A un año de la aplicación de la Ley 27610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) el equipo de prevención de Riesgos y Daños de la Maternidad Provincial 25 de Mayo, ofreció su informe anual. Entre los análisis que realizaron las profesionales se destaca que luego de 10 años Catamarca no tuvo ingresos por aborto séptico, es decir por aborto inseguro. Mientras tanto, se supo que sólo el 13% mostró su deseo de no maternar, el resto de las interrupciones se realizaron por causales que afectaban su salud mental o física.

La presentación se concretó en el auditorium de la Maternidad. El análisis de la aplicación de la Ley se realizó con números y variables que reflejaban las diferencias con la aplicación de IVE y sin la aplicación efectiva en años anteriores. Así, mencionaron que este año se concretaron 554 interrupciones, mientras que en 2020 fueron 347 y en 2019, 233.

En cuanto a los ingresos a la Unidad de Terapia intensiva por aborto séptico, es decir por infecciones producidas por aborto concretados fuera del sistema sanitario, en 2021 no hubo ningún caso luego de 10 años, en donde el 2012 fue el que mayor cantidad ingresos tuvo (12), seguido por el 2011 y 2013 con 11 casos cada año, y por el 2018 y 2019 con 10 y 9 respectivamente.

En cuanto a las causales, el mayor porcentaje fue por salud integral, luego por problemas socioeconómicos y por razones de estudio, hubo también un 13, 2 % por violencia familiar y el 13 % porque manifestaron su deseo de no maternar. Los restantes porcentajes fueron por violación o malformación fetal.

Un dato curioso que también dieron a conocer, fue que el 41% de quienes decidieron interrumpir su embarazo profesaban la religión católica, el resto pertenecía a otras religiones o no tenía creencias dogmáticas. En cuanto a la postura que tenían antes de decir realizarse el aborto, explicaron que un 27% de mujeres se había manifestado en contra antes, que incluso militaba en contra, pero luego se informó y decidió.

En tanto, el 74% del total ya había sido madre de uno o más hijos, mientras que sólo el 19% se había realizado una interrupción con anterioridad, “demostrando que no es usado como método anticonceptivo”, señalaron las profesionales.

Otro dato a destacar es que el 70% de las interrupciones se realizaron sólo con medicamentos, mientras que hubo un porcentaje de mujeres que luego de asistir a los talles y charlas previas que realiza el equipo los martes y jueves, que decidieron continuar con su embarazo.

La mayoría de las mujeres que asistieron se fueron con un método anticonceptivo recetado.

Lo que falta

El equipo, también concretó un diagnóstico de lo que haría falta en el sistema de salud para una eficiente aplicación de la IVE e ILE. Así, mencionaron: accesibilidad insuficiente en el interior y caps. Falta de coordinación formal con Maternidad. Dificultad en acceso a métodos complementarios como la falta de ecógrafos en diferentes lugares de la provincia. Además, admitieron que no se respeta el secreto profesional.

En cuanto a los obstáculos, señalaron: prejuicios de los trabajadores de salud que obstaculizan la práctica o violentan a las pacientes. Violencia, hostigamiento hacia los profesionales que trabajan con ive/ile. Coerción y vulnerabilidad de derechos por distintos grupos que conforman la sociedad. Y, por último la no cobertura de las obras sociales e instituciones de salud privadas.

También hablaron de los avances que hubo en la aplicación del protocolo para las interrupciones. Mencionaron en este contexto: comunicación interdisciplinaria en la toma de decisiones del equipo, crecimiento del recurso humano, mayor disponibilidad de medicación, acompañamiento de la Maternidad, la línea 0800 222 Salud y las reuniones y capacitaciones periódicas que consolidan el equipo.

Equipo

El equipo de la Maternidad está compuesto por psicólogas, médicos, asistentes sociales y obstetras, quienes realiza el trabajo desde una mirada integral de la salud, considerándola como “un todo, donde tratamos a la persona gestante desde lo bio -psico –social”.

La estrategia es disminuir la morbimortalidad de las mujeres: Así, realizan talleres en donde se observa cada situación desde la integralidad. Una persona gestante en situación de aborto, está en la disyuntiva de decidir si continuar con el embarazo o interrumpirlo y por lo tanto es una mujer en situación de riesgo. En este caso, el equipo posibilita la información, la accesibilidad al sistema de salud que le brinda las diferentes oportunidades; desde continuar con el embarazo, la atención médica, psicológica y el acompañamiento social. También existe la posibilidad de adopción.

Una mujer que accede al taller, o que pida información sobre la interrupción no es que necesariamente decida abortar. “Esto es algo muy importante de aclarar y que muchas veces no se lo entiende. Nadie lleva a la interrupción, nadie empuja a la interrupción, simplemente se brinda información clara, precisa, científica y con celeridad porque recordemos que es una mujer en situación de riesgo, entonces el mecanismo tener que estar disponible siempre”, explicaron.