, entre otras.

El proyecto plantea que “todos los conductores que den positivo en un control de alcoholemia serán inhabilitados por un mínimo de dos meses” lo que cambia radicalmente las sanciones vigentes.

Además, dependiendo del dosaje arrojado se implementarán las siguientes sanciones:

Entre 0,5 gr/l y 1 gr/l:

  • Se establecerá una multa de 150 ($7.950) 1000 UF ($53.000) y la inhabilitación de la licencia (de 2 a 4 meses). Si aprueba el curso de educación vial, el plazo se reduce a la mitad en la primera falta.
  • -e mantiene el acarreo de vehículo y la retención de la licencia de conducir.

Desde 1 gr/l en adelante:

  • Se establecerá la multa de 300 ($15.900) a 2000 UF ($106.000) o 1 a 10 días de arresto.
  • Inhabilitación de la licencia aplicada siempre (4 meses a 2 años). El caso no podrá ser dejado en suspenso. En la primera contravención el plazo de inhabilitación se puede reducir a la mitad si se aprueba el curso de seguridad vial.

Examen de manejo

El proyecto propone un cambio radical de modalidad con respecto al que se toma hoy en día en la pista de Roca: pasará a rendirse en la calle con autos doble comando contratados y tercerizados por el gobierno porteño.

Según fundamentaron desde el gobierno el hecho de que el examen se haga en la calle “pone a prueba al aspirante en un escenario muy similar al que va a enfrentarse cuando tenga su licencia, mejora y acerca su experiencia a lo cotidiano”.

También se actualizará el contenido del examen teórico, con nuevas preguntas y un nivel más alto para aprobar. La pista de Roca seguirá operativa para aspirantes a la licencia de conducir de motos y transporte de carga.

El curso de otorgamiento, al igual que el curso de renovación, pasará a ser virtual.

Respecto al examen teórico, las preguntas pasarán de 30 a 40 en total y se requerirá un porcentaje mayor de respuestas correctas (hoy se aprueba con 75% y en el futuro se hará con 85%).

Vigencia ampliada del registro 

El proyecto propone un cambio en la vigencia de las licencias de conducir que podrá variar en función del desempeño en calle del conductor.

  • De 16 a 39 años: hasta 10 años de vigencia
  • De 40 a 49 años: hasta 6 años de vigencia
  • De 50 a 69 años: hasta 4 años de vigencia
  • A partir de 70 años: hasta 2 años de vigencia