El Congreso hondureño nombró a dos presidentes en ceremonias separadas, profundizando una crisis política de desenlace incierto a cuatro días de la asunción de la presidenta electa, Xiomara Castro. Dieciocho diputados disidentes del partido de Castro, Libertad y Refundación (Libre), con el apoyo de formaciones de derecha, eligieron a Jorge Cálix como presidente del Congreso en un club social del municipio de Zambrano. En paralelo, parlamentarios de Libre leales a Castro nombraron al diputado del Partido Salvador de Honduras (PSH), Luis Redondo, en el edificio del Congreso. La mandataria de izquierda acusa a la disidencia de su partido de aliarse con el conservador Partido Nacional para impedirle cumplir las transformaciones que prometió realizar en campaña.

Castro llegó este domingo a las instalaciones del Congreso Nacional para sostener una reunión con Redondo. "Nosotros debemos de adecentar la democracia y que no se siga violentando. El pueblo tiene que ser pacífico de las decisiones que se tomen, aquí no hay nada oculto porque para reconstruir a Honduras se necesita de todos", manifestó la presidenta electa, quien fue recibida por una multitud de hondureños a los que expresó: "No los voy a defraudar. Sé que el respaldo del pueblo, la paz y la confianza que se tiene que generar es lo que nos permitirá llegar a construir nuestros anhelos".

El desafío de gobernar sin mayoría

El júbilo que vivía Honduras desde el 28 de noviembre por el triunfo arrollador de Castro, con 1,7 millones de votos, derivó en un escenario de incertidumbre que hace temer nuevos brotes de violencia. La crisis se comenzó a gestar poco tiempo después de que, en octubre de 2021 y antes de las elecciones generales, Castro y su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, suscribieran una alianza solo para el nivel electivo presidencial con otros dos partidos minoritarios.

Como parte de esa alianza, el presidente del PSH, Salvador Nasralla, que obtuvo diez diputados, pidió elegir al candidato a la presidencia del Parlamento, lo que fue avalado por Castro y el coordinador general de Libre. Nasralla escogió como candidato a presidir el Parlamento a Redondo, del PSH, quien tuvo el rechazo de una buena parte de los 50 diputados que obtuvo Libre en los comicios generales.

Los representantes de Libre y el PSH sabían que para elegir a la nueva junta directiva provisional del Parlamento no contaban con la mayoría simple de 65 diputados, por lo que necesitarían del apoyo de otros partidos, como el Liberal, Anticorrupción y Democracia Cristiana, y parte del gobernante Partido Nacional.

Con ese panorama, que ya se presagiaba incierto, por el rechazo a Redondo por parte de una veintena de diputados de Libre, el viernes se llegó a la elección de la junta directiva provisional, en la que fue elegido Cálix, del partido que lidera Castro. La presidenta electa no reconoció a la junta directiva encabezada por Cálix, quien contó con 30 votos de Libre y al menos los 44 del Partido Nacional.

Además el mismo viernes, Castro dio lectura a la decisión del partido Libre de expulsar a los 20 disidentes, de los cuales dos rectificaron, y los tildó de "traidores" que se aliaron con el Partido Nacional, contra el que se votó en noviembre para sacarlo del poder después de 12 años de mandato.

Elecciones simultáneas

Según los diputados de Libre que apoyan a Castro, la elección del viernes se celebró violando normas parlamentarias y sin escuchar al vocero de su partido para proponer a Redondo. La elección de Cálix terminó con gritos, golpes y empujones entre diputados de Libre disidentes y afines a la presidenta electa.

De acuerdo a la ley, correspondía este domingo la elección de la junta directiva en propiedad del Parlamento, lo que no fue posible en su sede en Tegucigalpa, porque allí se concentraron desde el sábado miles de personas apoyando a Castro, en una vigilia a la que ella también asistió para frenar, de acuerdo a la convocatoria, "el retorno de la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico de Juan Orlando Hernández".

Sabiendo que los seguidores de la mandataria seguían en las afueras del Parlamento, la junta directiva provisional electa el viernes convocó para las 08:30 horas locales a una sesión en el club Bosques de Zambrano, unos 30 kilómetros al norte de Tegucigalpa, donde Jorge Cálix fue ratificado con "80 votos" de acuerdo a su versión.

Al mismo tiempo, en el Parlamento se elegía una segunda directiva del Congreso, encabezada por Luis Redondo y respaldada por Castro. El sector de la presidenta electa dijo que Redondo recibió el voto de 96 legisladores, incluyendo suplentes. Sin embargo, es difícil corroborar los apoyos recibidos por el legislador del PSH, ya que la votación fue a mano alzada en una caótica sesión desbordada por la presencia de simpatizantes.

"Reconozco la presidencia del Congreso encabezada por el diputado Luis Redondo, le invito a mi juramentación junto al pueblo el 27 de enero". indicó Castro en un mensaje en su cuenta de Twitter. "Felicito a diputadas (o) que rechazan 12 años de redes de corrupción de "Joh" (por Juan Orlando Hernández, el presidente saliente): camino a saludarles en el Congreso Nacional. ¡Ganamos!", agregó.

Dos presidentes, dos discursos

Al asumir el cargo, Redondo agradeció al partido Libre y al PSH por votar por él en la "única junta directiva legítima", desconociendo por completo la directiva paralela por la que resultó electo Cálix. "Esta no es cualquier sesión. Se abrieron las puertas al pueblo como nunca antes había pasado", dijo. Redondo aseguró que escuchará las demandas del pueblo hondureño, y destacó que se modernizará el sistema de votación del Congreso y se "derogará un compendio de leyes que se aprobaron para generar impunidad en este país".

Por su parte, Cálix aseguró que serán "vigilantes de que se cumpla la agenda legislativa" planteada por Castro. "Serán los hechos que dejarán claros de que lado estará este Congreso. Es una junta directiva libre de injerencias, surge con el voto de 80 diputados", afirmó y destacó con contundencia: "Mientras yo ostente la presidencia del primer poder del Estado no habrá ningún golpe de Estado contra la presidenta electa".

La mandataria electa es esposa de Zelaya, quien en 2006 fue electo presidente por el Partido Liberal y, una vez en el gobierno, giró a la izquierda. Tres años después fue destituido por la Corte Suprema, en un hecho que numerosos analistas y dirigentes interpretaron como golpe de Estado.

La jura presidencial, ¿ante un juez?

Si por la nueva crisis política que vive Honduras, Castro no pudiera jurar ante el Parlamento, la ley señala que lo podrá hacer ante la Corte, con magistrados en su mayoría del Partido Nacional. Si eso tampoco fuera posible, una tercera opción sería ante un juez. 

El viernes, luego de los incidentes en el Parlamento, Castro anunció que su juramento como presidenta, el 27 de enero, lo hará ante un juez civil. El nuevo Parlamento hondureño se debe instalar el martes.

Los seguidores de la mandataria electa continuaron el domingo en la planta baja del Congreso, mientras que activistas de Libre montaron barricadas con piedras y neumáticos a la altura del desvío al club social donde fue electa la nueva junta directiva del Parlamento, obstruyendo el paso en la autopista que comunica a Tegucigalpa con el norte del país. Cálix, escoltado por agentes de seguridad privada, tuvo que abandonar Zambrano en un helicóptero.