Graciela y Silvino fueron por primera vez a Villa Gesell al lugar donde una patota de rugbiers mató a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche. Los padres de la víctima explicaron que “no conocíamos el mar siempre Fernando nos decía que era un lugar de mucha paz”.

La madre del joven cerró el acto y afirmó que “era todo para nosotros, nos daba alegrías, el que nos daba la fuerza para luchar y teníamos esperanza en el día de mañana que él sería el que nos cuidara. Sin embargo, perdimos todo. Nunca tendremos un nieto, nunca veré a mi hijo recibirse que era lo que más anhelaba, entregarle el título. Fer siempre decía que quería ser abogado y que quería ayudar a la gente”.

"No pudo llegar porque le arrebataron la vida de una manera injusta, yo solo pido justicia y con la ayuda de todos ustedes lo vamos a lograr porque ustedes me dan la fuerza para estar acá porque sin ustedes no somos nada”, continuó Graciela.