El Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimentaria (STIA) marchará mañana a las 16 hacia la cámara empresaria del sector, en rechazo del aumento del 17 por ciento en tres cuotas que les ofrecieron, después de que el Ministerio de Trabajo dictara la conciliación obligatoria durante las paritarias. “No pueden imponernos el silencio ante estas injusticias” señalaron desde el gremio, al resaltar que esa medida les prohíbe realizar medidas de fuerza durante la negociación y alertaron también que “no hay interés” en escucharlos “ni en destrabar el conflicto”. Reclaman un incremento del 30 por ciento para compensar la pérdida del salario.

“Los trabajadores de Alimentación decimos ¡basta! No vamos a resignarnos a empobrecernos trabajando. Nuestro reclamo es justo, y expresa la urgencia de los que estamos quedando al margen de este modelo económico”, expresaron desde STIA en un comunicado. El gremio ya había realizado el 11 de mayo un paro de 2 horas por turno en las fábricas, lo que motivó finalmente la resolución del Ministerio.

Los empleados del sector explicaron que su reclamo no es infundado “ni se trata de una postura diferencial con fines políticos” y que “tanto el Gobierno como los empresarios buscan minimizar y catalogar” el conflicto. Destacaron que el plan de lucha que votaron entre todos es para expresar su disconformidad con la cámara, que “no quiere modificar su propuesta y asumió una postura necia e intransigente”.

El STIA denunció que “la propuesta es totalmente inaceptable”, dentro del contexto de un escenario inflacionario interanual mayor al 27 por ciento, e informes que reflejan que una familia tipo necesita 32.442,44 pesos de ingresos mensuales para cubrir la canasta básica de alimentos y servicios.  

“En primer término, las paritarias tienen por finalidad recomponer un salario que se devaluó. No se trata de un acuerdo a futuro en función de un posible escenario económico. La pérdida de capacidad de compra de nuestros salarios tiene como origen concreto el aumento de precios de los productos y servicios del último año”, expresaron desde el sindicato, que recordó el último informe del Indec, según el cual alimentos y bebidas subieron un 2,2 por ciento en abril.

“Los que vamos cada día a las fábricas a poner el cuerpo no somos los que remarcamos los precios. No ahorramos en Letes ni especulamos en Lebacs. No estamos involucrados en la bicicleta financiera que enriquece a un sector que vive sin trabajar y sin siquiera pagar impuestos por esas ganancias. Los trabajadores somos víctimas de una política económica que se basa en una transferencia de recursos de los que menos tienen a los sectores más acomodados de la sociedad.”, concluyeron.