Desde Río de Janeiro

El estado de Bahía, más específicamente su región sur, sufre los peores desastres naturales que haya conocido. Más de 25 personas muertas bajo los efectos de las fuertes y continuas lluvias durante varias semanas. Cientos de miles de personas han tenido que abandonar sus casas inundadas. 

Numerosas carreteras han sido interrumpidas, regiones enteras han quedado aisladas. Miles de familias han sido desplazadas para otras ciudades. Es un desastre de proporciones desconocidas en Brasil por mucho tiempo. Se da en Bahía, un estado muy especial. El más grande del nordeste. La provincia en la que se mezcla una población mayoritariamente negra y las etnias nordestinas.

Una provincia fundamental en la cultura brasileña, de la literatura de Jorge Amado, y de la música brasileña, de Dorival Caymmi, pasando por la bossa nova de Joao Gilberto y la generación de Caetano Veloso, Gilberto Gil, Maria Bethania, Daniela Mercury, Ivete Sangalo, entre tantos otros personajes fundamentales en la cultura del país.

Bahía recibió la generosa oferta de ayuda del gobierno hermano de Argentina y fue celebrada tanto por los bahianos como por el gobierno de la provincia –gobernada por el PT desde hace casi 20 años-. Pero, de repente, Bolsonaro decidió rechazar la ayuda sin argumentos, simplemente diciendo que no sería necesaria.

La reacción pública fue tan enormemente contraria, que él tuvo que retomar varios argumentos en algunos tuits: nada que pudiera convencer incluso a sus aliados. Mientras goza de vacaciones en una playa de Santa Catarina, sin desplazarse hacia las regiones afectadas de Bahía, Bolsonaro sufre críticas durísimas en los medios por su actitud respecto de la ayuda argentina. 

El gobernador de Bahía, Rui Costa, después de denunciar la falta absoluta de humanidad de Bolsonaro, ha manifestado que su provincia estaba dispuesta a recibir la ayuda ofrecida por el gobierno de Alberto Fernández directamente, sin intermediación del gobierno brasileño. En todo el país se ha expresado la gratitud de los brasileños con los argentinos por la oferta de su ayuda en un momento tan dificil para Bahía y para Brasil.

Es una nueva derrota de Bolsonaro, a quien ya no le parece importar el desgaste acelerado de su apoyo, que está en 19% (mientras Lula tiene 48% de respaldo en las encuestas). A tal punto que trata de dificultar al máximo la vacunación de los niños, recomendada unánimemente por todos los órganos científicos brasileños.

El sentimiento generalizado por Brasil es la voluntad de poder decir a los argentinos: Gracias, hermanos! Gracias, argentinos!