Desde Brasilia

Brasil empezó el año a la Bolsonaro, con una noticia de alto impacto que dejó a al país con el corazón en la boca (o tal vez no tanto). El presidente fue trasladadó de urgencia en la madrugada de este lunes desde la provincia de Santa Catarina, donde pasaba sus vacaciones, a San Pablo donde fue internado con fuertes dolores en el abdomen que son "secuelas" de la puñalada sufrida en 2018 durante la campaña electoral, aseguró el ministro de Salud, el médico Marcelo Queiroga.

En el último parte médico divulgado a las 20 horas por el Hospital Nova Star, de San Pablo, se informó que el mandatario, afectado por una obstrucción instestinal, no sufre dolores, mostró una "mejora" a lo largo del día y pudo pudo dejar la cama para dar unos pasos. Periodistas y algunos simpatizantes del gobernante dirigían sus miradas hacia el décimoquinto piso del centro médico donde fue alojado el enfermo de 66 años al cual se lo alimentó con sonda y le prescribieron medicamentos, mientras se aguardaba la llegada del cirujano Anonio Luiz Macedo, su médico de cabecera, que se encontraba en las Bahamas. Será este profesional quien luego de analizar los estudios y examinar personalmente al paciente, informará, se espera con más detalles, sobre su estado de salud.

Macedo atiende a Bolsonaro desde setiembre de 2018 cuando ocurrió el atentado con un cuchillo en Juiz de Fora, interior del estado de Minas Gerais, hecho gravitante para el desarrollo de la campaña que concluyó con la victoria del exmilitar de ultraderecha frente a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, de izquierda, compañero de Luiz Inácio Lula da Silva. Según estimaciones, el médico Macedo debería llegar a San Pablo a las dos de la mañana de este martes procedente de Bahamas, a donde fue enviado un avión.

"Aún no se puede decir si el presidente necesitará ser operado, el cirujano soy yo y quien va a decidir soy yo, necesito hacer un examen clínico", declaró por la tarde Macedo al diario Valor Económico, medio que informa y a la vez expresa la posición de inversores y banqueros.

La Bolsa de Valores de San Pablo, que cerró el día en baja del 0,86 por ciento, a los 103.921 puntos, no pareció sobresaltase demasiado por las noticias sobre la salud del gobernente.

El cuadro clínico de Bolsonaro, que tiene un 22 por ciento de intenciones de voto, importa al establishment financiero y al mundo político a poco más de nueve meses de las elecciones en las que buscará su segundo mandato ante Lula, el expresidente petista que suma 48 por ciento de respaldo electoral.

Mientras se aguardaban informaciones médicas más precisas y extensas, fue divulgada una fotografía del presidente postrado en una camilla con una sonda, imagen similar a la divulgada en julio del año pasado cuando fue fue llevado de urgencia desde un hospital militar de Brasilia al Nova Star San Pablo, también con hipo y un cuadro de obstrucción intestinal. La primera dama, Michelle, una evangélica intensa con influencia política creciente, dijo en las redes sociales dijo que "Dios es bueno y tiene el control de todas las cosas".

Oposición

Desde la oposición la noticia fue recibida con algo de sorna. El diputado Rogerio Correa, del Partido de los Trabajadores, comentó que "hoy en el primer día laborable del año, Bolsonaro presentó un certificado médico de las vacaciones. Tratándose de alquien que tiene fama de no gustar del trabajo sólo nos resta decir #BolsonaroVago".

Ese mismo hashtag fue uno de los más reproducidos en Twitter la semana pasada cuando llovieron críticas al presidente excapitán por no haber visitado a los más de noventa mil desplazados por las inundaciones en el estado de Bahia, en el nordeste, y preferir dar continuidad a sus largas vacaciones de fin de año en las playas de la sureña Santa Catarina. Antes de ello había pasado otros días de receso para recibir la Navidad en las playas de San Pablo, donde se paseó sin barbijo y desedeñó la vacunación contra el coronavirus.

Andre Trigueiredo, diputado del Partido Democrático Trabalhista, deseó pronta recuperación al presidente trasladado de urgencia de santa Catarina a San Pablo sin olvidar que "su aversión al trabajo es impresionante".

Luego de ser ingresado en el hospital privado paulista en la madrugada de este lunes el paciente dio negativo en un test de coronavirus de rutina luego de haber estado la semana pasada junto junto a un diputado que poco después fue diagnosticado con la dolencia que ya causó la muerte de 619 mil brasileños e infectó a más de 22,2 millones.

Bolsonaro no se vacunó contra el covid19 y en tal condición viajó el año pasado a la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, en setiembre y en octubre a la Cumbre del Grupo de los 20 en Roma. Debido a su condición de no inmunizado se le prohibió ingresar a un restaurante en Nueva York y en Roma algunas personalidades evitaron darle la mano.

Al igual que ocurre en torno de las secuelas por la puñalada, la información dadas por Bolsonaro acerca de la covid nunca son completamente transparente, como lo demuestra el hecho de que ordenó mantener en secreto durante cien años (sí, cien) su certificado vacunal.