Aunque la meta parecía cerca, otra vez vuelve a correrse. Las infecciones se multiplican en el mundo y Argentina no es la excepción: de 5.337 reportadas el lunes, a 9.336 el martes y 11.121 el miércoles. Los casos aumentaron en un 86 por ciento durante la última semana, y ya son cinco las jurisdicciones con riesgo epidemiológico “alto”. Se trata de Tucumán, Río Negro, Neuquén, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires. A la predominancia de Delta --representa más del 95 por ciento de los contagios que se reportan cada día--, la transmisibilidad que se advierte con Ómicron en otras partes del mundo ya comienza a observarse en territorio doméstico. El presente obliga al Ministerio de Salud a reforzar las estrategias relacionadas a las políticas de cuidado y continuar con el fomento de la la campaña de vacunación. Para comprender el asunto con cifras concretas: si el 1° de diciembre la ocupación de camas UTI era de 632, en la actualidad asciende a 824. Un 35 por ciento de ocupación a nivel nacional y un 38 por ciento en el AMBA: está controlado, pero va en ascenso.

“Probablemente, estemos iniciando una tercera ola y, como siempre, no podemos saber cuál será el pico”, destaca Carolina Torres, viróloga del Conicet y miembro de Proyecto País (iniciativa de vigilancia genómica del MinCyT). La idea --cada vez más robusta-- de que el escenario pandémico podría empeorar en el corto plazo, entra en contradicción con la baja percepción del riesgo que manifiesta la ciudadanía que, ya cansada de un fenómeno que no da respiro, tiende a relajar las pautas de prevención y cuidado. Desafortunadamente, el alerta sanitario no ha cesado y los encuentros familiares de diciembre podrían dificultar más las cosas. No obstante, más allá de las pálidas, hay un punto que por el momento es positivo. La referencia es para el desacople entre el promedio de casos y el de fallecimientos: mientras que por jornada se reportan aproximadamente 5.400 nuevos contagios, las muertes promedian las 14.

Las más complicadas

Felipe Miguel, el jefe de Gabinete de CABA, aseguró que están “muy atentos” al incremento de casos, aunque consideró que “no estamos en una situación para alarmarse”. Para justificar su respuesta, apuntó a que la ocupación de camas de terapia intensiva es de 5,4 por ciento y que el 85 por ciento de los porteños recibió el esquema de dosis completo. Frente a esto, el físico Jorge Aliaga plantea: “Nadie dice que colapsará el sistema de salud. Está claro que la vacunación es muy grande y que habrá muchos menos casos graves en la enorme mayoría que recibió sus dosis. Ahora bien, si se tienen muchos casos, de cualquier manera habrá más personas hospitalizadas y fallecidas. Decir que como estamos vacunados no aumentarán los muertos es falso; se incrementarán menos, pero lo harán”.

Luego, el actual secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de Hurlingham, agrega: “En CABA se ve una incidencia bastante grande. Desde hace ocho semanas los casos suben, con lo cual, juntar personas cada vez resulta más riesgoso. Tras la suba de Córdoba, pareciera haber un aumento en la velocidad con la que crecen los contagios en territorio porteño”. Luego remata: “Dado que tenemos tanta movilidad de gente, si en Córdoba explotó, es irreal pensar que en pocos días ese comportamiento no se replicará en todos lados”

Córdoba, como cita Aliaga, es otra de las complicadas y, lo que aún significa más, ya tiene circulación comunitaria de la variante Ómicron. Así lo explica Humberto Debat, virólogo e investigador del INTA en esa provincia: “Hubo cuatro establecimientos educativos en los que se generaron brotes importantes. Luego hubo evidencia de expansión geográfica de estos brotes”. La presencia de esta variante fue constatada por un grupo de especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba, que la halló en aguas residuales y, de acuerdo a sus evaluaciones, data --al menos-- del 13 de diciembre.

A partir de ese momento, la dinámica se transformó en aquel territorio. “En los últimos diez días, la situación epidemiológica se ha modificado de manera dramática. Teníamos debajo de 100 y ahora nos acercamos a los dos mil. Es un crecimiento inédito en esta ventana de tiempo, tanto que los centros de testeo han quedado sin insumos durante el día”, observa Debat. Las colas que se acumulan en los centros de testeo, las “balas que pican cerca”, el incremento de casos entre conocidos, familiares o amigos y la posibilidad cada vez más latente de convertirse en contacto estrecho, configuran datos que, pese a no estar sistematizados y pertenecer al campo de la experiencia de cada quien, resultan ilustrativos para reconocer cuándo el panorama se complica. Y se está complicando.

Aunque en Tucumán, Neuquén y Río Negro aún no se ha confirmado la circulación comunitaria de la nueva variante (las autoridades sanitarias suelen manejar esa información con cautela), se sospecha que también es así. Por su transmisibilidad, una vez que Ómicron es detectada, prevalece y desplaza a las anteriores provocando "una escalada de casos impresionante", coinciden los referentes consultados.

Festejar con cuidado

Las infecciones se incrementan en el país justo cuando se acercan las fiestas, pero no hay nada de casual. En verdad, las infecciones suben porque se acercan las fiestas. En esta época del año, las personas hacen reuniones de fin de año con amigos que no frecuentan, participan de fiestas laborales y asisten a todo tipo de encuentros que, en especial desde 2020, fueron pospuestos. En medio de incertidumbres varias, hay algo que sí está claro: si nada se modifica en el comportamiento social, no habría razón por la cual la situación debería modificarse.

“En un contexto de movilidad prepandemia, la circulación interjurisdiccional sin restricción puede implicar que las cosas empeoren en el futuro próximo. Entendemos que haya dificultades para aplicar medidas más restrictivas, pero hay preocupación ante la avanzada de casos”, plantea Debat. Desde aquí, con una cuota mayor de optimismo, apunta Torres: “Ómicron es más transmisible, pero no quiere decir que sea infalible. Es decir, si nosotros aplicamos los cuidados que ya conocemos podremos mitigar su circulación. La recomendación que damos es limitar al máximo los encuentros con las personas no convivientes”. Tomar o no las recomendaciones (respetar la distancia, utilizar de manera correcta el barbijo y ventilar ambientes cerrados) implica una decisión individual en que los científicos y las científicas nada pueden hacer.

En 2020, a partir del fin de semana largo del 8 de diciembre, se inició una suba muy fuerte que hacia mediados de enero desembocó en 11.300 casos. Las infecciones se duplicaron durante este período y, según parece, este 2021 no será diferente. Pero hay diferencias con el año anterior: por un lado, las variantes son más transmisibles y parecen evadir parte de la respuesta inmune; pero, por otro lado, hay vacunas que, si bien podrían resignar efectividad para prevenir infecciones, continuarían siendo exitosas para evitar casos graves y fallecimientos. 

En este marco, es comprensible que el Ministerio de Salud pretenda acelerar la campaña de vacunación, esto es, completar esquemas (un 13 por ciento de los que se aplicaron la primera no recibieron la segunda), así como también inyectar los refuerzos antes de lo previsto. Desde la cartera que administra Carla Vizzotti anunciaron que, durante los próximos días, analizarán (junto a la Comisión Nacional de Inmunización) la posibilidad de adelantar el tercer pinchazo. El excedente de dosis facilita la opción --pues se aplicaron 74 millones pero se distribuyeron 91 entre las provincias-- y creen que, de modo complementario, la puesta en marcha del pase sanitario a partir del 1° de enero podría colaborar al respecto.

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