Después de que la Cámara de Casación le sacara al juzgado de Dolores y enviara a los tribunales de Comodoro Py la causa por espionaje y extorsión que involucra al falso abogado Marcelo D'Alessio y al fiscal Carlos Stornelli, ningún juez parecía querer tomar el caso. Finalmente, la cuestión tuvo una definición insólita: la jueza federal María Eugenia Capuchetti le remitió el expediente a su colega Julián Ercolini, el magistrado que, a tono con los intereses del propio Stornelli y el macrismo, ya desde 2019 venía pugnando por quedarse con el caso. De hecho, en su Juzgado 10 ya tramita una denuncia con la que el fiscal intentó desligarse y mudar la pesquisa a los tribunales federales de Comodoro Py.
Capuchetti se declaró incompetente para intervenir en la causa que se inició en Dolores y la envió “por conexidad” al juzgado de Ercolini. “Sin perjuicio de no desconocerse que la presente causa ostenta un más elevado grado de avance en su trámite, lo cierto es que corresponde al titular del Juzgado Criminal y Correccional 10 continuar con la investigación del legajo que ha reclamado para sí en el pasado, no sólo por el amplio lapso temporal que ha transcurrido desde que tomó contacto con los eventos que aquí se ventilan, sino también por el grado de conocimiento que tiene sobre ellos”, sostuvo la jueza.
La denuncia que ya investiga Ercolini fue presentada por Stornelli. Allí, acusó a D'Alessio de haberlo estafado e invocado su nombre falsamente, en un intento por tomar distancia del falso abogado. La paradoja detrás de este nuevo cambio de manos del caso D'Alessio es que, de aceptar la competencia, el juez Ercolini tramitará juntas dos causas que ubican a Stornelli en lugares contrapuestos: en la que se inició en el Juzgado federal de Dolores el fiscal está acusado, mientras que en la otra es denunciante.
Ahora el titular del Juzgado federal 10 deberá decidir si se queda con el caso D'Alessio o rechaza la competencia: el escenario cambió bastante desde el tiempo en que él le había reclamado el expediente al entonces juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Cuando Ercolini solicitaba para su competencia la causa, Stornelli estaba procesado por la extorsión al empresario Pedro Etchebest --denunciante original del D'Alessiogate--, pero luego la Cámara de Mar del Plata le dictó falta de mérito al fiscal --y le dejó los procesamientos por los casos “Ubeira” y “Castañón”--.
La causa D'Alessio se inició en 2019 en la ciudad de Dolores, a partir de una denuncia del empresario Etchebest y la semana pasada, por decisión de la Cámara Federal de Casación Penal, pasó a los tribunales federales de la Ciudad de Buenos Aires, como venían reclamando los imputados. Tras el sorteo de rigor, quedó en manos de la jueza Capuchetti, que primero se excusó con el argumento de que en este expediente se investiga el papel de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en maniobras de espionaje ilegal, de las cuales ella fue víctima. El caso volvió a sortearse y recayó en el juez Ariel Lijo, quien rechazó la inhibitoria de su colega y envió el caso a la Cámara Federal porteña para que allí se resolviera quien debe investigar.
Al comienzo del día, el camarista Pablo Bertuzzi había resuelto "no hacer lugar a la excusación" de Capuchetti porque “las razones que se esgrimen para sustentar la excusación en modo alguno permiten vislumbrar la posibilidad de que su imparcialidad se vea afectada, a raíz de la particular situación que se ha planteado en el caso bajo estudio". Poco después, se conoció la decisión de la jueza de dejar todo en manos de Ercolini.