Son días de tensa calma en los pasillos de Casa Rosada. No hay grandes actividades en la agenda del presidente y las vacaciones o el aislamiento de muchos de los que trabajan en Balcarce 50 a diario hacen que las oficinas y el Patio de las Palmeras estén extrañamente tranquilos. Sin embargo, los teléfonos y las reuniones en el despacho de Alberto Fernández están al rojo vivo porque se aproxima el primer vencimiento del año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un posible nuevo acuerdo con el organismo. El deseo del mandatario, según comentaron desde su entorno, es el lunes de la semana próxima poder subir al avión que lo llevará con destino a Rusia y China "con el mayor punto de acuerdo posible con el Fondo".

Negociación entre el Gobierno y el FMI

La semana pasada el Gobierno endureció su postura. Deslizó que si la visión del país no era tenida en cuenta por el Fondo Monetario y no se llegaba a un entendimiento o acercamiento en las posiciones, existía la posibilidad del no pago este viernes. Ante ese escenario, cuentan desde el Gobierno, los estadounidenses escucharon y el gobierno de Joe Biden intervino para calmar los ánimos. Uno de los que tuvo a cargo esa tarea fue Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional, que tiene buen trato con el secretario de Relaciones Estratégicas, Gustavo Beliz. "Por primera vez sentimos que ellos también quieren llegar a un acuerdo", dicen en Casa de Gobierno y resaltan que transitan un momento muy delicado y de mucha cautela hasta que haya definiciones más concretas. Por ahora, desde la cartera de Economía sostienen que "falta" para cerrar un acuerdo y mantienen un manto de hermetismo. Desde el ala política están un tanto más ansiosos y prefieren no hablar de un posible escenario de no pago. Insisten con que todos dentro del frente oficialista esperan que eso no suceda.

El acuerdo por la deuda

"Hace dos días nuestro equipo está revisando punto por punto el acuerdo. Hay puntos en los que hay mejoras y otros en los que no logran ponerse de acuerdo --el problema está en aquellos ítems relacionados al gasto y al déficit-- por eso hay que seguir negociando", resaltan cerca del presidente y no aclaran si el viernes se concretará o no el pago del vencimiento por 731 millones de dólares. Una de las posibilidades es no pagar hasta terminar la negociación. Lo cierto es que el gobierno de Fernández viene pagando los vencimientos anteriores y eso hace muy factible que esta vez también lo haga. 

Por otra parte, cuentan que "estaría en buen camino el tema de los plazos" y que el posible nuevo acuerdo permitiría que el Gobierno tenga tres años de gracia antes de comenzar a pagar. De todos modos, explican, "es un proceso largo y primero, por supuesto, hay que lograr la carta de entendimiento que tiene que pasar por el Congreso".

El papel de Martín Guzman, Alberto Fernández y Cristina Kirchner

El presidente, cuentan quienes lo ven a diario, está durmiendo poco y monitoreando muy de cerca todo lo que sucede con este tema. Dicen que es "casi de lo único que habla" por estos días. En este momento crítico, "todos están hablando con todos todo el tiempo", aclaran, y detallan que, por más que la negociación la lleva casi en exclusiva y de forma oficial el ministro de Economía, Martín Guzmán, los que están siguiendo el tema son, además, el canciller Santiago Cafiero, Beliz, el embajador Jorge Argüello, Sergio Chodos, negociador argentino y director ante el FMI, y, en menor medida, el jefe de Gabinete, Juan Manzur. El martes, por ejemplo, Guzmán fue y vino varias veces del Ministerio de Economía a Casa Rosada antes de las 18, para conversar con el Presidente. Por la noche, el mandatario se quedó en su despacho hasta cerca de las once con cuatro personas de su máxima confianza, también conversando sobre el tema.

La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por su parte, es otra de las que dialoga de forma "habitual" --según confirmaron a este diario desde su entorno-- con Guzmán y escucha todos los planteos que él realiza. El martes, de hecho, antes de que la presidenta del Senado partiera rumbo a Honduras para la asunción de la presidenta Xiomara Castro, habló "un montón de veces" por teléfono con el Presidente por este tema, según contaron cerca del mandatario. "Dentro de la alianza gobernante no hay ruido", resaltan una y otra vez en Casa Rosada. 

Si el acuerdo se llega a cerrar en los próximos días, desde el gobierno nacional adelantan que no piensan hacer "un gran despliegue comunicacional" por este tema porque, indican, "se cierre como se cierre siempre es una mala noticia haber vuelto al FMI y cualquier acuerdo va a implicar que vamos a tener que pagar por muchos años". "Se hará el mejor acuerdo posible, pero nunca será un buen acuerdo", explican, citando lo que ya dijo en la reunión con los gobernadores el ministro Guzmán.