El problema de dominar el fuego siempre fue el mismo: encenderlo. A partir de ese talento explosivo, religiones y tribus paganas le rindieron culto. Para Ese Perro, hacer un fuego “representa un recuerdo ancestral del humano”, porque “es un momento vital y comunitario, pero a la vez súper íntimo e introspectivo”. A su alrededor nacen las fiestas y muere el mal. “Es un acto que volvimos muy elemental y simple, pero llevó años de esfuerzo y búsqueda”, dice Bruno Chattás, cantante y guitarrista, acerca de Hacer un fuego, tercer disco de este quinteto que encontró su sonido a fuerza de creatividad y búsqueda incesante. No es que se la pasen comiendo asados o prendiendo fogatas, su fuego es más bien simbólico. “Son imágenes que se presentaron en nuestras cabezas al pensar el título del disco”, dice Mauricio Tovar, el baterista.

Con banda de sonido hip-hopera de Kendrick Lamar y Kanye West, más los clásicos Fleet Foxes y Café Tacvba, Ese Perro se fue nutriendo en el momento de la producción cancionera. Dice Ale Crimi, bajista y encargado de las programaciones, que esta vez el proceso de composición los encontró más maduros. “Hicimos lo que realmente quisimos, sin pensar en factores externos como los medios, los fans, la duración de los temas, si tienen ‘gancho’, si los podíamos ejecutar en vivo y otras pavadas.”

A diferencia del segundo disco, Empezaremos por los horizontes, en el que también hay fuerte presencia de la electrónica, compusieron desde una computadora y por separado, en vez de la tradicional situación de sala de ensayo. Así, dicen, encontraron otro espacio para el arte. Lejos quedó aquel núcleo compositivo que nació con Las partes, el primer disco, munido de melodías de rock guitarreras. De ese debut producido por Agustín Rocino y Lucas Hernández brotaba una crudeza enérgica que quedó en el pasado. “Teníamos los mismos sueños y actitud que ahora, pero con los años se volvieron emociones más controladas”, dice Rocco Aguado, tecladista y cantante.

En marzo aprovecharon el impulso de la invitación al Festival SXSW en Austin, Texas, y siguieron viaje hacia México. Estuvieron un mes de gira tocando en antros en los que, dicen, las cálidas características del público mexicano coincidían con el argentino, aunque con mayores reparos en la amabilidad y el respeto. “Participar de SXSW fue una cachetada, una apertura de ojos, una enseñanza de todo lo que se está haciendo y pensando alrededor del mundo y de las cosas que tenemos que hacer mejor”, cuenta Pedro Devoto, guitarrista. Este viaje colmó de imaginación y crecimiento artístico a los Perros que, como todo can, no cesan en la búsqueda del alimento: “Cada vez que volvemos de una gira nos embarcamos en un disco nuevo”, confía Bruno, provisto de la leña suficiente.

* Viernes 2/6 en Festival El Movimiento, C.C. Matienzo, Pringles 1249. Desde las 22 con Superchería, Full Chamba, Sobreviento, Jamani y Tus Monitores.