En julio de 2009, Xiomara Castro, entonces primera dama de Honduras, se dirigía junto a cientos de hondureños hacia la frontera con Nicaragua. En el país vecino estaba su marido, el depuesto presidente José Manuel “Mel” Zelaya, quien intentaba ingresar al país por segunda vez luego de haber sufrido un golpe de Estado cívico-militar que terminó con el gobierno del poder ciudadano. Zelaya había sido traicionado por el partido Liberal, una de las formaciones tradicionales que en los últimos años quedó relegada como fuerza política. Mientras que junto a Castro, los hondureños y hondureñas comenzaron a movilizarse en el gran Frente de Resistencia Nacional Contra el Golpe de Estado, que unos años después formó su brazo partidario: el partido Libertad y Refundación que este domingo logró el triunfo de una mujer para la primera magistratura del país centroamericano.

Xiomara y las marchas contra el golpe

Con cada marcha antigolpista que pasaba era claro que Xiomara se convertía en un cuadro político capaz de convocar a miles de personas que desde el primer momento comprendieron la gravedad del golpe a Zelaya. En este sentido, el exministro de Gobernación de Mel, Víctor Meza, resume el origen político de la presidenta electa. "Es una candidata que nació en la calle, en la protesta pública y en las marchas que duraron más de un año. Eso, sin ninguna duda, le gana una simpatía merecida y el respaldo de todos los sectores políticos y sociales que se opusieron al golpe de estado”, explica Meza a la Agencia Regional de Noticias.

Primeras elecciones de Libre

En 2013, Xiomara Castro encabezó la formula presidencial de un joven partido Libre que buscaba disputarle el poder a los dos partidos tradicionales que por más de 100 años y entre golpes militares se fueron intercalando en el gobierno. Desde esa primera contienda electoral, Libre obtuvo un segundo lugar con el 28 por ciento de los votos. Las acusaciones de fraude y los “apagones” del sistema electoral dejaron muchas dudas sobre el triunfo del candidato del partido Nacional, Juan Orlando Hernández.

Segundo intento

En 2017, Hernández se presentaba para una reelección con el partido Nacional. La constitución hondureña no permite que quien ocupe la presidencia se presente por un segundo periodo consecutivo.Pero en 2017 la reelección había sido habilitada por la Corte Suprema de Justicia en favor de Hernández. En esos comicios Xiomara Castro se sumó como candidata a vicepresidenta en la Alianza de Oposición contra la Dictadura del partido Nacional. La coalición lideraba todos los sondeos y asomaba una salida a un modelo instalado en 2009. Las primeras tendencias de voto eran encabezadas por la oposición, sin embargo, el sistema electoral sufrió un oportuno apagón de 36 horas. Al reiniciarse, el centro de cómputo ubicaba a Hernández como ganador.

Plan de gobierno 2022-2026

Entre los fraudes y maniobras del gobierno nacionalista, los últimos 12 años fueron percibidos como una dictadura por la mayor parte del electorado. En este sentido, el programa de gobierno de la presidenta electa busca la reconciliación de la sociedad hondureña en un nuevo pacto social  “que refleje una voluntad concertada dentro de la correlación de fuerzas políticas, sociales y económicas, capaz de superar la crisis y transformar al país”. "La patria no está en venta y solo debe fomentar el privilegio para los niños, ancianos y sectores vulnerables, nunca para quienes se apropian de la riqueza nacional, imponiendo el modelo económico neoliberal”, precisa en el plan de gobierno.

Migración, género y medioambiente

Con la salida de miles de hondureños en caravanas migrantes hacia Estados Unidos desde fines de 2018, la migración es una de las preocupaciones de la presidenta electa. El gobierno de Castro buscará “contrarrestar las migraciones forzadas, garantizando el derecho de las personas de vivir y/o retornar a un país y un lugar seguro, en condiciones de dignidad y libertad”. A su vez, prevé trabajar con el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris para la implementación de medidas específicas destinadas a proteger a los migrantes hondureños.

Como primera mujer presidenta, Xiomara Castro también asumirá el Ejecutivo con propuestas para ampliar los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+ : participación paritaria en los procesos políticos, facilitar la distribución, venta y uso de las Pastillas Anticonceptivas de Emergencia (que fueron prohibidas tras el golpe de Estado), despenalización del aborto por tres causales (en caso de violación, riesgo de vida de la madre y malformación del feto), así como aprobar e implementar la Educación Sexual Integral.

En cuanto a la protección del medio ambiente, la gestión de Castro apuntará a la restauración de los bosques y la reducción de un 40 por ciento del consumo de leña para 2030. En este sentido buscará establecer un programa de adaptación y mitigación del cambio climático alineado a los convenios regionales. Además tiene previsto el reconocimiento de la propiedad y posesión de los territorios de los pueblos indígenas y afrodescendientes a través de la titulación de sus territorios.