Alejandro Slokar se convirtió en el nuevo presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, el máximo tribunal penal del país. Magistrado de perfil garantista enrolado en la línea de pensamiento del excortesano Raúl Zaffaroni, con una larga trayectoria judicial y académica, su designación por el voto unánime de sus pares implica además un salto en términos de calidad y transparencia en la conducción del tribunal, ya que reemplaza a Gustavo Hornos, investigado por sus visitas a la Casa Rosada durante la presidencia de Mauricio Macri.

Slokar es uno de los miembros fundadores de la asociación civil Justicia Legítima, el colectivo progresista que propone modernizar el Poder Judicial, e integra la Cámara de Casación desde 2011. Hasta ayer formaba parte de la Sala II de ese tribunal junto con Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, de quienes se diferenció históricamente con sus votos en disidencia en las causas sobre delitos de lesa humanidad de la última dictadura, priorizando siempre los derechos de las víctimas y la obligación estatal de reparar los daños generados por el genocidio.

El último año como vicepresidente

Si bien ya había ocupado la presidencia de Casación en 2016, Slokar se desempeñó el último año como vicepresidente primero del tribunal y se impuso en la elección a partir del criterio que establece un orden para llegar a su conducción. Quien lo secunda ahora es Mariano Borinsky, otro juez severamente cuestionado por varios fallos polémicos durante el macrismo, cuando además visitaba al jefe de Estado en la residencia de Olivos. La vicepresidencia segunda quedará a cargo de Ana María Figueroa.

El otro candidato a la presidencia era Daniel Petrone, juez de la Sala I de Casación, que comparte con Figueroa y Diego Barroetaveña y que está llamada a revisar dos fallos de alto impacto político emitidos este año por distintos tribunales orales: el sobreseimiento de la vicepresidenta Cristina Kirchner y el resto de los imputados de las causas Memorándum con Irán y Hotesur-Los Sauces.

La designación implica que Slokar dejará de integrar la Sala II (lo reemplazará Ángela Ledesma) y sólo votará en los casos en que una sala no cuente con sus tres integrantes y sea necesario desempatar una votación.

Una vida en tribunales

Slokar empezó su carrera como meritorio cosiendo expedientes y armando legajos hace 40 años. Más allá de su larga trayectoria en la justicia porteña y federal, es un reconocido académico: es profesor titular por concurso de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires –heredero de la cátedra de su maestro Zaffaroni– y en la Universidad Nacional de La Plata. Desde su ingreso a la Cámara Federal de Casación Penal en 2011 cuestionó fuertemente la designación de subrogantes de manera irregular, lo que terminó en una disputa dentro del propio cuerpo de magistrados, al oponerse vehementemente a la designación de Luis María Cabral.

En los últimos tiempos fue uno de los jueces de Casación que sentó una crítica posición en relación a sus colegas Hornos, que según los registros de Casa Rosada vistió al menos siete veces al entonces presidente Macri, y Borisnky, el habitué de Olivos, protagonistas de resoluciones funcionales a las operaciones jurídico-mediáticas del gobierno de la alianza Pro-UCR-Coalición Cívica.

La refundación del Poder Judicial

En marzo pasado, durante una reunión de acuerdo de superintendencia del máximo tribunal penal, Slokar reclamó la renuncia de Hornos a la presidencia del cuerpo a raíz de la polémica originada por los encuentros con Macri. El domingo último volvió a plantear que los fiscales y jueces que visitaban la Quinta de Olivos deberían “brindar explicaciones” ante la sociedad para garantizar la “transparencia de sus actos”.

En relación a la discusión por el número de miembros del máximo tribunal de Justicia, Slokar subrayó que “la composición de la Corte Suprema con cinco miembros es insostenible” (antes de la renuncia de Elena Higthon de Nolasco, que redujo esa integración a cuatro jueces). “Es difícil no estar de acuerdo con una refundación del Poder Judicial”, que “es necesaria desde hace tantas décadas”, afirmó.